La CIA guarda el secreto de la Stasi
Los estadounidenses tienen los nombres de espa?oles y alemanes que espiaron para la RDA
Los ficheros de la Seguridad del Estado (Stasi) de la RDA, que fueron a parar a la CIA en 1990, contienen los nombres de los agentes europeos (espa?oles incluidos) que trabajaron para el espionaje de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. As¨ª lo afirma en una entrevista con EL PA?S Joachim Gauck, el pastor evang¨¦lico que desde la reunificaci¨®n es responsable de los archivos de la Stasi. Diez a?os despu¨¦s de caer el Muro, los alemanes siguen acudiendo -unos 10.000 al mes- a la oficina federal que custodia los expedientes. El pasado d¨ªa 17, por primera vez, los archivos recibieron la visita del canciller Gerhard Schr?der.
Este enero, medios de comunicaci¨®n de todo el mundo han dirigido una pregunta a Gauck: ?qu¨¦ hizo el presidente en funciones de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, en los ochenta, cuando era agente del KGB en la RDA? El resultado del buceo en los archivos de la Stasi ha sido parco: Putin asoma como agraciado con una medalla de segunda categor¨ªa en una lista de 37 sovi¨¦ticos a los que Erich Mielke, el jefe de la Seguridad de la RDA, condecor¨® en un acto de rutina en 1988.
El Gobierno alem¨¢n ha pedido a EEUU que le devuelva los documentos de la Stasi que fueron a parar a la CIA mientras agonizaba la RDA. Seg¨²n Gauck, se trata de "filmaciones que fueron vendidas por un oficial de la Stasi o del KGB" y que "recogen dos sistemas de ficheros". "El primero tiene los nombres aut¨¦nticos. El segundo, los seud¨®nimos, que con ayuda de un n¨²mero permiten detectar a las personas". "Ni los norteamericanos ni los alemanes tenemos los expedientes, porque todos los expedientes del espionaje exterior fueron destruidos durante la transici¨®n", afirma. Los alemanes pudieron descifrar "una parte importante del material codificado". "Encontramos un soporte electr¨®nico que conten¨ªa una parte de estos datos", dice.
Los norteamericanos, a?ade, tienen los nombres de "espa?oles, portugueses, escandinavos y alemanes occidentales que espiaron para la RDA". Acabar¨¢n devolviendo los ficheros, pero "no se apresuran". La raz¨®n es que "no quieren dar los nombres de los estadounidenses ni de los canadienses". "Tal vez den los nombres europeos. Tal vez no. Veremos", dice Gauck.
Washington entreg¨® hace varios a?os los nombres de los agentes germano-occidentales de la RDA. La consecuencia ha sido procesos que se han aireado poco en la prensa. A un "sopl¨®n germano oriental", dice, se le menciona con el nombre completo y el domicilio, y a un ciudadano de la antigua RFA, con las iniciales. El primero, opina, tiene una imagen s¨®rdida, y el segundo parece el protagonista de una novela de aventuras.
En la instituci¨®n que Gauck dirige trabajan 2.770 personas distribuidas en varios centros. Uno de los proyectos de Gauck es recomponer los expedientes rasgados, que se guardan en 10.000 sacos. Tras la ca¨ªda del Muro, "la Stasi se puso nerviosa y comenz¨® a triturar los materiales. Pero la trituradora de papel se estrope¨® y hubo que rasgar papeles a mano. El 15 de enero de 1990 la multitud ocup¨® la central de la Stasi en Berl¨ªn.
Gauck recurre a los servicios de 40 funcionarios que en N¨²renberg, en Baviera, recomponen los expedientes que ¨¦l les env¨ªa y se los devuelven despu¨¦s a Berl¨ªn. Entre los documentos que han salido as¨ª a la luz, Gauck cita los materiales del espionaje al que era sometida la escritora Christa Wolf, y sobre el levantamiento obrero de 1953.
Gauck, que fue pastor evang¨¦lico en Rostock, cree que "la justicia alemana ha sido muy ben¨¦vola con los responsables del r¨¦gimen de terror comunista" y califica de "muy cortas" las sentencias. Tras la Navidad han ingresado en prisi¨®n dos miembros del Politbur¨® del SED (el partido de la Unidad Socialista de Alemania). Son G¨¹nter Schabowski, el hombre que abri¨® el muro de Berl¨ªn el 9 de noviembre de 1989, y Egon Krenz, el ¨²ltimo dirigente comunista de la RDA. Ambos est¨¢n condenados por su responsabilidad pol¨ªtica en las ¨®rdenes de disparar en la frontera.
Schabowski acepta su sentencia de tres a?os. Krenz no reconoce las culpas por las que le han ca¨ªdo seis a?os. Gauck dice alegrarse de la actitud de Schabowski. "En navidades le visit¨¦. Hab¨ªa le¨ªdo su libro y quer¨ªa saber si el hombre era sincero o no. Creo en su sinceridad".
Gauck est¨¢ en contra de una amnist¨ªa general. En la RDA hubo "una revoluci¨®n", afirma. "Las revoluciones est¨¢n ah¨ª para hacer que las clases dirigentes y las ¨¦lites del pasado sean infelices. Para curarse, la sociedad necesita que la antigua ¨¦lite pierda su legitimidad", prosigue. Los archivos de Gauck han perdido su funci¨®n auxiliar penal, pero hasta que se cumplan 15 a?os desde la desaparici¨®n de la RDA seguir¨¢n siendo un punto de referencia para los ossies (alemanes del Este) que deseen trabajar para el servicio p¨²blico. La instituci¨®n seguir¨¢ informando a los organismos contratantes que lo deseen de la existencia o no de v¨ªnculos con los ¨®rganos de seguridad de la RDA. La Stasi ten¨ªa 90.000 empleados y 175.000 colaboradores no oficiales. Gauck asegura que el 60% del personal de los ministerios del Interior de los l?nder (Estados federados) ha continuado trabajando en ellos, mientras el 40% ha sido despedido. Entre los maestros de Berl¨ªn Este, un 4,9% hab¨ªa colaborado con la Seguridad, pero s¨®lo el 0,9% fue despedido, dice.
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