Una inmobiliaria se queda en subasta con el parque del Tibidabo por 791 millones para un tercero

Jos¨¦ Guindoliu y Oliveras, administrador de la empresa Inmobiliaria y Gesti¨®n Barcinova Augusta, creada en 1997, se qued¨® ayer -aunque para un tercero- por 791 millones con casi todas las instalaciones del Parque Tibidabo, propiedad de Grand Tibidabo, en la subasta convocada por la Seguridad Social. Grand Tibidabo no pudo impedir la operaci¨®n, pese a que trat¨® de ofrecer una soluci¨®n apoyada por el financiero George Soros. Ahora, sin su principal filial, Patsa, Grand Tibidabo critica la actitud de la compa?¨ªa de Soros por haberles abandonado a ¨²ltima hora.

El p¨²blico asistente a la subasta -principalmente peque?os accionistas perjudicados por la gesti¨®n de Javier de la Rosa- no sal¨ªa de su asombro al ver que aquel hombre tan elegante y con un cierto parecido a Robert de Niro sacaba de su malet¨ªn los talones correspondientes a los 791 millones que le convert¨ªan en due?o del parque centenario de la monta?a del Tibidabo a excepci¨®n del aparcamiento, que pese a haber salido tambi¨¦n a subasta, no tuvo comprador. El comprador, un habitual en este tipo de subastas, que desde el primer momento se perfil¨® como el ¨²nico interesado por estos activos, hizo la reserva de terceros, figura que t¨¦cnicamente supone que podr¨ªa inscribir los activos adquiridos a nombre de una tercera persona actuando como testaferro.Como Guindoliu dijo que no pod¨ªa desvelar a qui¨¦n representaba en la operaci¨®n, dio por sentado que no actuaba en nombre de la sociedad que administra. A partir de ah¨ª se volvieron a desatar las especulaciones. "Es un hombre de De la Rosa, ?seguro!", dec¨ªa una persona mayor que aseguraba haber perdido todo su patrimonio en Grand Tibidabo. Para entonces, los asistentes al sainete llevaban ya un falso aviso de bomba y un desconcierto monumental.

El desconcierto embargaba tambi¨¦n a los directivos de Grand Tibidabo. Santiago Sard¨¤, director de Patsa, se lamentaba de la falta de coherencia del grupo de Soros, "que pod¨ªa haber impedido todo esto". "Ahora tengo que explicarle a la plantilla, a la que se debe el sueldo de un mes y medio, que no sabemos qu¨¦ pasar¨¢ con la compa?¨ªa", a?ad¨ªa Sard¨¤, lamentando que el Instituto Catal¨¢n de Finanzas (ICF) no hubiera respondido a la ¨²ltima llamada de socorro que se le hizo. La gente de Soros, encabezada por Jordi Robinat, siempre ha mantenido que su inter¨¦s por el parque era relativo y condicionado a que se lo entregaran "limpio como una patena de embargos, l¨ªos y trifulcas".

Por su parte, el presidente de Grand Tibidabo, Francesc Xavier Pint¨®, hab¨ªa supeditado la venta del parque a un plan financiero para salvar la quiebra de la sociedad. Los accionistas tambi¨¦n le daban duro: "Han sido unos ingenuos, estaban convencidos de que pod¨ªan parar las subastas, saltarse los embargos y hacer pactos sin contar con nosotros. En el fondo nos est¨¢ bien merecido, sobre todo a ellos, y tambi¨¦n a nosotros por permit¨ªrselo", afirmaba un accionista movilizado por su abogado, Javier Bruna, para evitar la subasta.

El parque del Tibidabo era la ¨²nica propiedad de valor que le quedaba a Grand Tibidabo. Con m¨¢s de 474.000 visitantes anuales, un volumen de negocio de 1.561 millones de pesetas y 30 trabajadores fijos, ha sido un emblema de la ciudad desde los tiempos de la familia Andreu, que lo promovi¨®. Ahora quedan tres bancos con deudas importantes que tienen aplazadas sus subastas sobre bienes de Grand Tibidabo.