Racismo burocr¨¢tico: la Administraci¨®n tarda a?o y medio en regularizar una pareja formada por un valenciano y una marroqu¨ª
Palabras como obst¨¢culos, trabas o escollos quiz¨¢s resulten demasiado indulgentes para describir lo que tuvo que superar Emilio Monedero, un valenciano de 31 a?os y su mujer para conseguir algo tan simple como casarse. Por eso, este profesor y licenciado en biolog¨ªa prefiere la expresi¨®n "racismo burocr¨¢tico".Emilio Monedero conoci¨® a Nazhia Chair, una joven marroqu¨ª en agosto de 1997. Poco tiempo despu¨¦s ambos decidieron casarse y para formalizar su situaci¨®n acudieron al consulado de Espa?a en Tanger. Entonces no se pod¨ªa imaginar la serie de "problemas y humillaciones" que tendr¨ªa que atravesar para poder vivir con ella.
"?Usted est¨¢ seguro de lo que quiere hacer?", fue la respuesta que obtuvo de los funcionarios del consulado. La cuesti¨®n, le comentaron, ser¨ªa m¨¢s sencilla si su pareja fuera espa?ola o incluso europea, pero "nosotros no podemos casarle con una marroqu¨ª", recuerda Emilio que le espetaron.
Ante la actitud del consulado, Emilio, musulm¨¢n practicante, opt¨® por una boda por el rito isl¨¢mico. Sin embargo, la tarea tampoco fue f¨¢cil. Necesitaba un certificado de capacidad matrimonial, un documento que expide la Administraci¨®n espa?ola y que viaj¨® de Valencia a T¨¢nger cuatro veces en nueve meses entre visados y persmisos. Durante este per¨ªodo, recuerda, dos funcionarias de la legaci¨®n espa?ola sometieron a Nazhia a unas sesiones de interrogatorios del tipo "?c¨®mo te vas a entender con tu marido en la cama, si habl¨¢is en idiomas distintos?".
Tras la boda, llegaron los problemas para que Nazhia pudiera residir en Espa?a junto a Emilio. Era preciso un nuevo documento: la reagrupaci¨®n de familiares de un ciudadano espa?ol. Para ello se requiere el libro de familia espa?ol y el certificado matrimonial -que facilita el registro central matrimonial en Madrid- entre otros 10 documentos. A ellos hay que sumar una curiosa advertencia a pie de p¨¢gina: "Esta oficina consular podr¨¢ solicitar otros documentos". La indefensi¨®n es completa ya que los certificados caducan.
As¨ª, un retraso en la tramitaci¨®n de uno de la docena de documentos puede suponer tener que volver a solicitarlos a ambos lados de la frontera. Tras intensas gestiones desde los juzgados de Valencia y acudiendo personalmente a Madrid, a finales del a?o pasado la pareja pudo instalarse definitivamente en Valencia.
Emilio y Nazhia son dos de los nombres que se encuentran detr¨¢s de las quejas realizadas por SOS Racisme en Valencia. Esta organizaci¨®n ha denunciado la "campa?a represiva" que se alienta desde la Administraci¨®n e incluso la fiscal¨ªa o los registros civiles de Valencia para impedir los matrimonios entre ciudadanos extranjeros y espa?oles con la escusa de evitar las bodas de conveniencia para legalizar la situaci¨®n de inmigrantes sin papeles.
La pareja anterior es s¨®lo un ejemplo. Amparo S¨¢nchez tampoco se pudo casar con Rachid Ben-Hamza hasta superar dos a?os de engorroso papeleo y consejos tan sutiles como los que recuerda que le dirigi¨® el vicec¨®nsul de T¨¢nger. "?Est¨¢s loca?, al cabo del tiempo te cambiar¨¢ por alguien m¨¢s joven", tuvo que o¨ªr de boca del representante espa?ol. "Hay muchos casos m¨¢s", se?ala Amparo, "pero prefieren callarse hasta conseguir casarse".
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