Indignaci¨®n del Vaticano por el d¨ªa mundial 'gay' de Roma

La fiesta del Orgullo Mundial Gay que est¨¢ previsto celebrar en Roma entre el 28 de junio y el 9 de julio pr¨®ximos no gusta al Vaticano, que estar¨ªa dispuesto a intervenir oficialmente para posponer una concentraci¨®n que coincide con el Jubileo. La noticia de esta contrariedad procede de las filtraciones que han llegado a la prensa italiana del Comit¨¦ Central del Gran Jubileo del 2000, el organismo de la Santa Sede que coordina la organizaci¨®n de los diferentes actos jubilares. Las mismas fuentes hablan de la posibilidad de una intervenci¨®n del ministro de Exteriores del Vaticano, Jean-Louis Tauran, aunque oficialmente no se ha comunicado todav¨ªa nada.Las primeras palabras de disgusto por la fiesta de gays y lesbianas aparecieron el domingo pasado en las p¨¢ginas del diario de la Conferencia Episcopal Italiana Avvenire, que criticaba con dureza la decisi¨®n de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Roma de financiar con algo m¨¢s de 25 millones de pesetas la fiesta en cuesti¨®n. El alcalde de Roma, Francesco Rutelli, es comisario extraordinario para el Jubileo y hasta ahora ha mantenido excelentes relaciones con la Santa Sede en los largos y complicados preparativos del A?o Santo.

Relaciones dif¨ªciles

Para el ¨®rgano oficial de los obispos italianos est¨¢ claro que una concentraci¨®n de homosexuales exhibiendo con orgullo y grandes dosis de folklore su diferencia, es poco menos que "una provocaci¨®n" contra la Iglesia en un a?o especial en el que se celebra el 2000 aniversario del nacimiento de Cristo. Las relaciones de la Iglesia Cat¨®lica con los homosexuales no han sido nunca f¨¢ciles y el Arcigay, movimiento homosexual italiano, ha denunciado en varias ocasiones la discriminaci¨®n que sufren los gays por parte de la Santa Sede.

Seg¨²n la prensa italiana, los responsables de la gesti¨®n del Jubileo por parte vaticana se han sentido especialmente ofendidos porque, al parecer, en el listado de actos civiles previstos para el 2000 en Roma, enviado por el Ayuntamiento, la fiesta homosexual figuraba bajo el t¨ªtulo World Pride (Orgullo Mundial), sin la palabra gay por ninguna parte. Un mero "artificio" verbal, una estratagema poco digna, a ojos del Gobierno vaticano, para camuflar el verdadero contenido de la fiesta.

Sin embargo, es dif¨ªcil que la Santa Sede pueda acogerse al Concordato con el Estado italiano, renovado en 1984, para frenar una manifestaci¨®n que el alcalde Rutelli est¨¢ dispuesto a defender por encima de todo. El art¨ªculo dos del acuerdo firmado entre el fallecido primer ministro Bettino Craxi y el entonces secretario de Estado de la Santa Sede, Agostino Casaroli, se?ala: "La Rep¨²blica italiana reconoce el particular significado que Roma, sede episcopal del Sumo Pont¨ªfice, tiene para la Catolicidad". Una frase el¨¢stica e inconcreta pero dif¨ªcilmente utilizable contra un festejo pac¨ªfico organizado por una comunidad importante.