Reducir la contaminaci¨®n de los purines exige 45.000 millones

El sistema de integraci¨®n consiste en que el ganadero engorda los cerdos que le facilita la empresa integradora con el pienso que produce la misma, de manera que el granjero no puede elegir ni el suministrador ni el comprador.La organizaci¨®n conservacionista Grup de Defensa del Ter, que ha hecho de los purines su caballo de batalla, asegura que "la ¨²nica soluci¨®n a los problemas que causan los purines en las aguas subterr¨¢neas pasa por reducir la caba?a porcina como ya han hecho pa¨ªses del norte de Europa". Uno de estos pa¨ªses, Holanda, ha conseguido rebajar el ¨ªndice de contaminaci¨®n por nitratos de sus aguas gracias a la implantaci¨®n de sus granjas en terceros pa¨ªses. Catalu?a ha sido una de las zonas de Europa que ha recibido un mayor n¨²mero de cerdos de engorde procedentes de Holanda, hecho que no preocupa a las organizaciones agrarias: "Si hay capitalismo, cada cual tiene derecho a invertir donde quiera. Algunos catalanes tambi¨¦n han instalado granjas en la Europa del Este", explica el representante del sector porcino de JARC, David Coll.

Pero la expansi¨®n de las empresas integradoras y, sobre todo, de las grandes explotaciones se ver¨¢ frenada por la inminente aprobaci¨®n del Real Decreto de Ordenaci¨®n de Explotaciones Porcinas, que proh¨ªbe la apertura de nuevas granjas de m¨¢s de 8.500 cerdos. Esta limitaci¨®n, que no afecta a las granjas ya existentes, tambi¨¦n obligar¨¢ a que la separaci¨®n de las mayores explotaciones sea de un kil¨®metro por lo menos. Los sindicatos agrarios y el Ministerio de Agricultura han estado negociando esta semana la posibilidad de que las granjas peque?as puedan situarse a una distancia de 500 metros.

Se prev¨¦ que durante los pr¨®ximos d¨ªas se cierren las negociaciones y que el real decreto pueda salir a la luz en febrero. "Por primera vez, todas las zonas de Espa?a se regir¨¢n por una misma ley y podremos competir con igualdad de condiciones", afirma David Coll. En los ¨²ltimos meses se han instalado en Castilla granjas de grandes dimensiones que hab¨ªan sido proyectadas en Catalu?a. En cuanto a las distancias entre granjas, Coll cree que ser¨ªa mejor obligar a dejar un kil¨®metro de separaci¨®n por motivos de seguridad sanitaria. En cambio, Uni¨® de Pagesos est¨¢ a favor de que la separaci¨®n sea menor para favorecer a las empresas familiares.

Si el plan de la Generalitat para reducir la contaminaci¨®n se cumple, las plantas de tratamiento de purines de Catalu?a podr¨¢n eliminar anualmente unos 2,5 millones de toneladas de purines de los 12 millones que se producen cada a?o. Segun el director general de Energ¨ªa, Albert Mitj¨¤, ¨¦sta ser¨ªa la cifra que se tendr¨ªa que tratar en Catalu?a "para no romper el equilibrio ecol¨®gico". El plan tratamiento de purines por cogeneraci¨®n ni convence totalmente a los sindicatos agrarios ni gusta a las asociaciones ecologistas. David Coll ha alertado del riesgo de que las empresas que construyan y gestionen las plantas catalanas dejen de tratar purines cuando esta actividad no sea rentable.

"Nos podemos encontrar con que dentro de unos a?os, cuando se acaben las subvenciones de la Generalitat, estas empresas abandonen el tratamiento de purines". Por ello, el sindicato ha pedido una normativa clara en este aspecto, que obligue a las centrales de cogeneraci¨®n el¨¦ctrica creadas seg¨²n este plan a mantener esta funci¨®n a lo largo de toda su vida ¨²til.

Negocio

Las centrales de tratamiento de purines que funcionan en Catalu?a producen energ¨ªa el¨¦ctrica aprovechando el calor que se necesita para desecar las deyecciones porcinas. T¨¦cnicamente, estas plantas pueden producir energ¨ªa el¨¦ctrica aunque no traten purines, lo que est¨¢ estrictamente prohibido.

Si producen energ¨ªa el¨¦ctrica al mismo tiempo que eliminan residuos, las administraciones p¨²blicas subvencionan estas empresas con poco m¨¢s de tres pesetas por kilovatio, lo que supone la mitad de su precio de venta. Gracias a estas subvenciones, la producci¨®n de electricidad en estas centrales es un buen negocio. Algunos de los concursos p¨²blicos convocados tienen ya hasta ocho posibles adjudicatarios.