Programa com¨²n

Aznar ped¨ªa a los socialistas que anunciaran antes de las elecciones con qui¨¦n pensaban gobernar para que el electorado decidiese en consecuencia. Ya lo han hecho al cerrarse su acuerdo con IU sobre un programa com¨²n de gobierno. Ahora le toca al presidente mojarse, si alguien quiere comprometerse desde ya a aparecer como su aliado. Lo cual no es evidente. Porque la primera consecuencia del acuerdo entre el PSOE e IU es que Aznar, en el mejor de los casos, necesitar¨¢ un pacto de investidura con otras fuerzas pol¨ªticas.La alianza PSOE-IU, sea cual sea su intensidad final, cambia considerablemente el panorama electoral. Antes de que Almunia lanzara su propuesta dominaba la impresi¨®n de que se iba a una campa?a ruidosa y vac¨ªa, dominada por el tema vasco, que f¨¢cilmente pod¨ªa conducir a un aumento significativo de la abstenci¨®n. Sin embargo, la invitaci¨®n del PSOE a IU ha cambiado la campa?a, obligando a los estrategas electorales de los diferentes partidos a volver a empezar. La posici¨®n del PSOE ha dado un giro: Almunia se confirma como un l¨ªder con personalidad propia. Izquierda Unida vive un profundo cambio de cultura: de Pepito Grillo del sistema, a partido de gobierno. La campa?a da un giro espectacular: del debate identitario, a la confrontaci¨®n derecha-izquierda.

Las primeras reacciones siempre son las verdaderas, porque son las m¨¢s espont¨¢neas. Aznar ha salido como un resorte contra la amenaza socialcomunista. Pero la presencia de comunistas en el poder ya no asusta. La prueba est¨¢ en la vecina Francia. El programa de m¨ªnimos que han acordado el PSOE e IU marca un talante socialdem¨®crata homologable en Europa. Son los votantes quienes tienen la ¨²ltima palabra.