Cosas de Angulema IGNACIO VIDAL-FOLCH
A Francia, los tebeos le siguen importando, como medio de comunicaci¨®n y tambi¨¦n como industria editorial que factura el 6% del conjunto de los libros. Por eso, el Sal¨®n del C¨®mic de Angulema, que acaba de celebrarse por 27? vez, es la cita anual de los profesionales del sector europeos, norteamericanos y japoneses. Tambi¨¦n de los aficionados animosos que arrostran el viajecito a esa ciudad provinciana, bonita, donde llueve. Entre profesionales y aficionados, peregrinan all¨ª m¨¢s de 200.000 personas, seg¨²n los organizadores, aunque de las cifras oficiales no hay que fiarse nunca.Yo empec¨¦ a ir en 1975, cuando el sal¨®n celebraba su segunda convocatoria. En los a?os siguientes vi crecer el sal¨®n, convertirse en un gran ¨¦xito; acab¨® siendo irritante rozarse con tanta gente, y luego me hice demasiado serio para los tebeos; pero cada a?o, a finales de enero, cuando veo partir hacia Francia el coche de un amigo que acude a Angulema como un estudiante que hace novillos, me muerdo el labio inferior. Fugaz instante de la tentaci¨®n, que se resuelve con un bostezo y la vuelta a los asuntos serios del d¨ªa.
-A ver si jubilan a Arzalluz... Arzalluz sigue... Desplante de Arzalluz... Arzalluz proclama... acusa... predica...
?C¨®mo pasa el tiempo! Arzalluz no se ha jubilado, sigue dale que te pego, y el coche ha regresado de Angulema; mi amigo, que luce las ojeras y el rostro devastado por cuatro d¨ªas de sal¨®n lluvioso y cuatro trasnoches de ch¨¢chara cervecera en Le Chat Noir, que es el bar golfo de all¨ª, me cuenta:
-Este a?o el presidente del sal¨®n era Robert Crumb, el rey del c¨®mic underground norteamericano y cronista de los ambientes contraculturales, la experimentaci¨®n con los ¨¢cidos lis¨¦rgicos y la liberaci¨®n sexual de los a?os sesenta. Crumb, que desde hace ya a?os ha elegido vivir en Francia, ha sido agasajado como una momia: la gran exposici¨®n que el festival consagra cada a?o al presidente honorario; la edici¨®n de dos ¨¢lbumes: Sketchbook reports -los dibujos que realiz¨® en 1964 y 1965 para la revista humor¨ªstica Help, resultado de dos viajes, el uno al barrio neoyorquino de Harlem, el otro a la Bulgaria comunista- y Sans issue (Sin salida), que re¨²ne una veintena de sus historietas m¨¢s desesperadas. Adem¨¢s, el lanzamiento, en Par¨ªs, del CD World Mussette, donde Crumb toca el banjo y la mandolina como miembro de una numerosa banda de ese jazz primitivo del que es fan. Pero el homenaje m¨¢s chusco que le han tributado a Crumb, y real motivo de pena, ha sido un desfile en el que las modelos participantes se parec¨ªan a las que dibuja. Por todo el festival se ve¨ªan los carteles reclamando voluntarias de culo prominente, piernas gruesas, porte atl¨¦tico...
La otra estrella del festival (estrella negra: no acude) ha sido Jacques Tardi, el adorable, el renovador de la est¨¦tica de Herg¨¦, el autor de Adieu, Brindavoine, de Le d¨¦mon des glaces, de Tueur de cafards, de Brouillard au pont de Tolbiac, cuya primera vi?eta lleva esta leyenda: "Sur le pont de Tolbiac, un homme passe. Dans son regard, la folie". ("Por el puente de Tolbiac pasa un hombre. En su mirada, la locura"). Leyenda memorable como un explosivo cad¨¢ver exquisito. Para Tardi, Angulema ha sido fruct¨ªfera este a?o. Ha aparecido la entrevista-r¨ªo Tardi. Entretiens avec Numa Sadoul (Niffle-Cohen). Sadoul es un escen¨®grafo y director teatral que tiene la afici¨®n de charlar largamente con sus autores predilectos. Los libros que resultan de esas charlas son "biograf¨ªas autorizadas" y complacientes de Herg¨¦, Franquin, Moebius, Gotlib.
Tardi acaba de publicar tambi¨¦n un nuevo ¨¢lbum, en Futuropolis-Gallimard: La d¨¦bauche, que significa 'la org¨ªa', pero tambi¨¦n 'el despido'. Cuenta la historia de un desempleado que se encierra en una jaula del zool¨®gico del Jardin des Plantes parisiense, y delante de los barrotes planta un r¨®tulo que indica qu¨¦ bicho se guarda ah¨ª: un Labore carens.
El gui¨®n es de Daniel Pennac, el escritor bien conocido en Espa?a por Como una novela, pero en ese arranque de la historia ya se reconoce el humor amargo caracter¨ªstico de Tardi, un tipo que, cuando Sadoul le pregunta si tiene man¨ªas, confiesa:
-Ennegrezco en el calendario cada d¨ªa que pasa con la idea de haber terminado con ¨¦l.
Las ideas negras de Tardi, sus ¨¢lbumes sobre las trincheras de la I Guerra Mundial, llenos de visiones apocal¨ªpticas, sus h¨¦roes desequilibrados que se hunden como buques fantasmas en el pavimento de los bulevares del Par¨ªs art-d¨¦co y en los suburbios lluviosos de tapia, chimenea fabril y camino embarrado, sus monstruos, le han valido una leyenda rom¨¢ntica de dibujante nocturnal, toxic¨®mano, depresivo, habitado por los fantasmas, asocial, delirante, intratable. Ahora Sadoul nos revela que es un tipo con opiniones, con man¨ªas, con familia, un hombre normal, l¨¢stima.
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