"Hay que reconocer el gran papel de Greenspan en el actual ¨¦xito econ¨®mico de EEUU"
Las semana pasada ha visto la consagraci¨®n definitiva del ¨¦xito econ¨®mico estadounidense: adem¨¢s de las espectaculares cifras de crecimiento del ¨²ltimo trimestre de 1999 (5,8%), los responsables de uno de los periodos m¨¢s prolongados del aumento del PIB en EEUU y otros dirigentes empresariales del pa¨ªs americano acudieron al Foro Econ¨®mico Mundial de Davos (Suiza), donde exhibieron con orgullo ante sus colegas europeos el buen momento de su econom¨ªa. B¨¢sicamente, todo se explica por las impresionantes ganancias de productividad gracias a las nuevas tecnolog¨ªas, al aprovechamiento decidido de las telecomunicaciones y a Internet. Pero la nueva econom¨ªa, como ya se la conoce, ha podido florecer tambi¨¦n gracias a que los responsables de dirigir el sistema, entre ellos el presidente de la Reserva Federal (banco central) de EEUU, Alan Greenspan, supieron intuir antes que nadie lo que estaba sucediendo: no se pod¨ªa medir la econom¨ªa por los antiguos par¨¢metros de los a?os ochenta, porque Internet y las telecomunicaciones hab¨ªan cambiado radicalmente el panorama. "Eso fue muy importante", asegura el presidente de EEUU, Bill Clinton, en una conversaci¨®n el martes en el Despacho Oval de la Casa Blanca con periodistas de los diarios estadounidenses The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal. El reconocimiento de Clinton a Greenspan, un d¨ªa antes de la subida de tipos decidida ayer por la Reserva Federal, contrasta con la pol¨¦mica que envuelve en Europa al Banco Central Europeo (BCE), y a su presidente, el holand¨¦s Wim Duisenberg, acusado de pasividad mientras el euro se desploma frente al d¨®lar."Hay que reconocer el gran papel de Greenspan en el actual ¨¦xito econ¨®mico, por varias razones", explica Clinton. "La primera es porque, m¨¢s que sus colegas de otros pa¨ªses, tom¨® decisiones bas¨¢ndose antes en la evidencia que en la ideolog¨ªa. Quiero decir, tom¨® sus decisiones [de subir o bajar el precio del dinero] bas¨¢ndose m¨¢s en las evidencias que en los conocimientos convencionales de los que se dispon¨ªa hasta entonces. De alguna manera, en alg¨²n momento, Greenspan intuy¨® que ten¨ªamos algo muy diferente entre manos, y se dio cuenta de que no hab¨ªa que detenerlo simplemente porque llev¨¢semos X n¨²mero de a?os creciendo al 3,5% o al 4%, o cualquier otro indicador que hasta ese momento hubiese funcionado, un poco a ojo de buen cubero. Eso fue muy importante".
La sorprendente duraci¨®n de la recuperaci¨®n estadounidenses (107 meses seguidos de crecimiento) hace surgir en los reporteros la siguiente duda: ?Cu¨¢ndo comenz¨® realmente la recuperaci¨®n? ?Estamos viendo el boom de Clinton o el de Reagan, d¨¢ndole un triunfo tard¨ªo a su gigantesco plan de rebajas de impuestos para los m¨¢s acomodados?
"Bueno, creo que se trata de un boom estadounidense", elude diplom¨¢ticamente Clinton la cuesti¨®n. "Si se analizan los factores que han llevado a Estados Unidos al momento actual, creo que podemos destacar la reestructuraci¨®n general que vivi¨® el sector privado en este pa¨ªs a lo largo de los duros a?os ochenta, cuando tuvimos que ganar competitividad en una econom¨ªa cada vez m¨¢s globalizada. Y cada vez pienso m¨¢s que se trata tambi¨¦n de la explosi¨®n que ha vivido el sector de la alta tecnolog¨ªa y sus efectos en el resto de la econom¨ªa. Se trata ya del 8% del empleo total en EEUU y del 30% del crecimiento econ¨®mico. Creo que los trabajadores estadounidenses merecen mucho del m¨¦rito, porque durante los a?os ochenta comprendieron muy bien c¨®mo funciona la econom¨ªa globalizada, y no hemos visto demandas exgeradas de aumentos salariales, lo que hubiese alentado la inflaci¨®n, a pesar de las tiranteces que vivi¨® el mercado de trabajo"
Clinton se vuelca a continuaci¨®n en defender una de sus principales directrices en pol¨ªtica econ¨®mica: la globalizaci¨®n, la apertura de los mercados, tanto de Estados Unidos como de otros pa¨ªses. "Y luego creo que hay otra cosa que tambi¨¦n es muy importante, algo por lo que habr¨ªa que conceder m¨¦rito a mi antecesor [George Bush], y es que logramos un consenso en la Casa Blanca entre los dos partidos para liberalizar los mercados. Y la apertura de los mercados ha ayudado a mantener este boom, porque nos ha obligado a mantenernos competitivos, y ha representado un freno notable a la inflaci¨®n. Piensen que ha sido... bueno, no pretendo ignorar que el tama?o de nuestro d¨¦ficit comercial representa un riesgo. Ahora quiz¨¢ podr¨ªamos desear volver atr¨¢s y tratar de solucionarlo, pero ha representado un poderoso freno a la inflaci¨®n".
El reconocimiento a sus adversarios del Partido Republicano acaba aqu¨ª, no en vano EEUU vive un a?o electoral en el que el vicepresidente, Al Gore, tratar¨¢ de ocupar el asiento de Clinton en la Casa Blanca. Y el mayor reproche del presidente a los conservadores es haber recortado los impuestos de tal manera que pusieron al pa¨ªs al borde del desastre.
"Por el contrario", afirma el presidente, "de la misma forma que reconozco a mis predecesores el m¨¦rito por mantener abiertos los mercados, me parece que la mera idea de sacarnos de la crisis de finales de los setenta y los ochenta recortando impuestos fue un losa bastante pesada. Y lo que sucedi¨® fue que, cuando Lloyd Bentsen [primer secretario del Tesoro de Clinton] anunci¨® parte de nuestro programa econ¨®mico en 1992, antes incluso de tomar yo posesi¨®n, subi¨® el mercado de bonos, cayeron los tipos de inter¨¦s, y ah¨ª empez¨® todo. Cuando aprobamos el programa econ¨®mico, todo el mundo se dio cuenta de que ¨ªbamos en serio, y fue c¨®mo romper un dique. Conseguimos que el precio del dinero bajase, ya que ten¨ªamos los tipos de inter¨¦s muy, muy, pero que muy elevados: era el precio que est¨¢bamos pagando por los d¨ªas alegres que compramos en los ochenta con los recortes fiscales. As¨ª que ha sido la inversi¨®n la que ha tirado de la recuperaci¨®n, que ha producido el mayor n¨²mero de puestos de trabajo en el sector privado de cualquier recuperaci¨®n en la historia moderna".
Clinton se muestra razonablemente orgulloso de su pol¨ªtica fiscal. "Hemos podido bajar el gasto como porcentaje del PIB. Hemos elevado los ingresos fiscales, y eso fue correcto, lo hicimos de la forma correcta, porque tambi¨¦n recortamos impuestos para los ciudadanos con salarios m¨¢s bajos. Y ahorramos lo suficiente para casi doblar el gasto en educaci¨®n y formaci¨®n profesional. Creo que eso fue muy importante".
"Tambi¨¦n creo que la atenci¨®n que le hemos dedicado al entorno econ¨®mico ha sido muy importante. Aprobar el Tratado de Libre Comercio o TLC [con Canad¨¢ y M¨¦xico] fue muy importante, la conversi¨®n del GATT en la OMC fue muy importante. Solucionar la crisis mexicana, que en su momento fue muy impopular, tambi¨¦n result¨® decisivo. O la aprobaci¨®n de la Ley de Prespuestos Equilibrados de 1997. Tambi¨¦n la Ley de Telecomunicaciones. O la insistencia en que no nos desvi¨¢semos de la senda de la disciplina fiscal, aunque ahora tengamos super¨¢vit. Creo que todas estas cosas, antes de que de hecho comenzasen a notarse, fueron importantes para asentar una cierta confianza, que a m¨ª me parece fundamental para haber logrado esta recuperaci¨®n. As¨ª que eso es lo que hemos tratado de hacer. Y en cualquier caso, creo que el resto de protagonistas de estos a?os tambi¨¦n merecen un enorme reconocimiento".
Ante el brillante panorama que describe Clinton, la pregunta es obligada: ?Qu¨¦ es lo que teme que pueda desencadenar una recesi¨®n, en lugar de un crecimiento sostenido de la econom¨ªa? "Bueno, obviamente... es poco habitual para cualquier pa¨ªs el tener un super¨¢vit presupuestario tan grande como el nuestro y al mismo tiempo un d¨¦ficit comercial tan abultado. Y la raz¨®n, como algunos de ustedes han escrito, es que ahora estamos ahorrando mucho en el sector p¨²blico, mientras que tenemos una enorme deuda privada. As¨ª que me preocupa el impacto de un d¨¦ficit comercial tan elevado durante tanto tiempo. ?sa es una de las razones por las que conf¨ªo en lograr que China entre en la OMC y abra m¨¢s sus mercados: se trata de nuestra mayor fuente de problemas".
La otra gran preocupaci¨®n de Clinton parece ser la deuda, pero esta vez la que se encuentra en manos privadas. "El argumento b¨¢sico es el siguiente: mire, la econom¨ªa va tan bien, y la Bolsa est¨¢ tan arriba, y la gente dispone de tanto dinero en acciones o lo que sea, que se pueden permitir incurrir en mayores deudas, ya sea pr¨¦stamos para sus negocios o para consumir. Esta gente est¨¢ incurriendo en deudas que de otro modo no contratar¨ªan si quisieran dormir m¨¢s tranquilos o fuesen m¨¢s esc¨¦pticos. Me preocupa eso. Aunque por otra parte me tranquiliza el hecho de que el Gobierno disfruta de un super¨¢vit fiscal, y eso disminuye el riesgo un poco. De todas formas, lo que nadie parece capaz de arreglar en EEUU es c¨®mo volver a las tasas de ahorro personal de anta?o". A¨²n as¨ª, Clinton le echa un capote a Gore y afirma que hay posibilidades de recortar m¨¢s los impuestos. "Podemos permitirnos un razonable recorte de impuestos, de forma que no nos cause problemas en cinco o diez a?os. Se puede hacer en un marco que no ponga en peligro la Seguridad Social y que no nos impida reducir la deuda".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.