"Es muy dificil que las prostitutas reconozcan sus propios derechos"
Marian Arias (Barakaldo, 1969), psic¨®loga de profesi¨®n, trabaja en la asociaci¨®n Askabide, que desde hace 15 a?os presta ayuda a las mujeres que ejercen la prostituci¨®n en Bilbao. Durante estos d¨ªas, Arias ha a?adido a su ingente labor una tarea m¨¢s: intervenir en la preparaci¨®n de las jornadas que bajo el t¨ªtulo Prostituci¨®n, trabajo o explotaci¨®n se celebrar¨¢n en Bilbao los pr¨®ximos 10 y 11 de febrero. Pregunta. ?C¨®mo ha evolucionado la situaci¨®n de las prostitutas en estos 15 a?os?
Respuesta. En 1985, la situaci¨®n era todav¨ªa much¨ªsimo peor que ahora. Las mujeres no estaban empadronadas, no ten¨ªan tarjeta sanitaria y no percib¨ªan ning¨²n tipo de salario social, ni pensi¨®n. Las primeras campa?as fueron dirigidas a informar sobre el sida, enfermedades de transmisi¨®n sexual y cuidados sanitarios. Ahora el problema m¨¢s gordo es que la mayor¨ªa de las chicas que vienen a ejercer la prostituci¨®n son extranjeras; llegan en situaci¨®n irregular y generalmente trabajan en "sistema plaza": cada 21 d¨ªas las cambian de ciudad. Y nuestro problema es que es muy dif¨ªcil acceder a ellas.
P. ?Acuden ustedes a las mujeres o se dirigen ellas a Askabide?
R. Antes, la prostituci¨®n se concentraba en Cortes [una calle de Bilbao]. Sal¨ªamos a la calle y entr¨¢bamos en los clubes. Pero ahora hay otros locales en otras zonas en las que un vigilante en la puerta te dice "t¨² no pasas". Pero una chiquita que traen de Puerto Rico y la llevan a un club de carretera est¨¢ indefensa.
P. ?Sabe cu¨¢ntas prostitutas puede haber en Euskadi?
R. Lo ¨²nico que hay es un informe que present¨® en su momento Atutxa [Juan Mari, ex consejero de Interior] y hablaba de 2.200 personas. Pero esa cifra se queda cort¨ªsima. Hay mujeres que ejercen la prostituci¨®n en un barrio, amas de casa que espor¨¢dicamente tiene problemas econ¨®micos, gente de club, de alto standing, de pisos. Cuantificar eso es imposible. En Cortes, hay unas 100 ¨® 150, y adem¨¢s, las mujeres mayores que siguen trabajando con amigos
P. Uno de los objetivos de Askabide es sensibilizar a la sociedad, ?lo consiguen?
R. Es evidente que ser prostituta supone que la gente te rechace. Todos somos muy liberales, cada uno hace con su cuerpo lo que le da la gana, pero en el momento que ejerces la prostituci¨®n te conviertes en puta. Hay una frase que lo dice todo: "a todo el mundo le gusta el jam¨®n, pero a nadie le gusta tener el cerdo debajo de su casa". El verdadero problema es que las mujeres asumen que lo son y dicen que quieren parecerse a las decentes.
P. ?Hay prostitutas de priemera y de segunda clase; las que eligen y las que est¨¢n por obligaci¨®n; las de lujo y las que hacen la calle con 60 a?os?
R. La clave est¨¢ en la elecci¨®n. Si han elegido libremente, lo consideran un trabajo y pueden estar hasta contentas.
P. ?Servir¨¢n las jornadas para hallar alguna respuesta?
R. Queremos que sean divulgativas; presentar una realidad y que la gente sepa lo que ocurre. Tambi¨¦n nos gustar¨ªa llegar a unas l¨ªneas de actuaci¨®n generales, si se puede, lo que dudo bastante. Las jornadas tienen un car¨¢cter filos¨®fico.
P. En ellas se va a debatir que la prostituci¨®n puede ser un trabajo o una explotaci¨®n ?En qu¨¦ lado est¨¢?
R. Los que dicen que es un trabajo piden su legalizaci¨®n y los que aseguran que es una explotaci¨®n quieren que se acabe. Muchos estamos en medio. Las mujeres que est¨¢n en Askabide dicen que es un trabajo, pero ninguna reconoce que es prostituta. Es muy dif¨ªcil que las prostitutas reconozan sus derechos, porque no se reconocen ni como colectivo.
P. ?Mejor¨ªa la situaci¨®n si se legalizara?
R. La prostituci¨®n no siempre es un trabajo digno: la trata de blancas, las toxic¨®manas que hacen coches, las ancianas de 60 y 70 a?os, ?c¨®mo se va a legalizar el ejercicio de su actividad? Hay mujeres que ganan mucho dinero y est¨¢n porque quieren, pero el problema es que cuando se legaliza, se legaliza para todos.
P. ?Lo primero que habr¨ªa que conseguir es normalidad, que se les considere como a las dem¨¢s mujeres?
R. Lo primero es la normalidad. Ellas se sienten humilladas. Hasta hace nada, hab¨ªa redadas policiales y se las llevaban en furgonetas. Hablamos de legalidad o no; de normalidad, pero no hemos hablado del cliente. Hay un remedio muy facil para que no haya prostituci¨®n, y es que no haya demanda.
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