Una pizca de suerte
El desplome de la entreplanta del centro que Muebles Peralta posee en la autov¨ªa de C¨¢diz arrastr¨® a numerosas personas que trataban de adquirir unos sillones en oferta. Han ca¨ªdo desde una altura de cuatro metros. El resultado: 185 heridos, de los que 38 se encuentran en estado grave.De nuevo la tragedia asoma en Sevilla. Apenas ha pasado el tiempo desde que los muros del Bazar Espa?a y de Bustos Tavera se desplomaron y causaron la muerte a siete personas. En esta ocasi¨®n la amortiguaci¨®n en la ca¨ªda -el piso cedi¨® formando un tobog¨¢n-, as¨ª como la intervenci¨®n de bomberos, servicios sanitarios y el comportamiento de los ciudadanos han evitado -esperemos que as¨ª sea- la muerte de muchas de estas personas.
Con esta tragedia y con aqu¨¦llas han venido las palabras. Parece que fueran iguales y, aunque puedan serlo, a¨²n no se conocen las causas, por lo que no es posible unirlas en este momento. Cualquier afirmaci¨®n en este sentido carece del rigor que debe presumirse en quienes nos gobiernan.
Esta ausencia de certeza en las causas no enmascara el hecho de que los muros de nuestras calles y nuestros edificios se caen. Que la seguridad en nuestros paseos y en nuestras compras deja mucho que desear. Que no es normal tanta fragilidad en lo p¨²blico y en lo privado y que, si es normal desde el punto de vista legal, es necesario cambiar las leyes y sustituirlas por otras que impidan que muertos y heridos empiecen a formar parte del paisaje, cuando ¨¦ste no se ve sometido a huracanes ni a otros bombardeos que no sean los de la publicidad.
Esperemos que no muy tarde la Justicia sepa dar a conocer el origen de tanto siniestro, que no nos deje en la duda y diga si realmente ha existido falta de diligencia por quienes deben garantizar la seguridad en v¨ªas p¨²blicas y edificios. De su fijaci¨®n va a depender que puedan resultar responsables quienes est¨¢n encargados de cuidar edificios y v¨ªas y, si no lo son, se tendr¨¢ que cambiar la norma por otra que permita pasear y comprar. Mientras tanto, a esperar que no nos toque y, si toca, que contemos con esa pizca de suerte que, antes de ayer, tuvieron muchos ciudadanos.
EUGENIO SU?REZ PALOMARES
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