Una corrida de toros en Manchester
Hoy arranca el torneo de rugby m¨¢s antiguo del mundo en Roma. S¨ª, en Roma. Italia contra Escocia. En las Seis Naciones. No las Cinco; las Seis. A primera vista la idea de que se dispute un partido de rugby importante, televisado en directo por todo el mundo, en la Ciudad Eterna resulta tan aberrante como, bueno, un partido internacional de cricket en Sevilla. Una corrida de toros en Manchester.Pero ah¨ª est¨¢. Un disparate que nos trae el nuevo milenio, ser¨ªa una posible interpretaci¨®n, pero por primera vez desde que se inici¨® el campeonato europeo de facto de rugby en 1873 habr¨¢ una naci¨®n plenamente mediterr¨¢nea midi¨¦ndose contra los gigantes del norte. ?Qu¨¦ saben los italianos de rugby? ?Los italianos, que tienen fama en las islas brit¨¢nicas de ser los peores soldados del mundo? ?C¨®mo pretenden competir en el deporte m¨¢s rudo, m¨¢s gladiatorial que existe? En tiempos del imperio, s¨ª. C¨®mo no. La selecci¨®n del Senatus Populusque Romano hubiera sido imbatible en el Coliseo.
Pero la lecci¨®n, la sabidur¨ªa superior, que los italianos parec¨ªan haber asimilado desde la ca¨ªda del imperio es que la vida es demasiado corta, demasiado dulce, demasiado bella, para asumir los riesgos innecesarios que conlleva la guerra. As¨ª que se dedicaron al arte, al comercio, a la gastronom¨ªa, al amore. Italia y el rugby son dos conceptos tan incompatibles como Escocia y el buen comer.
O no. Porque lo curioso es que la trayectoria del rugby internacional en Italia es tan larga y venerable como la de Espa?a. ?La de Espa?a? S¨ª. Resulta que el primer partido que disput¨® la selecci¨®n italiana fue en el a?o 1929. El 20 de mayo de 1929. En Barcelona. Contra la selecci¨®n espa?ola, que le gan¨® 9-0. Y desde entonces Italia ha disputado 243 partidos internacionales de rugby, de los que ha ganado m¨¢s de la mitad. Pocos de ellos contra rivales de gran talla. La historia demuestra que despu¨¦s de aquel fracaso inicial en Barcelona Italia ha disputado 24 encuentros contra Espa?a, de los que ha ganado 21.
Pero los italianos siguen siendo los italianos. Gente pr¨¢ctica que entiende muy bien que lo cort¨¦s no quita lo valiente. Cuando jugaron contra la Alemania de Hitler en Berl¨ªn en 1936, por ejemplo, tuvieron el gesto, la inteligencia, de perder 6-3, y as¨ª no dejar en r¨ªdiculo la tesis de dominaci¨®n racial germana del estimado amigo del Duce. Porque, ese partido aparte, los hechos demuestran que Italia juega mucho mejor al rugby que Alemania. Que un deporte que pareciera hecho a la medida del temperamento teut¨®n no lo es. Que de ahora en adelante Italia competir¨¢ con los grandes del rugby europeo y que un d¨ªa saldr¨¢ campe¨®n. Un d¨ªa lejano, tal vez. Porque este a?o no ganar¨¢. Ni el que viene. En el Mundial que se acaba de celebrar perdieron 101-3 contra Nueva Zelanda y 67-7 contra Inglaterra. Bochornoso, pero ganaron a Francia, incre¨ªblemente, en 1997; y a Escocia el a?o siguiente. Y como consecuencia de aquellas victorias el comit¨¦ de las Cinco Naciones decidi¨® que las cinco ser¨ªan seis.
Y mientras existe gente esc¨¦ptica en Cardiff y Londres que cuestiona la capacidad de Italia de competir contra los hombres duros del norte, son pocos los que opinan que invitarles a participar en la gran hermandad rugbyesca fue una mala idea. Porque para un fan de Edimburgo, recordando con una ir¨®nica sonrisa que Adriano mont¨® un muro a lo largo del norte de Inglaterra para impedir que los b¨¢rbaros escoceses incomodasen al imperio romano, es bonita la idea de viajar a ver a su pa¨ªs jugar al rugby en Roma. Porque el Inglaterra-Italia que se celebrar¨¢ en Roma el 18 de marzo ser¨¢ algo hist¨®rico, fant¨¢stico. Y porque los italianos caen bien y, en realidad, son tan valientes sus jugadores como los legionarios de anta?o y con el tiempo puede que su genio latino, su talento naturale, eleve el rugby a una nueva, y m¨¢s bella, dimensi¨®n.
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