?Para qu¨¦ sirve la OCDE?
Mala suerte para los propagandistas. Al mismo tiempo que se daba a conocer el informe monogr¨¢fico sobre Espa?a de la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) -muy positivo para la marcha de la econom¨ªa de nuestro pa¨ªs-, aparec¨ªa la cifra del paro registrado de enero (m¨¢s de 56.000 nuevos desempleados), el peor dato correspondiente a ese mes desde 1994 (cuando cambi¨® el ciclo e inici¨® su fase ascendente, no en 1996, como interesadamente dicen los que ahora mandan). Esta vez no sali¨® a comentar las cifras el locuaz ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, que tantas veces se luci¨® en el pasado, sino el secretario general de Empleo, Juan Chozas, m¨¢s abundante en las comparecencias p¨²blicas en el ¨²ltimo medio a?o, periodo en el que, mes a mes, ha ido avanzando el desempleo.Hagamos un poco de ficci¨®n cient¨ªfica. Es el mes de febrero del a?o 2010. Ya se ha superado la primera d¨¦cada del siglo XXI. La OCDE hace p¨²blico su informe anual sobre Espa?a ?Qu¨¦ recomienda?: flexibilidad en el mercado de trabajo, reducciones en la protecci¨®n al desempleo, descentralizar la negociaci¨®n colectiva, desmontar el sistema de pensiones p¨²blicas dada la generosidad de las prestaciones, etc¨¦tera. Ahora, regresemos al pasado. ?Qu¨¦ aconsejaba la OCDE en 1990, es decir, hace 10 a?os? Las mismas cosas, con otras graduaciones; m¨¢s la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, un crecimiento mucho m¨¢s modesto de los salarios para no perjudicar a la inflaci¨®n... ?Qu¨¦ dice la monograf¨ªa de la OCDE sobre Espa?a conocida ayer? Que es necesario poner en marcha una nueva reforma laboral (a pesar de que aplaude la creaci¨®n de empleo en los ¨²ltimos tiempos), abaratar el despido, recortar las prestaciones sociales en la renegociaci¨®n del Pacto de Toledo, flexibilizar los contratos, restringir las condiciones de acceso al desempleo rural, etc¨¦tera.
Para la OCDE no pasa el tiempo. Sus recetas son de talla ¨²nica. No hay un solo elemento impredecible en sus escritos; se podr¨ªan adelantar sin temor a la equivocaci¨®n. Entonces, hay que preguntarse, como ya lo hacen muchos analistas, para qu¨¦ sirve la OCDE. El m¨¢s encopetado de los organismos multilaterales naci¨® en 1961 para continuar y ampliar las funciones de la anterior Organizaci¨®n Europea de Cooperaci¨®n Econ¨®mica (OECE). Forman parte de ella 29 pa¨ªses, los m¨¢s ricos del mundo. Varios centenares de economistas y t¨¦cnicos proveen de an¨¢lisis e ideas a los gobiernos de los pa¨ªses miembros, siempre en la misma direcci¨®n. Mientras el Fondo Monetario Internacional se especializa en las finanzas, el Banco Mundial en el desarrollo, la OMC en el comercio, la OMS en la sanidad, ?a qu¨¦ se dedica la OCDE? A fabricar ideas. "Nuestro papel es pensar", dijo el pasado a?o el ministro mexicano de Finanzas, ?ngel Gurr¨ªa, que presid¨ªa entonces la reuni¨®n ministerial. Es decir, la OCDE se constituye en una especie de think tank (barbarismo que se traduce m¨¢s o menos como tanque de pensamiento), el ¨²nico foro de reflexi¨®n p¨²blico, intergubernamental, frente a tantos otros de naturaleza privada. Pero sus mensajes no se distinguen demasiado de los que exportan los foros de reflexi¨®n particulares, fundamentalmente de los norteamericanos. En casi todas las ocasiones da la sensaci¨®n de ser una especie de brazo anal¨ªtico del Gobierno norteamericano.
Raramente se ha pronunciado la OCDE sobre las reformas de segunda generaci¨®n, lo que explica que no d¨¦ respuesta a algunas cosas que ahora est¨¢n pasando: por qu¨¦ hay pa¨ªses que habiendo cambiado de paradigma econ¨®mico, habiendo hecho los deberes que la ortodoxia de las instituciones multinacionales aconsejaban, habiendo reducido los d¨¦ficit, hecho los ajustes fiscales, dome?ado la inflaci¨®n, no acaban de despegar o, peor a¨²n, sufren de nuevo la recesi¨®n. O cu¨¢l es el resultado, en t¨¦rminos de concentraci¨®n de poder econ¨®mico, de las privatizaciones que ha avalado. Si no responde a estos asuntos, tambi¨¦n a la desigualdad creciente, devendr¨¢ en mera oficina de propaganda. Y como tal deber¨¢n tratarse sus documentos.
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