CARMEN OLMEDO Una mujer frente a su organismo
S
i se decidiera a escribir su vida ?empezar¨ªa por el principio o por el presente? "Soy el resultado de una trayectoria pol¨ªtica que no tendr¨ªa sentido sin el principio", responde la voz de Carmen Olmedo desde el tel¨¦fono. Es una voz, como m¨¢s adelante se comprobar¨¢, comprometida y sin edad. Luego comienza a hablar, pero no por el principio de su vida sino por el inicio de su relaci¨®n con el Instituto Andaluz de la Mujer, hace 20 a?os. All¨ª, en ese origen intermedio, encuentra su vocaci¨®n.
En la vida, por lo general, la mente madura junto a un cuerpo. "Yo he crecido junto al organismo". El organismo de Carmen Olmedo es el Instituto Andaluz de la Mujer y en cierto modo, cuando habla de ¨¦l, le atribuye una consistencia biol¨®gica. "Yo he tenido la fortuna de iniciar un proceso. He ido creciendo y creando el instituto. Empec¨¦ en 1978, en la Junta preauton¨®mica, con el encargo de desarrollar las primeras pol¨ªticas de igualdad. En 1986 coordin¨¦ en M¨¢laga el primer Centro de la Mujer que se abri¨® en Espa?a. Tres a?os m¨¢s tarde se cre¨® el instituto y fui nombrada directora general. Ten¨ªamos cuatro funcionarios prestados y 200 millones de presupuesto. Hoy tenemos 700 empleados o colaboradores y 3.000 millones. Creo que despu¨¦s de 20 a?os no es bueno seguir. Hay que acabar etapas y trabajar en otros campos".
Pero no es f¨¢cil la marcha. Olmedo, que concurrir¨¢ en el segundo puesto en la candidatura del PSOE al Congreso por M¨¢laga, su ciudad natal, abandona la lucha activa en favor de la igualdad de la mujer con un sentimiento mezcla de insatisfacci¨®n, orfandad y orgullo. "Estoy avergonzada por irme sin cerrar antes todos los refugios de mujeres maltratadas. Me averg¨¹enza que la sociedad no les pueda garantizar la integridad en sus propias casas. Adem¨¢s hay un vac¨ªo, claro. Entre ayer y hoy tengo un sentimiento como si tuviera que abandonar mi casa. Mi vida ha sido mi familia y esto. No tengo experiencia parlamentaria. Aqu¨ª el trabajo es m¨¢s inmediato. All¨ª ser¨¢ m¨¢s gris, m¨¢s individual y no s¨¦ trabajar a solas".
Olmedo ha sido testigo de c¨®mo la sociedad ha ido reconociendo los derechos de la mujer. Ha sido un proceso largo pero m¨¢s veloz de lo que era previsible, en una ¨¦poca en que el proyecto igualitario femenino suscitaba el escepticismo entre sus propios compa?eros. "Si miro atr¨¢s", dice la voz desde el tel¨¦fono, "he de reconocer que pensaba que iba a costar mucho m¨¢s trabajo. Hace 20 a?os no me hubiera cre¨ªdo que el PSOE se convertir¨ªa en el primer partido con listas paritarias".
Aparte permanece el lado oscuro. "Este pa¨ªs tiene una tasa moderada de criminalidad, es un pa¨ªs normal, no demasiado violento, pero muchas mujeres viven una situaci¨®n de violencia cotidiana. Es algo que escapa a tu comprensi¨®n. ?C¨®mo es posible que un hombre pegue o viole a su hija o a su compa?era? ?Qu¨¦ es lo que altera el mecanismo de protecci¨®n? No lo puedo comprender".
La voz de Olmedo es vivaz, animosa. Habla con fluidez de las pol¨ªticas de igualdad, de la izquierda y la derecha, no evita opiniones o cr¨ªticas. Cree que la uni¨®n electoral de la izquierda ser¨¢ importante en la defensa de la mujer, aunque no es demasiado expl¨ªcita. "Si llegamos a un pacto y gobierna la izquierda siempre estar¨¢ m¨¢s comprometida con las pol¨ªticas de igualdad. El PP ha asegurado que est¨¢ preocupado por el paro femenino y por la violencia, pero no ha preparado programas, no ha adquirido un verdadero compromiso. Eso marca la diferencia entre la izquierda y la derecha".
En cambio, los datos de su perfil personal los suelta con cuentagotas, siempre despu¨¦s de una pregunta. Al fin los dice de corrido, con un raro apresuramiento: "Nac¨ª en M¨¢laga. Me cas¨¦ muy joven, me parece que con 20 a?os. No recuerdo. Tuve tres hijos; uno muri¨®. Me separ¨¦ con 30. No he perdido mis v¨ªnculos con M¨¢laga. He vivido en Sevilla, que es una ciudad que tiene una calle muy larga que llega a M¨¢laga. Soy empleada de la Diputaci¨®n. ?La edad de mis hijos? A ver. Creo que la ni?a 27 y el ni?o 25. Quiz¨¢ me equivoque. No los felicito en sus cumplea?os. Esas son cosas del El Corte Ingl¨¦s. No me importa la edad. Una vez una gitana me dijo que ten¨ªa entre 30 y 50 a?os. ?Qu¨¦ bonito! Desde entonces la edad me parece un absurdo. No me importa la edad de nadie. Tampoco la m¨ªa. Yo no s¨¦ la edad que tengo. Por eso no la digo nunca".
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