Sensaciones de madera
La firma sevillana dise?a muebles simples y audaces
La caldera est¨¢ llena de le?a y la tripulaci¨®n preparada para botar la nave. Tras cinco a?os de trabajo a puerta cerrada en los muelles del Guadalquivir, Luis de Castro y sus hombres est¨¢n dispuestos a hacerse a la mar. A este ebanista toledano, que lleg¨® a Sevilla hace 20 a?os, le gusta referirse a su empresa en t¨¦rminos marineros, aventureros casi. Y se entusiasma con "la filosof¨ªa" del taller de dise?o y venta de muebles que patronea.La sociedad que crearon De Castro y Anselmo Vald¨¦s (directivo de Sevilla Equipo 28, un estudio de dise?o y maquetaci¨®n), El R¨ªo Arte y Hogar, es de dimensiones modestas y, como recalca el ebanista, con pretensi¨®n de "funcionamiento local". El R¨ªo ocupa una nave a orillas del Guadalquivir, muy pr¨®xima al puerto de Sevilla, en la que De Castro ha estado ense?ando durante un lustro su oficio a la "mariner¨ªa", que tras un fuerte entrenamiento ha quedado reducida a cuatro personas capaces de reproducir con una maquinaria sencilla los dise?os del ebanista toledano.
"Queremos ser los cl¨¢sicos del siglo XXI", indica De Castro como aproximaci¨®n a su "filosof¨ªa". Los dise?os de El R¨ªo son novedosos por volver a las l¨ªneas m¨¢s simples. El respeto "a la materia prima" y a las formas naturales es el abc de la casa. En cualquier mueble, desde un rotundo arc¨®n a las vers¨¢tiles mesas de trabajo, la m¨¢xima es conjugar m¨¦todos tradicionales de elaboraci¨®n con dise?os que, por elementales, son rompedores. "Aqu¨ª, algunos han llegado y han salido disparados, hay mucho horror al vac¨ªo", explica. Otros muchos, sin embargo, quedan prendados con los muebles de El R¨ªo y pasan a formar parte de una fidel¨ªsima clientela.
La ¨²nica estrategia comercial de El R¨ªo en estos a?os ha sido el boca a boca. De hecho, hasta hace muy poco, en la entrada de la nave no hab¨ªa se?al alguna de que all¨ª dentro se estuviesen haciendo muebles, y menos a¨²n de que se vendiesen. Ahora la han pintado de azul y han puesto un m¨ªnimo cartel. De Castro ha preparado todo para el gran salto adelante, pero aun as¨ª expresa cierto temor a un ritmo demasiado elevado, "estas cosas tienen su tiempo". El ebanista no quiere perder, "ni ahora ni m¨¢s adelante", el contacto con el cliente, "la satisfacci¨®n de saber a qui¨¦n va lo que haces".
El azul tambi¨¦n impera en el amplio taller de carpinter¨ªa, que comparte espacio con una sala de exposici¨®n m¨¢s peque?a. La combinaci¨®n de colores suaves es otro de los rasgos distintivos de los muebles de El R¨ªo. "Lo que no puede ser es que llegues a descansar y relajarte, y que toda la casa siga d¨¢ndote tanta informaci¨®n, tanta excitaci¨®n visual", dice De Castro, que defiende la madera como la materia "m¨¢s c¨¢lida, la que m¨¢s serenidad transmite". Una sensaci¨®n que se traslada al tacto: en las mesas, las estanter¨ªas, o las l¨¢mparas elaboradas en este taller sevillano no hay barnices, s¨®lo ceras naturales.
De Castro ha puesto las bases de dos nuevas l¨ªneas de dise?o para impulsar "la nave". En la serie 400 se rescatan las formas tradicionales de construcci¨®n, con muebles realizados en madera maciza (teka africana, caoba brasile?a, nogal europeo). En la serie 2000 El R¨ªo ofrece un sistema de m¨®dulos que permite adaptar sus dise?os a las necesidades de los clientes, aqu¨ª dominan las mesas de trabajo, las bibliotecas y los armarios, en los que se combinan las maderas nobles con tableros de fibra "mucho m¨¢s consistentes que los conglomerados habituales". De este modo, se ahorra materia prima, algo que obsesiona al ebanista. "Aquel armario de all¨ª se ha llevado un ¨¢rbol entero", advierte.
El dise?ador de muebles no oculta que los precios no son para todos los bolsillos -"aunque por debajo de otras casas de dise?o", asegura-, y que la velocidad en la fabricaci¨®n se sacrifica en favor de los acabados. El ritmo de producci¨®n no es ni ser¨¢ alto, si El R¨ªo mantiene su filosof¨ªa. Para poder hacer as¨ª las cosas, han ajustado al m¨¢ximo los costes: trabajan de ocho de la ma?ana a cuatro de la tarde, para aprovechar la luz natural de la inmensa claraboya del techo y han adaptado una maquinaria "muy elemental, de no m¨¢s de cinco millones" a sus procesos.
"Lo m¨¢s importante ha sido formar a la gente", asegura De Castro, que se confiesa autodidacta y que recuerda que "antiguamente" hab¨ªa que tener al menos 18 a?os de aprendizaje para ser reconocido como maestro de carpinter¨ªa. "Ya no encuentras a nadie con oficio".
ALEJANDRO BOLA?OSDirecci¨®n
Avda. de la Raza, nave 6.
Almac¨¦n 2.
41012 Sevilla.
Tef.: 954 62 72 72
Empleos
5
Facturaci¨®n
15.000 millones
Producci¨®n
Dise?o y venta de muebles
El R¨ªo ofrece un sistema de m¨®dulos que permite adaptar sus dise?os a las necesidades del cliente
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