Leiro muestra en Nueva York la m¨¢gica simbiosis de sus esculturas de granito El IVAM recoge tambi¨¦n estos d¨ªas una retrospectiva de la obra del artista gallego
Escasamente diez d¨ªas despu¨¦s de la inauguraci¨®n de una retrospectiva de su obra en el Centre del Carme del IVAM, Francisco Leiro acaba de presentar una importante muestra de esculturas en el neoyorquino barrio de Chelsea, epicentro del mundo art¨ªstico de aquella ciudad. A cinco mil kil¨®metros de las m¨¢s de cuarenta obras reunidas a orillas del Mediterr¨¢neo, en los muelles del Hudson, en Manhattan, un carguero holand¨¦s pon¨ªa fin a veinte d¨ªas de traves¨ªa atl¨¢ntica, desembarcando quince esculturas de granito y bronce, con un peso total superior a las veinte toneladas.
El barco recal¨® en Nueva York en medio de un fuerte temporal de nieve, con una temperatura de veinte grados bajo cero. Cuando llegaron a la galer¨ªa, situada en la planta baja de las antiguas cocheras del m¨ªtico Hotel Chelsea, las obras de arte estaban recubiertas de una gruesa capa de hielo. Leiro lleg¨® a Nueva York con una beca Fulbright, hace casi quince a?os, y desde entonces distribuye su tiempo a partes iguales entre aquella ciudad y Galicia, aprovechando sus estancias en su localidad natal, Cambados, para realizar esculturas en granito. La intenci¨®n de la muestra es presentar al p¨²blico norteamericano, familiarizado con sus trabajos en madera, la obra en piedra del escultor. Leiro ejecuta un promedio de tres a cuatro tallas de granito al a?o, de modo que la exposici¨®n presentada en la galer¨ªa Marlborough Chelsea encierra una d¨¦cada de trabajo. "Cuando me enfrento al granito", explica el escultor, "me planteo la pieza de una manera completamente diferente a como lo hago con otros materiales. En madera, el proceso es exactamente el opuesto. Por ejemplo, en el retablo homenaje al maestro Sim¨®n Rodr¨ªguez las figuras flotan en el aire. Por el contrario, el granito es la piedra hita, que busca clavarse en la tierra". Clasicista
El centro de la exposici¨®n lo constituyen Profeta I y Profeta II, dos piezas de dos metros y medio de altura y tres mil quinientos kilos de peso cada una. Revestidas de un car¨¢cter ¨¦pico y una gravedad elemental, estas dos esculturas son representativas de la faceta clasicista del hacer de Leiro. Adem¨¢s de inscribirse en la tradici¨®n galaica, estos colosos de granito negro transmiten una fuerza que hace pensar en el Balzac de Rodin. "Son fustes, atlantes, su misi¨®n es aguantar el peso del mundo. Formalmente, responden a la idea de poner una piedra de pie, acci¨®n que de por s¨ª ya comunica algo. El granito es un material tel¨²rico, inquietante, que transmite al espectador una sensaci¨®n de poder. Es el menhir, el castro. Los guerreros castre?os estaban tallados en granito, y se los colocaba en las murallas para que diera la sensaci¨®n de que estaban siempre vigilando". Leiro explica sus esculturas en relaci¨®n directa con los elementos naturales de su tierra natal. "Galicia es una plataforma gran¨ªtica", dice, y de Santiago de Compostela afirma: "Toda la ciudad es una especie de cantera; es el equivalente europeo a la ciudad jordana de Petra".
El segundo elemento, despu¨¦s de la piedra, es el mar: "Toda la r¨ªa de Arousa est¨¢ plagada de rocas que tienen nombres propios, antiqu¨ªsimos, precristianos: Con Donor, Cons da Fora, As Trixi?as. Son rocas que ha labrado el mar, cada una con su propias leyendas y misterios".
Otro grupo lo constituyen obras en piedra y bronce, de menor escala, que efect¨²an una serie de variaciones en torno a un s¨ªmbolo que es concreci¨®n simult¨¢nea de mar y piedra: la concha. Este grupo escult¨®rico encierra un aspecto fundamental de la obra de Leiro: el humor, la iron¨ªa soterrada, su inter¨¦s por expresar el lado absurdo, grotesco de la existencia. Leiro da vida a entidades h¨ªbridas que constan de dos elementos inasimilables. De las conchas f¨®siles emergen grupos de pies humanos, en diversas posiciones: de rodillas, avanzando armoniosa o dubitativamente. Francisco Leiro se muestra reacio a hablar de sus esculturas en t¨¦rminos de cr¨ªticas e influencias: "Hay algunos cr¨ªticos que explican mis obras en funci¨®n del fil¨®sofo o el poeta de turno. Les interesa el concepto, pero se les escapa el conocimiento de lo que es la escultura en s¨ª. No se paran a ver las cualidades propias de la pieza, la soluci¨®n t¨¦cnica al reto particular que plantea. Yo lo que busco, por medio de las texturas, el manejo de los vol¨²menes, o ciertos desequilibrios, es provocar una determinada sensaci¨®n de ¨¢nimo en el espectador".
La pieza titulada El borracho se puede considerar el punto de encuentro de los distintos haces de fuerza reunidos en esta sugerente muestra. En la imagen del coloso ca¨ªdo se dan cita muchos de los aspectos que caracterizan el hacer de uno de los representantes m¨¢s originales e innovadores de la escultura espa?ola de hoy: la grandeza, el humor, el desconcierto, el ingenio y la extra?eza. Una m¨¢gica simbiosis de fuerza y ternura.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.