Una visi¨®n distinta de la industria del "cine porno"
Firma como Frank Lasecca, con seud¨®nimo, al mejor estilo de las estrellas porno, pero se llama Paco Gisbert, y sus atributos (cinefilia, sentido del humor y un pedazo de archivo est¨¢n a disposici¨®n de los lectores en el libro Fantas¨ªas de noche, que acaba de publicar Midons y han presentado esta semana, en Madrid, Tonino (autor del pr¨®logo) y Juanjo de la Iglesia. Dos hombres Caiga quien caiga para un libro que es, m¨¢s bien, de rompe y rasga: su tesis es que el cine porno es un g¨¦nero m¨¢s, una industria gigantesca en la que no es f¨¢cil distinguir el grano de la paja, pero en la que no todo es vicio y zapeo: hay tambi¨¦n calidad, coraz¨®n, emoci¨®n, oscars y, a veces, introspecci¨®n y cr¨ªtica social.Gisbert es cr¨ªtico de pel¨ªculas X en la revista Turia, y ha reunido las, a su juicio, 50 mejores pel¨ªculas porno para intentar dignificar un poco este g¨¦nero, tan denostado como masivamente consumido en el silencio m¨¢s o menos jadeante de las salas especializadas o los videoclubes (seg¨²n datos de Gisbert, hace unos a?os el 75% de los alquileres de v¨ªdeo era porno). Gisbert ha condensado en el libro, seg¨²n dice Tonino en el pr¨®logo, "a?os de investigaci¨®n realizada entre los vapores de ozono-pino de las salas X", y , despu¨¦s de innumerables noches "de encomiable trabajo", ha resumido los argumentos, definido sus calidades e innovaciones y esbozado las cr¨ªticas (m¨¢s o menos serias) para introducirnos de lleno en este mundo hecho de siliconas, polvos maratonianos y angustias variadas. Porque, al fin y al cabo, dice Gisbert, "el porno es un g¨¦nero m¨¢s, igual que el western: est¨¢ lleno de pel¨ªculas malas y de otras mucho mejores, que logran que al espectador le parezca real esa sucesi¨®n de mentiras rodadas".
Su repaso empieza en 1971, con la pel¨ªcula de animaci¨®n A history of the blue movie, de Alex de Renzy, y contin¨²a con algunos grandes cl¨¢sicos: Garganta profunda (1972), de Gerard Damiano; Tras la puerta verde, de Jim y Artie Mitchell (1973); El sexo que habla, de Francis Leroi; Tras la puerta verde, 2 (1986), o Concepts by Salieri 1, de Mario Salieri (1990).
Por cierto, que el recorrido por estos treinta a?os traduce bastante bien la evoluci¨®n del cine no X: "En los setenta se llev¨® mucho lo underground; en los ochenta aparecen guiones m¨¢s elaborados; la llegada del v¨ªdeo marca un gusto esteticista, y en los noventa asistimos al porno espect¨¢culo, menos di¨¢logos y m¨¢s acci¨®n", dice Gisbert.
Los directores preferidos de Gisbert son Damiano, "una especie de Bergman pornogr¨¢fico, muy preocupado por la instrospecci¨®n y las historias psicol¨®gicas"; los hermanos Mitchell, "verdaderos popes del underground californiano", o el italiano Salieri, que reproduce en los noventa el mito del cine de autor europeo e "inventa el neorrealismo sucio denunciando en sus historias c¨®mo el poder se ejerce a trav¨¦s de la dominaci¨®n sexual".
Pero no hay que olvidar que el porno es una industria en la que manda Estados Unidos (Las Vegas entrega cada a?o los Oscar X, con categor¨ªas tan variadas como mejor director o actriz, mejor coito o mejor felatio). Una industria con su star system, su sindicato, su hipocres¨ªa y todo, que por tener tiene hasta su Marilyn Monroe: "Se llamaba Savannah, y fue una de las mejores en los primeros a?os noventa. Pero la despidieron por su vida disipada (sal¨ªa con j¨®venes rockeros), hasta que finalmente se peg¨® un tiro".
Gisbert se detiene tambi¨¦n en otras grandes figuras: la m¨ªtica Linda Lovelace de Garganta profunda; el bello y enorme Rocco Sifredi; Traci Lords, que reneg¨® joven y acab¨® en una serie juvenil de televisi¨®n... Pero, aparte de toda esta cultura general, el libro tiene sobre todo una ventaja, como dice Tonino: que despu¨¦s de leerlo ya no hace falta mirar por encima del hombro en el videoclub para ver qu¨¦ pel¨ªcula se va a llevar a casa el vecino...
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