Guerra de saludos

La presencia de la ultraderechista Elisabeth Sickl en la primera cita europea del nuevo Gobierno austriaco provoc¨® momentos de tensi¨®n y cierto embarazo entre algunos ministros comunitarios que negaron el saludo a la integrante del Partido Liberal de J?rg Haider. Sickl lleg¨® a la sede de la reuni¨®n con un pa?uelo de la Uni¨®n Europea anudado al cuello, pero su gesto no le sirvi¨® de nada para distender el ambiente. Durante la ma?ana s¨®lo le tendi¨® la mano el ministro portugu¨¦s de Trabajo y anfitri¨®n del encuentro."Por la ma?ana", dijo Sickl a los periodistas, "me he sentido un poco excluida; s¨®lo el ministro portugu¨¦s me salud¨® y me habl¨®. Despu¨¦s, en el almuerzo, hemos mantenido un intercambio de opiniones muy distendido y constructivo entre todos los colegas y algunos ya me estrecharon la mano".

La ultraderechista, viuda de 60 a?os, no consider¨® una "provocaci¨®n" las intervenciones del anfitri¨®n y de las ministras francesa y belga, en defensa de los valores democr¨¢ticos, y dijo agradecerlos al considerar que su grupo es "completamente democr¨¢tico y proeuropeo".

El ministro espa?ol de Trabajo, Manuel Pimentel, provoc¨® las risas de los periodistas cuando fue preguntado sobre si hab¨ªa estrechado la mano a su colega austriaca: "No he coincidido con ella, no he tenido ocasi¨®n... No la conozco y por eso no la he saludado". Preguntado por la reacci¨®n del resto de los colegas, Pimentel evit¨® las pol¨¦micas: "Yo s¨®lo respondo de mi mano. No del resto". El ministro espa?ol no abandon¨® la reuni¨®n durante la intervenci¨®n de Sickl, como hicieron las ministras francesa y belga.

En protesta por la entrada de la ultraderecha en el Ejecutivo austriaco, Lisboa suspendi¨® la tradicional foto de familia que se realiza en este tipo de reuniones y cancel¨® todos los actos previstos al margen de la reuni¨®n.