Justicia incomprensible
No es raro que una resoluci¨®n judicial resulte incomprensible para el com¨²n de los ciudadanos, y no por cuestiones de terminolog¨ªa, sino por el propio concepto de justicia que se materializa en su fallo. Es el caso de la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla que obliga a una ni?a de 13 a?os a volver en contra de su voluntad con sus padres adoptivos, de los que fue separada hace siete a?os por decisi¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa por indicios de malos tratos.Que contra la voluntad expresa de la menor adolescente, acogida desde hace tres a?os por una familia de la localidad granadina de Benamaurel, un tribunal decida entregarla a los antiguos padres y la separe de su actual familia de acogida, en la que est¨¢ plenamente integrada, no s¨®lo es incomprensible para el com¨²n de los ciudadanos. Tambi¨¦n lo es es para el ministerio fiscal y para las instituciones p¨²blicas encargadas de la protecci¨®n del menor, que han interpuesto recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Es lo que hace dudar del fundamento legal de esta sentencia socialmente chocante.
Los jueces de Sevilla han interpretado que los intereses de la ni?a no tienen por qu¨¦ coincidir con sus deseos. Te¨®ricamente es posible. Pero en este caso los deseos de la ni?a parecen reflejar exactamente unas nuevas circunstancias familiares de bienestar que se adaptan perfectamente a sus intereses. Cabe preguntarse si los jueces han tenido en cuenta estas nuevas circunstancias familiares o han resuelto el caso como si se tratara simplemente de un conflicto entre los antiguos padres adoptivos y la nueva familia de acogida. M¨¢s que los derechos de los padres, unos y otros, eran los intereses de la ni?a los que estaban en juego. Los jueces estaban obligados a escuchar atentamente a la protagonista. De haberlo hecho, su decis¨ª¨®n tendr¨ªa que haber sido muy distinta. Habr¨ªan ca¨ªdo en la cuenta de que sus intereses estaban reflejados en los deseos que manifestaba, avalados por unas nuevas circunstancias familiares. De haberse tomado la molestia de verificarlas y de informarse de la nueva vida de la ni?a, no se habr¨ªan atrevido a conducirla por la fuerza de la ley adonde ella no quiere ir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Violencia dom¨¦stica
- AP Sevilla
- Malos tratos
- Adopciones
- Comunidades aut¨®nomas
- Gobierno auton¨®mico
- Audiencias provinciales
- Integridad personal
- Familia
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Tribunales
- Violencia
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Andaluc¨ªa
- Poder judicial
- Espa?a
- Problemas sociales
- Delitos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Proceso judicial
- Sucesos
- Sociedad
- Justicia