Un crimen con mucha letra
Mi¨¦rcoles, d¨ªa de la alb¨®ndiga de carne, es el t¨ªtulo de un manuscrito redactado en 1992 a la espera de ser publicado como novela. Pero tambi¨¦n el relato de un crimen. Richard Klinkhamer, un ermita?o intelectual holand¨¦s de 62 a?os, confes¨® el pasado fin de semana ante la polic¨ªa ser el autor del asesinato de su esposa, que desapareci¨® misteriosamente el 31 de enero de 1991.La pareja ocupaba una casita rural en Ganzedijk, al norte del pa¨ªs, en cuyo huerto el escritor, en su faceta de artista pl¨¢stico, creaba sus esculturas a base de osamentas humanas y animales. All¨ª sigui¨® viviendo Klinkhamer hasta que en 1997 decidi¨® trasladarse a Amsterdam. Unas excavaciones ordenadas por los nuevos inquilinos para adecentar el jard¨ªn sacaron a la superficie unos restos humanos. Los peritos forenses determinaron que la dentadura pertenec¨ªa, sin g¨¦nero de dudas, a Hannelore Larentia Klinkhamer-Godfrion.
El exc¨¦ntrico autor ha reconocido que, durante una discusi¨®n, golpe¨® a su esposa con un objeto contundente en la cabeza. Al ver que no daba se?ales de vida, cav¨® una fosa de 1,60 metros en la caseta donde almacenaba sus herramientas y la enterr¨® bajo un manto de tierra, cemento, piedras y ladrillos. Los investigadores creen ahora adivinar que el resto de los detalles pueden encontrarse en el argumento de su novela in¨¦dita: la descripci¨®n minuciosa de la forma en que, la noche de un mi¨¦rcoles, un asesino se deshace del cad¨¢ver de su esposa utilizando una trituradora de carne. Siete versiones sobre la desaparici¨®n de su esposa aparecen en el libro. "El lector es el que debe sacar sus propias conclusiones", declar¨® el autor en una entrevista en la radio en 1994, cuando ning¨²n editor se interesaba por su novela.
Del contenido de Mi¨¦rcoles, d¨ªa de la alb¨®ndiga de carne, el escritor dec¨ªa: "Es horroroso, lo s¨¦; pero es el placer de la lectura". De la desaparecida Hannelore, de 43 a?os en aquel momento, de la que s¨®lo se conoce que era enfermera, asegur¨® que ¨¦l sab¨ªa "perfectamente" lo que le hab¨ªa ocurrido. "Pero de eso no hablo".
"Klinkhamer dio todas las pistas durante a?os", afirma el productor de Aves del para¨ªso, un programa de la cadena de televisi¨®n AVRO especializado en mostrar a ciudadanos automarginados de la sociedad por sus excentricidades y que convirti¨® al escritor en protagonista de una emisi¨®n en 1994.
El autor jug¨® durante tiempo el papel de doliente abandonado y lleg¨® a ofrecer una peque?a recompensa a quien pudiera darle alguna pista sobre Hannie, como la llamaba, "absolutamente el amor de mi vida". Pero la polic¨ªa sospech¨® de Klinkhamer desde que denunci¨® la desaparici¨®n de su esposa en la comisar¨ªa local y procedi¨® a su arresto. Perros entrenados en la localizaci¨®n de cad¨¢veres peinaron el huerto sin encontrar nada. Un avi¨®n F-16 dotado con una c¨¢mara de infrarrojos sobrevol¨® la zona durante varios d¨ªas sin detectar variaciones en el terreno. Tras un minucioso registro en su domicilio, le fueron confiscadas una colecci¨®n de cuchillos de matarife y una m¨¢quina industrial trituradora de carne, que recuper¨® tras ser puesto en libertad por falta de pruebas. Un crimen perfecto que no ha podido ser resuelto hasta la confesi¨®n del autor.
Pese al escaso ¨¦xito de las pesquisas policiales, Klinkhamer nunca dej¨® de resultar sospechoso a sus vecinos y amigos. Uno de estos ¨²ltimos, Willem Donker, que trabaja en la editorial interesada en publicar Mi¨¦rcoles..., preguntaba insistentemente cuando acud¨ªa a la casa de Ganzedijk para pasar los fines de semana: "Klinkhamercito, Klinkhamercito, dime. A m¨ª me lo puedes contar. ?Lo hiciste o no lo hiciste". E invariablemente, la respuesta era: "Todav¨ªa no puedo hablar de ello".
Hijo de carnicero, pr¨®fugo de la Legi¨®n Extranjera, ha tenido que ingresar en prisi¨®n para recibir ofertas en firme para publicar su obra, algo que por el momento desaconseja su abogado. Klinkhamer se ha comprometido a reescribir la novela.
Antes de someterse a una sesi¨®n fotogr¨¢fica para la imagen promocional de Mi¨¦rcoles,.., que acompa?a a esta cr¨®nica, Klinkhamer ensay¨® durante d¨ªas ante el espejo para parecer "lo m¨¢s macabro posible". Finalmente, opt¨® por sacarse la dentadura postiza para "resaltar m¨¢s los huesos del cr¨¢neo".
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