Charles Schulz muere el d¨ªa que la prensa de EE UU publica la ¨²ltima tira de 'Peanuts'
El creador, fallecido a los 77 a?os, se despidi¨® ayer de sus lectores de los peri¨®dicos dominicales
"Eres un buen hombre, Charles Schulz", rezaba ayer un anuncio publicado a toda p¨¢gina en The Washington Post. El anuncio era un homenaje a Schulz con motivo de la aparici¨®n en el diario de la capital estadounidense, y decenas de otros en todo el pa¨ªs, de la ¨²ltima tira dominical de Peanuts. Pero, tristemente, adquiri¨® la dimensi¨®n de una despedida definitiva. Cuando los repartidores arrojaban ayer los peri¨®dicos en los jardines de las casas norteamericanas, Charles Schulz falleci¨® en su hogar de Santa Rosa (California) a los 77 a?os.
Schulz luchaba desde hac¨ªa tres meses contra un c¨¢ncer de colon. Por azares del destino, la prensa de EE UU ya publicaba ayer los mejores obituarios que pueden hac¨¦rsele a Schulz. Uno de ellos, el anuncio de The Washington Post. Tras la frase sobre la condici¨®n de buena persona de Schulz, una foto del dibujante, con pelo plateado, gafas y una amplia sonrisa, y una galer¨ªa de 12 de sus criaturas de papel, incluidas Charlie Brown y Snoopy, el anuncio dec¨ªa: "Gracias por compartir 50 a?os de Peanuts con tus amigos en The Washington Post. Guardaremos como un tesoro tu ternura, tu humor y tu modo especial de contarnos algo sobre nosotros mismos a trav¨¦s de tus deliciosos personajes".La otra gran eleg¨ªa la firmaba el propio Schulz en la ¨²ltima tira de Peanuts publicada en los suplementos dominicales de la prensa estadounidense. All¨ª estaban el perrito Snoopy combatiendo al Bar¨®n Rojo desde el techo de su caseta, Lucy ofreciendo ayuda psiqui¨¢trica al precio de cinco centavos y Charlie Brown resbalando al intentar darle una patada a un bal¨®n. Al final de la tira, Snoopy, sentado encima de su caseta, meditaba delante de una m¨¢quina de escribir.
50 a?os
El resultado de esa meditaci¨®n era el siguiente texto firmado por Schulz: "Queridos amigos, he tenido la fortuna de dibujar a Charlie Brown y sus amigos durante 50 a?os. Ha sido el cumplimiento de la ambici¨®n de mi infancia. Desdichadamente, ya no soy capaz de mantener el ritmo requerido por una tira de c¨®mic. Mi familia no quiere que Peanuts contin¨²e, por lo que anuncio mi jubilaci¨®n. Agradezco la lealtad de los editores durante todos estos a?os y el maravilloso apoyo de los aficionadas a los tebeos. Charlie Brown, Snoopy, Linus, Lucy... c¨®mo podr¨¦ olvidaros".
A mediados del pasado diciembre, Schulz anunci¨® que no volver¨ªa a tomar los l¨¢pices, plumas y pinceles, y que ya s¨®lo se publicar¨ªa la reserva de tiras de Peanuts que ten¨ªa confeccionadas. Semanas antes le hab¨ªa sido diagnosticado un mal inexistente en el universo de Charlie Brown pero devastador en el de los seres de carne y hueso: un c¨¢ncer. Fue la primera despedida de Charlie Brown, Snoopy, Lucy, Linus y sus amigos, unos tiernos personajes de tebeo que han formado parte activa de la cultura popular norteamericana, y por extensi¨®n universal, de la segunda mitad del siglo XX.
Los Peanuts, una constante de la prensa de EE UU desde su aparici¨®n el 2 de octubre de 1950, no avanzar¨¢n m¨¢s en el nuevo milenio. En su ¨²ltima etapa eran publicados por 2.600 diarios y revistas de 76 pa¨ªses y 21 idiomas. Y se calculaba que sus lectores habituales alcanzaban los 355 millones, la plusmarca en difusi¨®n de cualquier tipo de historieta gr¨¢fica publicada en prensa. Pero en diciembre Schulz reiter¨® su deseo de que ning¨²n otro artista continuara dando vida a Snoopy y sus amigos. Quer¨ªa que el tebeo terminara con ¨¦l.
Durante medio siglo, los Peanuts han proyectado una suave, inteligente y humor¨ªstica visi¨®n infantil del mundo disparatado de los adultos. Charlie Brown aceptaba con filosof¨ªa su permanente desgracia. La espabilada Lucy ofrec¨ªa sus consejos por unos centavos, una parodia de los puestos de limonada que montan los ni?os de los suburbios norteamericanos. Linus se aferraba a su mantita de seguridad. Y Snoopy so?aba despierto con combates caballerescos en los cielos de Francia con el Bar¨®n Rojo, el legendario piloto alem¨¢n de la I Guerra Mundial.
"?Por qu¨¦ los m¨²sicos componen sinfon¨ªas y los poetas escriben poemas?", se pregunt¨® una vez Schulz. "Lo hacen", se respondi¨®, "porque la vida no tendr¨ªa sentido para ellos si no lo hicieran. Es la misma raz¨®n por la que yo hago tebeos. Es mi vida". Schultz, como todos los creadores geniales, logr¨® que su obra expresara tendencias humanas generales y convirti¨® sus personajes en iconos universales. "La poes¨ªa de los ni?os dibujados por Schulz nace del hecho de que en ellos encontramos todo el sufrimiento de los adultos", escribi¨® Umberto Eco. Charlie Brown y sus amigos eran, seg¨²n el ensayista y novelista italiano, "monstruosas reducciones infantiles de todas las neurosis de la ciudadan¨ªa moderna".
Prestigio
La primera aparici¨®n de Schulz en prensa data de 1948, cuando el Saturday Evening Post public¨® los Li?l Folks. En 1950, esos personajes, evolucionados y convertidos en los Peanuts, comenzaron a ser distribuidos por United Features Sindicate. Su prestigio creci¨® con rapidez y en los a?os sesenta ya formaban parte del paisaje mundial. Los personajes de papel de Schulz tambi¨¦n han sido llevados a la televisi¨®n, ganando cinco premios Emmy. Y han aparecido en 1.400 ¨¢lbumes y libros. A finales de los noventa, se calculaba que los Peanuts generaban una cifra de negocios anual de m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 150.000 millones de pesetas).
Schulz, nacido en 1922 en Saint Paul (Minnesota), se traslad¨® a California hace 40 a?os y all¨ª vivi¨® en Santa Rosa, a unos 80 kil¨®metros al norte de San Francisco. Su fortuna personal era estimada en unos 55 millones de d¨®lares, su nombre figuraba en el paseo de las estrellas de Hollywood y en 1990 el Gobierno socialista franc¨¦s le otorg¨® la medalla de las Artes y las Letras. Pero el dibujante era poco amigo de la fama y las zarandajas mundanas y un adicto al trabajo. En 1981 sobrevivi¨® a una crisis cardiaca; el pasado noviembre, fue sometido a una intervenci¨®n quir¨²rgica para desbloquearle la aorta, pero los doctores descubrieron que tambi¨¦n sufr¨ªa el c¨¢ncer de colon que ayer lo mat¨®.
De todos los protagnistas de Peanuts, Charlie Brown, intentando siempre componer una sonrisa valiente pero sin ocultar su inseguridad, era el que m¨¢s se asemejaba a su creador. "Supongo", dijo una vez Schulz, "que siempre me he sentido as¨ª: ansioso y aprensivo. Yo lo he comparado a veces con el sentimiento que uno tiene cuando se despierta en la ma?ana de un funeral".
Babelia
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