50? FESTIVAL DE BERL?N Tres filmes de origen literario no elevan la calidad de la programaci¨®n
Hab¨ªa esperanzas pues en El talento de Mr Ripley. La fama de la novela de Patricia Highsmith y la del director de El paciente ingl¨¦s, Anthony Minghella, justificaban un buen augurio que se cumpli¨® s¨®lo a r¨¢fagas. Tampoco entusiasm¨® la adaptaci¨®n de la literatura de Puschkin en La rebeli¨®n de los rusos; y, finalmente, el filme franc¨¦s Gotas de agua sobre piedras ardiendo alcanza m¨¢s altura con un texto dram¨¢tico de Fassbinder.
Lo mejor de la jornada de ayer estuvo en el homenaje a la actriz china Gong Li, presidenta del jurado internacional que el d¨ªa 20 decidir¨¢ la lista de las pel¨ªculas premiadas. Gong Li hace otro de sus extraordinarios trabajos en Rompiendo el silencio, que aborda la vida cotidiana de una mujer en la China actual que se ve obligada a luchar a brazo partido para sacar adelante a su ¨²nico hijo, un ni?o rodeado por el silencio de su sordera y de la sordera de una sociedad que ignora su situaci¨®n. La enorme pegada fotog¨¦nica de la actriz y la calidad del documento dram¨¢tico ponen al filme chino por encima de lo alcanzado hasta ahora por las pel¨ªculas en concurso.Ayer se esperaba que El talento de Mr Ripley, nueva adaptaci¨®n -la primera fue realizada en los a?os sesenta por el franc¨¦s Ren¨¦ Clement con el t¨ªtulo de A pleno sol- de la c¨¦lebre novela negra de Patricia Highsmith, levantara el tono alica¨ªdo de la competici¨®n. Pero no lo logr¨® o lo logr¨® s¨®lo a r¨¢fagas. La pel¨ªcula es ambiciosa y tiene excelente hechura, pero a medida que se adentra en la intriga pierde de vista el tronco de ¨¦sta y a veces la c¨¢mara se va de paseo por las ramas, en circunloquios que no se entiende qu¨¦ pintan en una pel¨ªcula de enigma policiaco, donde hay que ir al grano y no distraer la mirada de la l¨ªnea de intriga.
Pero Anthony Minghella, guionista y director, parece demasiado apegado al esquema que emple¨® con acierto en El paciente ingl¨¦s y lo repite aqu¨ª, imprimiendo un ritmo excesivamente lento y un desarrollo demasiado minucioso de la secuencia, que por ello pierde tensi¨®n, vibraci¨®n y capacidad de choque. No captura, no arrastra la atenci¨®n la desva¨ªda intriga desplegada por Minghella. Todo est¨¢ muy bien compuesto y funciona en la pantalla, salvo lo primordial, que es la fuente de la inquietud, que se le ha secado al tri¨¢ngulo formado por Matt Damon, Gwyneth Paltrow y Jude Law. El primero se pierde en el bosque de matices con que quiere construir su personaje; la segunda est¨¢ ap¨¢tica, perpleja e inexpresiva, y el tercero, m¨¢s contundente, cuenta con la ventaja del esquematismo de un personaje hecho de una sola pieza. Y sin capacidad para inquietar, cualquier despliegue de una intriga, por bien triangulada que est¨¦, se queda sin sistema nervioso, paralizado, inerte.
M¨¢s cercan¨ªa entre lo que se busca y lo que se encuentra hay en Gotas de agua sobre piedras ardiendo, adaptaci¨®n del franc¨¦s Fran?ois Ozon de la obra teatral del cineasta y dramaturgo alem¨¢n Rainer Werner Fassbinder, muerto en su juventud. Es una pel¨ªcula interesante, con momentos de humor sarc¨¢stico y c¨ªnico muy duros y divertidos, pero que tarda demasiado tiempo en dar a conocer y hacer aflorar la violencia subterr¨¢nea que contiene.
Cuando esta violencia emerge en su desoladora explicitud, en la zona del desenlace, nos coge casi por sorpresa, lo que indica que hay una dosis de oportunismo y de resultoner¨ªa en la puesta en escena dilatoria, de esas que se guardan en la bocamanga las cartas de la espectacularidad y la eficacia para sacarlas a relucir cuando le conviene al director y no para ponerlas boca arriba cuando conviene a la verdad de la ficci¨®n representada, que de esta forma adquiere una inevitable dimensi¨®n tramposa, lo que disminuye el alcance de este estupendo filme, que podr¨ªa haber sido bastante mejor de lo que es.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.