Progreso y sociedad de la informaci¨®n
Da cierto v¨¦rtigo recordar que la web se empez¨® a utilizar en el a?o 1991 y que La Uni¨®n Europea adopt¨® en Corf¨² (1.994) las primeras medidas para establecer infraestructuras en el ¨¢mbito de la informaci¨®n para incorporar Europa a la llamada sociedad de la informaci¨®n. Hoy nadie discute que estamos ante una nueva era, ante una nueva revoluci¨®n industrial fundamentada en la informaci¨®n tan decisiva o m¨¢s que las precedentes. Y ello porque va a afectar a la sociedad en su conjunto modificando su forma de trabajar y hasta la propia convivencia social.Ante la presi¨®n de USA, las comunidades pol¨ªticas m¨¢s din¨¢micas han emprendido una aut¨¦ntica carrera para adaptar sus estructuras ante la nueva situaci¨®n para aprovechar las ventajas competitivas que les puede reportar anticiparse y, en cualquier caso, garantizarse un lugar en el grupo de avanzada. Y en esta carrera nadie queda exento, o se participa o se est¨¢ a merced de quien lo haga.
El peligro empieza cuando un instrumento tan potente de progreso social puede convertirse en un factor que ahonde las desigualdades creando una barrera infranqueable para quienes no aborden esta transformaci¨®n. Es decir, todas las pol¨ªticas de progreso y desarrollo social solidario pueden verse frenadas si los poderes p¨²blicos y la sociedad en su conjunto no se aseguran la generalizaci¨®n del uso de las nuevas tecnolog¨ªas de comunicaci¨®n y las nutren haciendo fluir por ellas los servicios, relaciones y contenidos propios de su comunidad.
Por empezar por el final, en este momento ya no puede hablarse de progreso sin asociarlo a la sociedad de la informaci¨®n, a sus nuevos modos de concebir la actividad p¨²blica de relaci¨®n con los ciudadanos y a los h¨¢bitos profesionales y personales de estos.
?Y Andaluc¨ªa?. Digamos, en primer lugar, que la globalizaci¨®n que la Red comporta no colisiona necesariamente con lo local. Antes al contrario, permite difundir sus se?as de identidad y las integra en la comunidad global eliminando su aislamiento si dispone de las herramientas precisas.
La Junta de Andaluc¨ªa ha empezado a adoptar las medidas imprescindibles para su incorporaci¨®n a la sociedad de la informaci¨®n acometiendo fuertes inversiones en infraestructura avanzada: la red de banda ancha, la red corporativa, los proyectos estrat¨¦gicos de la RTVA, etc¨¦tera, en el ¨¢mbito de la planificaci¨®n, dispone ya de avances de lo que ser¨¢ un plan estrat¨¦gico que obedece a un acuerdo de su Parlamento y de su Consejo de Gobierno. De ah¨ª han de colgar los programas espec¨ªficos que lo hagan efectivo. Tales planes afectaran en primer t¨¦rmino a la Junta de Andaluc¨ªa: en Educaci¨®n, Sanidad, integraci¨®n municipal, etc¨¦tera. Pero tambi¨¦n a los agentes sociales y a los particulares: comercio electr¨®nico, etc¨¦tera.
En este entorno favorable ha de desplegarse el esfuerzo p¨²blico con una apuesta tal que logre sensibilizar a la sociedad andaluza no s¨®lo de que es vital para garantizar su proceso de desarrollo, modernizaci¨®n y mejora social y econ¨®mica sino que se est¨¢ en condiciones de dar un salto cualitativo importante que nos sit¨²e entre las comunidades m¨¢s innovadoras. En cuesti¨®n tan sensible como ¨¦sta es donde se ve qui¨¦n tiene un proyecto progresista que oriente a la sociedad hacia un camino que pueda eliminar los desequilibrios,el aislamiento entre territorios y la dependencia de los intereses de los grandes grupos de telecomunicaciones y quien prefiere la continuidad y la inercia subordinada a la acci¨®n de un mercado sobre el que no se plantea siquiera intervenir.
Habr¨¢ que ver los programas electorales para saber quien tiene entre sus prioridades garantizar la identidad cultural, la autonom¨ªa pol¨ªtica y la modernizaci¨®n de Andaluc¨ªa. ?sta s¨ª que es una verdadera revoluci¨®n que va convulsionar la vida econ¨®mica y social de la Comunidad.
Carlos Rosado Cobi¨¢n es miembro del Consejo Consultivo de Andaluc¨ªa
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