Putin asciende a mandos militares para celebrar la victoria en Chechenia

Tras la ca¨ªda de Grozni, el mando pol¨ªtico y militar ruso da por ganada la guerra de Chechenia, aunque cerca de 8.000 guerrilleros resistan en las monta?as del sur de la rep¨²blica cauc¨¢sica. El presidente interino, Vlad¨ªmir Putin, vende tambi¨¦n la piel del oso antes de cazarlo y, para celebrarlo, ascendi¨® ayer a la plana mayor de la "operaci¨®n antiterrorista". ?sta, dijo en Mosc¨², continuar¨¢ hasta su "conclusi¨®n l¨®gica", es decir, hasta la derrota total de los rebeldes.

Reparto de estrellas. El jefe de las fuerzas en el C¨¢ucaso norte, V¨ªktor Kaz¨¢ntsev, y el responsable de la fuerza a¨¦rea, Anatoli Kornukov, se cosieron las de general de Ej¨¦rcito, el m¨¢ximo grado posible a excepci¨®n del de mariscal, recuperado hace dos a?os para ascender al ministro de Defensa, ?gor Sergu¨¦yev. Guennadi Tr¨®shev, jefe del frente Este, se convierte en coronel general, y Vlad¨ªmir Sham¨¢nov, responsable del frente Oeste, pasa a teniente general. El jefe de la Marina, finalmente, se convierte en almirante de la Flota, y eso que Chechenia no tiene salida al mar. Putin se?al¨® de paso dos objetivos principales a las Fuerzas Armadas: la disuasi¨®n estrat¨¦gica y la prevenci¨®n de una agresi¨®n contra Rusia y sus aliados.

La fiesta tuvo como segundo escenario a Grozni, ciudad cerrada para los periodistas y los antiguos habitantes, tanto para limpiarla de minas y bombas trampa como para evitar un intento de reconquista por la guerrilla. All¨ª, Sergu¨¦yev presidi¨® un desfile militar y solt¨® una arenga en la que se mostr¨® orgulloso de dirigir a "los mejores soldados del mundo". Una inyecci¨®n de moral para unas tropas que tienen enormes dificultades, pese a su abrumadora superioridad en hombres y armas, para vencer a los rebeldes chechenos.

Camino despejado

Entretanto, el camino de Putin hacia su elecci¨®n como presidente de Rusia el pr¨®ximo 26 de marzo sigue despejado. La Comisi¨®n Electoral Central (CEC) termin¨® ayer el proceso de an¨¢lisis de las firmas y la documentaci¨®n presentadas por los diversos candidatos. Adem¨¢s del primer ministro y jefe de Estado interino, siguen en liza 11 aspirantes (incluidos por primera vez una mujer y un empresario checheno). S¨®lo dos, sin embargo, pueden aspirar a resultados dignos.

La mayor¨ªa de las encuestas atribuyen a Putin una intenci¨®n de voto superior al 50%, muy por delante del comunista Guennadi Ziug¨¢nov (en torno al 15%) y del liberal Grigori Yavl¨ªnski (5%). Pero incluso si hubiese segunda vuelta, previsiblemente frente a Ziug¨¢nov, la victoria de Putin se da por segura, a no ser que se torciesen demasiado las cosas en Chechenia.

La CEC se deshizo, por otra parte, del ultranacionalista Vlad¨ªmir Zhirinovski con una motivaci¨®n bastante discutible (la falta de declaraci¨®n de un min¨²sculo apartamento a nombre de su hijo) y que se recurrir¨¢ ante los tribunales. Flota la sospecha de que el Kremlin ha tenido que ver con la decisi¨®n, que beneficia a Putin, a la pesca del voto nacionalista.

En cambio, prosper¨® la candidatura del suspendido fiscal general Yuri Skur¨¢tov, pese a detectarse irregularidades en cerca del 15% de las firmas que present¨®. Skur¨¢tov, que denunci¨® la corrupci¨®n del entorno de Bor¨ªs Yeltsin y que fue mostrado por televisi¨®n retozando en la cama con dos prostitutas, considera a Putin un continuador del viejo sistema del poder, al que dice combatir. Los sondeos no le dan m¨¢s del 1% de los votos.

Tan falto de enemigos parece Putin que ya se se?ala como el principal peligro al que se enfrenta para seguir en el Kremlin (ya con el respaldo popular) el que no se alcance el 50% de participaci¨®n en los comicios, tal vez por una retirada comunista y una llamada al boicoteo, lo que invalidar¨ªa autom¨¢ticamente los comicios. Una amenaza poco temible, de momento.