La OMC invalida el sistema de ayudas a la exportaci¨®n de EEUU, como ped¨ªa Bruselas
La Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) declar¨® ayer ilegal el sistema estadounidense de ayudas a la exportaci¨®n conocido por las siglas FSC. En una decisi¨®n hist¨®rica y que ya no puede ser apelada, la OMC obliga a EEUU a eliminar ese sistema desde el 1 de octubre de este a?o, en plenas elecciones. Gracias al FSC, los grandes conglomerados estadounidenses redujeron sus impuestos en al menos 3.600 millones de d¨®lares (600.000 millones de pesetas) el a?o pasado y lo har¨ªan en 4.200 millones (700.000 millones de pesetas) en 2001, seg¨²n c¨¢lculos de Washington.
"Estamos muy satisfechos, es una decisi¨®n importante y esperamos y confiamos en que los Estados Unidos la apliquen como es debido", declar¨® un portavoz del comisario europeo responsable de Comercio, Pascal Lamy. "Estados Unidos est¨¢ en profundo desacuerdo. Estamos convencidos de que nuestro sistema fiscal se ajusta a las reglas de la OMC", afirm¨® en Ginebra la embajadora estadounidense ante la organizaci¨®n comercial, Rita Hayes.La decisi¨®n del tribunal comercial internacional, ya inapelable, tiene una enorme importancia tanto econ¨®mica como pol¨ªtica. Econ¨®mica por las cifras de ayudas que deber¨ªan dejar de percibir las empresas. Pol¨ªtica porque es la primera vez que la OMC declara ilegal una ley del Congreso de Estados Unidos. Adem¨¢s, la OMC obliga a que el sistema est¨¦ desmantelado el 1 de octubre, en plena efervescencia electoral, por lo que fuentes comunitarias dan por seguro que el Congreso no acatar¨¢ la decisi¨®n del tribunal comercial.
Pulso con Washington
"Si eso es as¨ª, la Uni¨®n Europea deber¨¢ demostrar cu¨¢l es su fuerza pol¨ªtica y si es capaz de exigir la aplicaci¨®n de sanciones a Estados Unidos en caso de desacato", subrayan fuentes comunitarias. "Para Washington es un rev¨¦s pol¨ªtico comparable al que sufri¨® Europa el perder los contenciosos del pl¨¢tano y la carne hormonada. En ambos casos la decisi¨®n de la OMC es pol¨ªticamente inaplicable", a?adieron esas fuentes.
El sistema de ayudas fiscales a la exportaci¨®n FSC (siglas inglesas de Foreign Sales Corporations, Compa?¨ªas de Ventas en el Extranjero) est¨¢ en vigor desde 1985. Entonces sustituy¨® a otro sistema de subvenciones, llamado DISC, que estaba vigente desde 1971 y que en 1981 hab¨ªa sido declarado ilegal por el GATT, el organismo predecesor de la actual OMC. La Uni¨®n Europea ha cuestionado la legitimidad del FSC desde su creaci¨®n, pero no lo denunci¨® entonces porque intent¨® lograr un acuerdo amistoso en el marco de las negociaciones comerciales de la Ronda Uruguay.
Ese acuerdo no lleg¨® nunca y desde 1997 se plante¨® el litigio a nivel jur¨ªdico. El 8 de octubre de 1999 el informe del grupo especial de la OMC que estudiaba el contencioso lleg¨® a la conclusi¨®n de que el FSC constituia una subvenci¨®n a la exportaci¨®n prohibida por el Acuerdo sobre subvenciones y que, en lo que respecta a los productos agr¨ªcolas, era tambi¨¦n una ayuda ilegal. Esa primera decisi¨®n fue ratificada ayer por el ¨®rgano de apelaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio.
El FSC funciona a trav¨¦s de sociedades pantalla de empresas estadounidenses establecidas en para¨ªsos fiscales. En un 90% de los casos se trata de sociedades establecidas en las Islas V¨ªrgenes y Barbados en el Caribe y la isla de Guam en el Pac¨ªfico, seg¨²n datos de los que dispone la Comisi¨®n Europea. Por estas sociedades transitan las exportaciones de productos estadounindenses para beneficiarse de la reducci¨®n de impuestos.
Para tener derecho a esa subvenci¨®n hay que cumplir ciertas condiciones. Los productos exportados tienen que tener un valor a?adido estadounidense superior o igual al 50%, para ser considerado un bien procedente de ese pa¨ªs que es exportado. Las empresas deben disponer de una cuenta bancaria abierta fuera de Estados Unidos, los administradores deben reunirse fuera de Estados Unidos y al menos uno de ellos debe ser un ciudadano de fuera de Estados Unidos.
En la pr¨¢ctica, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, para respetar esos criterios basta tener una lista de correos y un fax fuera del pa¨ªs. Cualquier empresa que pueda gastar 2.000 d¨®lares (332.000 pesetas) al a?o puede cumplir las condiciones exigidas por la ley. A cambio, obtendr¨¢ una reducci¨®n de entre el 15% y el 30% en el pago de sus impuestos.
El temor de las multinacionales
Washington, el Gobierno federal de Estados Unidos, y el Congreso de este pa¨ªs sufrieron ayer un serio rev¨¦s por parte de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Especialmente a nivel pol¨ªtico, en un a?o de elecciones. Pero quienes de verdad van a sufrir m¨¢s a partir de octubre de este a?o, si finalmente Washington acata el fallo de ayer, ser¨¢n las grandes empresas estadounidenses que hasta ahora han competido en Europa y en el resto del mundo con ayudas encubiertas por debajo de la mesa: Boeing, Microsoft, General Motors, General Electric, Ford, Motorola o Exxon Mobil.En algunos de esos casos, la ventaja obtenida al no pagar el impuesto ahora declarado por la OMC no conforme con el sistema internacional de comercio ha sido decisiva. Un s¨®lo ejemplo: Boeing.
El gigante aeron¨¢utico de Seattle se ahorr¨®, s¨®lo en 1998, m¨¢s de 130 millones de d¨®lares (casi 22.000 millones de pesetas), lo que le dio una ventaja decisiva en la lucha por los mercados mundiales contra su directo competidor, el consorcio europeo Airbus.
Curiosamente, Boeing y la Casa Blanca han venido denunciando desde hace a?os que Airbus se beneficia de ayudas encubiertas y de apoyo pol¨ªtico por parte de los Gobiernos europeos. Ahora resulta, tras el fallo de la OMC, que Boeing tampoco juega limpio.
De repente, las grandes corporaciones estadounidenses tienen miedo. Los grupos de presi¨®n de estas grandes empresas reconocen que, si acaban teniendo que pagar el impuesto que ahora se evitan, se encontrar¨¢n en una situaci¨®n de grave desventaja frente a sus competidores europeos, seg¨²n revel¨® ayer el diario estadounidense The New York Times.
La Administraci¨®n de Bill Clinton teme que el caso acabe da?ando a la propia OMC, ya que el Congreso de Estados Unidos, en el que el organismo internacional cuenta ya con pocos apoyos, debe votar este a?o si sigue en la Organizaci¨®n.
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