Dos ex militantes de Euskadiko Ezkerra fueron los autores de los carteles que Arzalluz atribuye al Cesid

Ni esp¨ªas del Cesid, ni militantes del PP, ni agentes secretos de Interior. Uno se llama Joseba F. y el otro Luis A. Son de mediana edad, universitarios, ex militantes de Euskadiko Ezkerra, vitorianos y con apellidos interminables, prueba irrefutable de su rancio abolengo vasco. Los autores de los 200 carteles exigiendo la dimisi¨®n del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, exhibidos en las concentraciones tras el asesinato de Fernando Buesa y su escolta aportaron ayer las pruebas de c¨®mo se fragu¨® la protesta que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, atribuy¨® a un oscuro "montaje electoral y de agitaci¨®n".

?sta es la historia de una extra?a conspiraci¨®n. Surgi¨® apenas unas horas despu¨¦s de que un coche bomba destrozara el martes, en Vitoria, al pol¨ªtico socialista Fernando Buesa y a su escolta, el agente vasco Jorge D¨ªez. Joseba F., ex militante de Euskadiko Ezkerra (EE), el desaparecido partido dirigido por Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, acudi¨® a las ocho de la tarde de ese mismo d¨ªa a la plaza de Correos. Miles de ciudadanos se hab¨ªan reunido all¨ª para expresar su repulsa a ETA y su solidaridad con sus vecinos asesinados. All¨ª se encontr¨® con Luis A., un viejo amigo, antiguo compa?ero de militancia. Ambos sintieron la indignaci¨®n de la gente, su propia rabia. Luego, se fueron juntos a tomar unos vinos, a charlar sobre lo que est¨¢ pasando, a recordar al socialista muerto. As¨ª les surgi¨® una idea tan sencilla como cuatro palabras: "Hay que hacer algo". Se despidieron sin saber todav¨ªa el qu¨¦.Joseba durmi¨® mal y se despert¨® temprano. Lo cont¨® ayer a este peri¨®dico en una cafeter¨ªa de Vitoria, junto a un busto del Ch¨¦ Guevara: "Me levant¨¦ a las siete. Segu¨ªa d¨¢ndole vueltas a la cabeza y encend¨ª el ordenador". Para m¨¢s datos, un Pentium 100 cl¨®nico, sin marca conocida, ensamblado con piezas de diversa procedencia. Abri¨® el procesador de textos, Microsoft Word 97 para m¨¢s se?as, y escribi¨® en letras grandes: "Ibarretxe dimisi¨®n".

No ser¨ªan las ocho cuando Joseba telefone¨® a Luis: "?Y si hacemos unos carteles para la concentraci¨®n del mediod¨ªa en la plaza de Espa?a?", le plante¨®. A Luis le pareci¨® una idea fant¨¢stica y se puso a dise?ar un cartel distinto en su propio ordenador. La leyenda que m¨¢s le gust¨® fue: "Memoria insoportable: Ibarretxe dimisi¨®n". Los dos amigos quedaron en verse en los alrededores del Ayuntamiento.

A las once y media, Joseba y Luis se dirigieron a una copister¨ªa y le pidieron al due?o que les hiciera 100 copias de cada cartel en tama?o Din A3. La primera sopresa agradable, la constataci¨®n de que su iniciativa no era descabellada, la recibieron al preguntar cu¨¢nto deb¨ªan pagar. "Nada", respondi¨® el dependiente; "quiero que sea mi aportaci¨®n a la paz".

Joseba y Luis, acompa?ados de un tercer amigo que se encontraron por el camino, llegaron a la plaza de Espa?a, frente al Ayuntamiento de Vitoria, unos minutos antes del mediod¨ªa. Ya estaba atestada de ciudadanos. Los tres se repartieron los carteles y entraron por sitios diferentes en el espacio porticado. "Fue incre¨ªble", recuerda Joseba casi emocionado; "la gente nos quitaba las octavillas de las manos, nos ayudaba a repartirlas, las exhib¨ªa al aire sin dudarlo".

Varios miles de personas y 200 carteles salpicados entre la multitud pidiendo la dimisi¨®n del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe. As¨ª se cumpli¨® lo que el PNV, por boca de su presidente, Xabier Arzalluz, vino a atribuir ayer a una especie de conspiraci¨®n: "Montaje electoral y de agitaci¨®n".

El final cronol¨®gico de esta extra?a conspiraci¨®n se escribi¨® ayer a la hora del almuerzo. Joseba regres¨® a su casa del trabajo y mir¨® en el teletexto de su televisor las ¨²ltimas noticias. Seg¨²n Arzalluz, Luis y ¨¦l, vascoparlantes y de izquierdas, son unos misteriosos agentes del Cesid.