Pamplona presenta la mayor monogr¨¢fica de Oteiza de los ¨²ltimos 12 a?os
La escultura, como la arquitectura o las cosas m¨¢s importantes, nacen en el hueco de una mano. As¨ª lo se?al¨® Jorge Oteiza y as¨ª lo acredita la exposici¨®n monogr¨¢fica inaugurada ayer en Pamplona, con 85 obras de peque?o y mediano tama?o alejadas del colosalismo que tanto disgustaba al escultor. La muestra es la primera de esta magnitud que se organiza en Espa?a desde la que mont¨® La Caixa en Madrid en 1988.
La exposici¨®n, primera monogr¨¢fica que Pamplona dedica al artista oriotarra, est¨¢ compuesta por 30 esculturas de su etapa conclusiva, elaboradas entre 1956 y 1959, y 55 maquetas correspondientes a su laboratorio de tizas. Todas ellas son propiedad de la Fundaci¨®n Oteiza y se agrupan en lo que el artista ha definido con una palabra de invenci¨®n propia, Espacialato, un t¨¦rmino que ocupa la portada del cat¨¢logo, realizado por ¨¦l mismo, y que define como "una sal est¨¦tica".El comisario de la muestra, Carlos Catal¨¢n, indic¨® ayer en su presentaci¨®n que la Fundaci¨®n Oteiza ha finalizado el complejo trabajo de catalogaci¨®n del material art¨ªstico y personal donado por el artista guipuzcoano al pueblo navarro en 1992.
Las cifras son apabullantes. Los t¨¦cnicos Carlos Mart¨ªnez y Pilar del Valle han catalogado 1.662 esculturas mayores, 2.138 maquetas pertenecientes al laboratorio de tizas, 700 dibujos, m¨¢s de 4.000 libros, muchos de ellos con anotaciones realizadas por el propio artista, 2.425 cartas que documentan la relaci¨®n que Oteiza mantuvo con algunos de los principales artistas de este siglo XX, as¨ª como el conjunto de su producci¨®n literaria y ensay¨ªstica y gran cantidad de documentos.
El artista ha visitado Pamplona dos veces para controlar el montaje de la exposici¨®n, ubicada en la sala de arte de Caja Navarra (Garc¨ªa Casta?¨®n, 1) y que permanecer¨¢ abierta hasta el 23 de abril.
Las obras seleccionadas, entre ellas algunos de sus trabajos premiados en la Bienal de S?o Paulo de 1957, resaltan la dial¨¦ctica entre masa y vac¨ªo y dan buena muestra del c¨¢lculo est¨¦tico de la desocupaci¨®n del espacio desarrollado por Oteiza, un camino hacia la "comuni¨®n del hombre con lo absoluto" que surgi¨® con piezas de aluminio, hierro, hierro con cobre, piedra blanca y negra o alabastro, todas ellas peque?as.
El vac¨ªo como elemento pl¨¢stico, el espacio como escenario de la experimentaci¨®n, de las ideas y de las obsesiones de Oteiza, se circunscribe a esculturas de un tama?o medio, de 20 a 50 cent¨ªmetros de altura, creadas en los a?os 50 y algunas de ellas trasladadas a formatos escult¨®ricos a comienzos de los a?os setenta, procedentes de ensayos de sus m¨²ltiples piezas experimentales del laboratorio de tizas, tambi¨¦n de reducidas proporciones.
En el conjunto cabe mencionar t¨ªtulos como T¨² eres Pedro (1956-57), Conclusi¨®n experimental para Mondrian (1973), Variante de Batarrabi (1974), Estela para Gabriel Aresti (1973), El perro y el espejo (1974), Concurrencia vac¨ªa (1956-57), Par m¨®vil (1956), Homenaje a Gal¨ªndez (1957), Flotaci¨®n, escultura lunar (1957-58), Homenaje a Mallarm¨¦ (1958) o Retrato de un gudari armado llamado Odiseo (1975).
Catal¨¢n record¨® una frase del artista -"las esculturas grandes son para los pueblos cretinos, que al contemplarlas se ven as¨ª amplificados"- y ahond¨® en el concepto de escala de Oteiza explicando que ¨¦ste siempre se ha opuesto al "colosalismo" y ha puesto como ejemplo en m¨¢s de una ocasi¨®n la recatada dimensi¨®n de los monumentos megal¨ªticos vascos para destacar el enorme valor de lo peque?o.
Por su parte, Juan Ram¨®n Corpas, director de la instituci¨®n cultural Pr¨ªncipe de Viana y miembro del patronato impulsor del futuro museo-fundaci¨®n, asegur¨® que las obras arquitect¨®nicas del mismo, desarrolladas en la localidad de Alzuza y dise?adas por Francisco Saenz de Oiza, avanzan a buen ritmo y estar¨¢n acabadas a finales de este a?o.
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