Pleonasmo
Cuando estudiaba Bachillerato en el Instituto Luis Vives, nos explicaban las licencias literarias. Entre ellas estaba el pleonasmo, del que el ejemplo m¨¢s f¨¢cil es: "Lo vi con mis propios ojos", una reiteraci¨®n innecesaria para dar m¨¢s ¨¦nfasis a la oraci¨®n. Para comprobar si todav¨ªa se sigue ense?ando este tipo de recursos literarios, le pregunt¨¦ a mi hijo de 15 a?os si sab¨ªa lo que significaba esa palabra. Me contest¨® (el muy ladino)con una frase en alem¨¢n, idioma que desconozco, y al final no me qued¨® claro si ten¨ªa alguna idea de mi pregunta.Cuando el profesor Lis hace un canto a la necesidad de racionalizar las propuestas pol¨ªticas, cosa que comparto, se?ala s¨®lo a "los paladines de las izquierda", a la "izquierda ensimismada", como ejemplo de perenne autoafirmaci¨®n que, de una manera reiterada, no quieren analizar racionalmente lo que hoy significa ser de izquierdas, renunciando, seg¨²n ¨¦l, a la reflexi¨®n y reafirm¨¢ndose en el dogma, olvidando, por cierto, las carencias de la derecha. Es hasta valiente que un representante del Partido Popular -partido cuyos militantes son ¨¢grafos en su inmensa mayor¨ªa en las cuestiones te¨®ricas- lleve los temas hacia el discurso pol¨ªtico-te¨®rico. Pero pronto se percibe la inconsistencia del mismo cuando analizamos su contenido.
Lis cita a Guiddens, soci¨®logo de moda, que tiene escritos m¨¢s de 20 libros y muchos art¨ªculos y al que suele conoc¨¦rsele solamente por el que ha dado lugar al debate sobre la Tercera V¨ªa. Es un autor mucho m¨¢s complejo y rico y no puede reduc¨ªrsele a esa expresi¨®n pol¨ªtica que ciertos sectores interesados quieren hacer de su obra. Pero en el fondo no est¨¢n hablando de Guiddens, sino de lo que piensan ellos mismos: izquierda y derecha ser¨ªan dos t¨¦rminos que no tendr¨ªan ning¨²n sentido en el mundo actual, puesto que los ciudadanos eligen en funci¨®n de pol¨ªticas concretas y de acciones determinantes que favorezcan sus vidas cotidianas. De esa manera lo importante es c¨®mo se act¨²a y c¨®mo se distribuye la renta nacional. Es aquello de "hab¨ªa un problema y se ha solucionado", cuando mandaron a los emigrantes ilegales narcotizados en avi¨®n. (Sin saberlo aplican las llamadas teor¨ªas de la elecci¨®n).
Naturalmente que es necesario aprovechar todas las oportunidades de di¨¢logo y entendimiento en sociedades tan complejas como la que vivimos. De hecho as¨ª se viene haciendo, con m¨¢s o menos acierto, desde la Constituci¨®n de 1978, pero eso no obvia el problema. Las circunstancias sociales siguen estando ah¨ª y las medidas que se adoptan para solucionarlas no son indiferentes. La representaci¨®n que se obtenga dar¨¢ lugar a determinado tipo de acciones y a distintas distribuciones de las rentas, al igual que decidir¨¢ el papel que cumpla el Estado a la hora de tomar decisiones. Esto tambi¨¦n lo se?ala Guiddens. La pol¨ªtica como acci¨®n aut¨®noma es clave para distinguir las diferencias entre izquierda y derecha.
La izquierda cree que la pol¨ªtica ha de estar separada de los intereses particulares para llegar a lo que ya se?alaba J. S. Mills en su cl¨¢sico On the liberty donde apuntaba la necesidad de definir los intereses generales, que no es una suma matem¨¢tica de los intereses particulares.Todo esto puede parecer muy te¨®rico porque no toda la izquierda mantiene posiciones homog¨¦neas y cabr¨ªa distinguir en el panorama europeo actual tres variantes:
a) La izquierda social-dem¨®crata dura, que adquiere denominaciones diferentes seg¨²n pa¨ªses, mantiene los presupuestos que la constituyeron despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial con algunos a?adidos anteriores a ¨¦sta m¨¢s literarios que reales, que no marca l¨ªmites para que el Estado asuma todas las responsabilidades p¨²blicas y para la que el crecimiento econ¨®mico no se produzca sin un control m¨¢s riguroso del mercado.
b) Una izquierda social-dem¨®crata menos radical que ha asumido el papel del mercado como elemento clave de asignaci¨®n de recursos, con la defensa del control de la libre competencia para evitar oligopolios, pero que considera que existen necesidades ineludibles a las que no se puede renunciar (Sanidad, Educaci¨®n, Prestaciones Sociales, Pensiones, etc.) Aqu¨ª, desde luego, caben muchas matizaciones, pero se sigue sosteniendo como elemento clave el Estado y la autonom¨ªa de la pol¨ªtica como elemento clave ante los intereses de los grupos de poder.
c) Una izquierda emergente, sobre todo en Espa?a, que valora por encima de todo la necesidad de mantener el ecosistema, que considera que lo fundamental es que el progreso, y el consumo que genera, no destruya nuestro actual medio socio biol¨®gico.
Por tanto no existe un problema de ilusi¨®n o de impotencia, porque no hay que olvidar que puede hacerse tambi¨¦n una clasificaci¨®n de las diferentes derechas:
a) las autoritarias, que recuerdan ¨¦pocas pasadas y que algunos utilizan el adjetivo fascista para designarlas por su xenofobia y propuestas excluyentes. Est¨¢n ah¨ª y en cualquier momento pueden despertar y hasta, como en Austria, ser hegem¨®nicas.
b) las derechas liberales, transformadas en neoliberales en muchos casos, que pretenden disminuir el papel del Estado y exaltar el mercado como elemento casi exclusivo de asignaci¨®n de recursos sin tener en cuenta la desigualdad de oportunidades desde el nacimiento. De alguna manera piensan que cada uno tiene en la vida lo que se merece.
c) las derechas democristianas, provenientes tambi¨¦n de los partidos formados despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, que contribuyeron al pacto del estado del bienestar y que de alguna manera est¨¢n viviendo la contradicci¨®n entre sus presupuestos ideol¨®gicos y los l¨ªmites que ha de tener el Estado, por lo que muchas veces dejan que los neoliberales desarrollen sus pol¨ªticas.
Hablar de derechas y de izquierdas es en cierto modo referirse al pleonasmo, aunque ¨¦ste reitere lo obvio. Las derechas y las izquierdas siguen teniendo proyectos divergentes y actitudes diferentes, aunque bien es verdad que no estamos en los a?os treinta y existe un espacio para el di¨¢logo y el encuentro en determinadas cuestiones. No en balde sindicatos, socialdem¨®cratas y dem¨®cratas cristianos, junto a liberales sin neo, consolidaron el Estado de Bienestar en la Europa Occidental.
Javier Paniagua es profesor de la UNED.
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