Un parque no es una escuela
Urbanismo proyecta hacer una zona verde en un terreno en el que se asienta un colegio
Cuando descubrieron hace siete a?os que el Ayuntamiento iba a construir un parque en su barrio no se alegraron tanto como deb¨ªan. Los padres del colegio p¨²blico Santa Mar¨ªa, en Embajadores, se habr¨ªan quitado el sombrero ante los planes de Urbanismo si no llega a ser porque la zona verde estaba dise?ada encima de su centro. Las obras del parque han comenzado a principios de este curso y, aunque el Ayuntamiento habla de un "preacuerdo" con la asociaci¨®n de padres (APA) para trasladar a los 250 alumnos al instituto Cervantes, todav¨ªa no hay nada cerrado.A finales de 1993, los padres del colegio Santa Mar¨ªa presentaron de forma individual las primeras alegaciones contra la revisi¨®n del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana. "Eran 105", recuerda Andr¨¦s Herv¨¢s, vicepresidente del APA del centro. No era ninguna pataleta: la construcci¨®n del parque supon¨ªa la desaparici¨®n de este colegio p¨²blico, del que los padres dicen sentirse "orgullosos". Pero fueron rechazadas una a una. Dos a?os m¨¢s tarde, a finales de 1995, repitieron la operaci¨®n; esta vez, de forma conjunta. La respuesta del Consistorio fue la misma.
La Comunidad -que es la que debe dar el visto bueno al plan general- les remiti¨® una carta en la que garantizaba que "en ning¨²n caso se pod¨ªa proceder al derribo del colegio en tanto no se construyera uno nuevo". Lo mismo hizo el Ayuntamiento, que ese mismo a?o pens¨® que hab¨ªa encontrado una alternativa en una zona de Madrid donde apenas hay suelo p¨²blico: un solar en la calle del Doctor Fourquet catalogado en el plan general como equipamiento p¨²blico.
"Hicieron un concurso para construir el colegio, se le dio a un arquitecto y ¨¦ste lleg¨® a exponer tres maquetas del proyecto en una oficina municipal en el curso 97-98", comenta Herv¨¢s. Pero Urbanismo obvi¨® un tr¨¢mite obligatorio: el informe del Ministerio de Educaci¨®n, que entonces ten¨ªa las competencias educativas y que crey¨® que el lugar no reun¨ªa las condiciones para ser un centro escolar.
"El Ayuntamiento no reaccion¨® a tiempo y desde entonces han dejado dormir el proyecto, sin encontrarnos un espacio alternativo", comenta Herv¨¢s. Este curso, "cuando llegaron las m¨¢quinas para tirar los edificios anexos, es cuando se dieron cuenta de que el colegio estaba aqu¨ª y de que estaba lleno", a?ade.
Amador S¨¢nchez, director de Centros Docentes de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, coincide con los padres en que "es urgente" hallar una soluci¨®n. Pero tiene claro que "es el Ayuntamiento el que tiene que dar una respuesta alternativa a los edificios que se demuelen".
Urbanismo niega que haya incurrido en falta de planificaci¨®n: "Los chavales siguen en el colegio y no se les ha interrumpido su vida normal". No es del todo cierto. Los alumnos usaban las instalaciones de la escuela de Magisterio, pero, como han sido derruidas, el patio de 150 metros cuadrados que antes s¨®lo utilizaban los escolares de infantil es el que ahora tienen que usar todos los dem¨¢s. Eso y "las molestias de las obras, como el polvo y el ruido".
Hace tres semanas, la asociaci¨®n de padres se reuni¨® con la Gerencia de Urbanismo para debatir desde rehabilitar el centro -de principios de siglo y muy deterio-rado- hasta integrarse en el cercano instituto Cervantes. Todo apunta hacia esta ¨²ltima soluci¨®n.
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