Luces y sombras de la 'belle ¨¦poque'
Dos pel¨ªculas, entre otras muchas, servir¨ªan para situar el ambiente que refleja la exposici¨®n Steinlen y la ¨¦poca del 1900, que hasta el 28 de mayo puede visitarse en el Museo Picasso de Barcelona. Una podr¨ªa ser Un americano en Par¨ªs, de Vincente Minnelli, en la que incluso Gene Kelly da vida a una imagen de Toulouse-Lautrec que forma parte de la exposici¨®n. Representar¨ªa la parte alegre, fr¨ªvola, bohemia, art¨ªstica y optimista de lo que se denomin¨® belle ¨¦poque. La otra pel¨ªcula podr¨ªa ser Senderos de gloria, de Stanley Kubrick, en la que se da cuenta de la crueldad y las miserias de la guerra, concretamente de la I Guerra Mundial, que Steinlen y otros muchos artistas denunciaron como una prueba m¨¢s de la miseria y opresi¨®n que sufr¨ªan las clases trabajadoras. Entre estos dos polos extremos se sit¨²an las obras que integran esta apabullante exposici¨®n organizada por el Museo de Arte e Historia de Ginebra, aunque ampliada de forma considerable en Barcelona con obras de artistas catalanes de la ¨¦poca, que tiene como comisaria a Claire Stoulig, conservadora jefa de dibujos del museo suizo. En conjunto re¨²ne nada menos que 476 obras, entre dibujos, pinturas, grabados, carteles, ilustraciones, revistas y otros documentos provenientes de colecciones p¨²blicas y privadas de diferentes pa¨ªses, aunque la mayor¨ªa proceden de centros suizos y catalanes. De estas obras, 129 corresponden a Th¨¦ophile Alexandre Steinlen (Lausana, 1859-Par¨ªs, 1923), artista multifac¨¦tico, seg¨²n se dir¨ªa hoy en d¨ªa, que alcanz¨® la fama principalmente gracias a sus ilustraciones, que ejercieron una notable influencia en todo el arte occidental de la ¨¦poca. El resto de obras lleva la firma de los artistas Picasso, Toulouse-Lautrec, Munch, Daumier, Manet, Roualt, Casas, Degas, Max Jacob, Grosz, K?the Kollwitz -artista suizo-alemana que resulta uno de los descubrimientos de la exposici¨®n-, Kupka, Nonell, Renoir, Jacques Villon y Pere Ynglada, entre otros muchos.
Es, en este sentido, una exposici¨®n coral en la que no hay protagonismos individuales, sino que se enfatiza y destaca el aire com¨²n del esp¨ªritu de la ¨¦poca. "Steinlen est¨¢ tomado como figura ejemplar de esta ¨¦poca, pero lo m¨¢s significativo de la exposici¨®n es que ense?a la influencia mutua de los artistas entre s¨ª", afirma Claire Stoullig. El montaje lo ejemplifica claramente en diversas partes del recorrido, aunque posiblemente la dedicada a los desnudos y las parejas bes¨¢ndose sea la m¨¢s espectacular. En este apartado pueden verse abrazos pintados o dibujados por el mismo Steinlen, adelant¨¢ndose al estilo hollywoodiense de los grandes galanes; de Picasso, los m¨¢s pl¨¢sticos, y de Munch, que resulta ahora el m¨¢s aproximado a la sensibilidad contempor¨¢nea.
Es un aire de ¨¦poca que aparece en otros apartados y que permite situar la complejidad de un momento hist¨®rico en el que muchos ven similitudes con el fin de siglo actual. De hecho, en la exposici¨®n pueden verse obras datadas entre 1872, el a?o siguiente al aplastamiento de la Comuna de Par¨ªs, y 1922, a?o en que, por ejemplo, en Italia lleg¨® al poder Mussolini. En medio, para citar s¨®lo algunos hitos, hubo el famoso caso Dreyfus, una guerra mundial, la revoluci¨®n rusa y se cre¨® la Sociedad de Naciones. El progreso t¨¦cnico, el avance cient¨ªfico y el nacimiento de las vanguardias completan el retrato de un momento que estuvo marcado por los contrastes.
"El mundo no va como deber¨ªa ir... hay que actuar", dec¨ªa Steinlen. ?l era partidario del arte puesto al servicio de unas ideas, en su caso de izquierdas, y motor de cambios sociales que contrarrestaba con otras visiones que reivindicaban la libertad del "arte por el arte". La exposici¨®n, en el entorno de Steinlen, obvia las opciones m¨¢s formalistas y se centra en las obras que reflejan el ambiente de la ¨¦poca. Con todo, quedan patentes en la exposici¨®n los avances pl¨¢sticos y el impacto que tanto las nuevas tecnolog¨ªas de reproducci¨®n -es el momento del cartelismo y de las revistas ilustradas- como las leyes francesas de libertad de expresi¨®n provocaron en la obra de estos artistas y en la divulgaci¨®n de su obra.
La exposici¨®n, dividida en seis apartados, empieza precisamente con un espacio dedicado a los carteles que publicitaban tanto productos de consumo como acontecimientos sociales o locales de diversi¨®n. Entre estos ¨²ltimos destacan, por ejemplo, Le Chat Noir, un cabar¨¦ fundado en 1881 por Rodolphe Salis en el que se reun¨ªan artistas, escritores y m¨²sicos como Steinlen, Zola, Verlaine, Toulouse-Lautrec, Sati¨¦ y Debussy, y en el que pod¨ªan encontrarse populares chansonniers, conocidas bailarinas de can-can, o espect¨¢culos nuevos como el teatro de sombras. Fue en este cabar¨¦ tan ligado a la vida de Steinlen -que no en vano era conocido como el pintor de los gatos dada la gran cantidad de felinos que pint¨® en su vida- en el que se inspir¨® Pere Romeu para fundar posteriormente la c¨¦lebre taberna Els Quatre Gats, de Barcelona. De hecho, tal como queda patente en la exposici¨®n, la influencia de las ilustraciones de Steinlen -que por ejemplo publicaba en la revista Gil Blas, de la que era fiel lector Jos¨¦ Ruiz Blasco, padre de Picasso- en los artistas catalanes Nonell, Casas, Picasso y Sunyer, por citar s¨®lo algunos, fue enorme pese a que el artista suizo no figure en la historia como uno de los grandes nombres del arte de este siglo.
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