De Auschwitz a La Haya
A Buergenthal no le vino del todo mal haber sido recluido por los nazis en un campo de trabajo en Polonia cuando ten¨ªa 10 a?os. Cuando fue trasladado de all¨ª (¨¦l y su familia) al temible campo de concentraci¨®n de Auschwitz, los alemanes pensaron que, a pesar de su edad, val¨ªa para trabajar, porque en el campo anterior s¨®lo sobreviv¨ªan los que serv¨ªan como mano de obra. Eso evit¨® que le hicieran un examen m¨¦dico (as¨ª llamaban al militar que separaba a los fuertes de los d¨¦biles) y le enviaran directamente a la c¨¢mara de gas. Ahora, Buergenthal -el juez Thomas Buergenthal- da la vuelta a la historia al convertirse en el primer magistrado del Tribunal Internacional de La Haya que ha crecido en campos de concentraci¨®n de la Alemania nazi.
En el medio siglo que ha transcurrido desde su entrada en Auschwitz hasta su incorporaci¨®n al organismo de mayor altura en la jurisdicci¨®n internacional, Buergenthal renunci¨® a su nacionalidad (mucho antes de que Checoslovaquia dejara de existir), se hizo juez con su nuevo pasaporte estadounidense y dedic¨® su trabajo a convertirse en uno de los mayores expertos y luchadores a favor de los derechos humanos.
Ocupar¨¢ el sill¨®n del ¨²nico juez de EEUU que estaba entre los 15 del tribunal, Stephen Schwebel, que se retira despu¨¦s de 19 a?os. Su nombramiento se ha aprobado por unanimidad, lo que garantiza que cumple los requisitos marcados por la doctrina escrita: los jueces de este organismo "deben poseer la calificaci¨®n jur¨ªdica m¨¢xima de su pa¨ªs o tener reconocida su competencia en legislaci¨®n internacional". Buergenthal cumple sobradamente las dos condiciones para este tribunal, que, como principio b¨¢sico, pretende "ser un reflejo de las diferentes formas de civilizaci¨®n y los principales sistemas legales del mundo".
El Tribunal Internacional, la m¨¢xima autoridad legal de Naciones Unidas, decide y aconseja en cualquier cuesti¨®n que enfrente a dos Estados soberanos, aunque s¨®lo es competente si los Gobiernos implicados han aceptado previamente su jurisdicci¨®n.
Buergenthal apenas pas¨® unos pocos a?os en Lubochna, una ciudad que ahora pertenece a Eslovaquia. Pronto tuvo que huir con su familia a Polonia para tratar de alejarse de una Checoslovaquia que ya hab¨ªa sido invadida por las tropas de Hitler.
En Polonia sobrevivieron con penuria en un barrio marginal de Kielce, pero al poco tiempo los nazis no s¨®lo se hicieron con ese territorio, sino que lo escogieron para construir all¨ª un campo de trabajo.
Cuando fueron trasladados a Auschwitz, los Buergenthal no pasaron directamente a la c¨¢mara de gas, porque, al venir de un campo de trabajo, los militares pensaron que estar¨ªan en buenas condiciones f¨ªsicas para cualquier tarea que se les ordenase. El proceso de selecci¨®n en Auschwitz significaba la muerte inmediata para los ni?os, los ancianos y los d¨¦biles. Y el peque?o Thomas sobrevivi¨®.
No pas¨® mucho hasta que los militares repartieron a los miembros de la familia por distintos lugares; nunca m¨¢s volvi¨® a ver a su padre. Hab¨ªa sido trasladado al campo de Flossenburg, en Alemania, y muri¨® justo unos d¨ªas antes de que la guerra terminase. Su madre sobrevivi¨® en el campo de Ravensbruck, tambi¨¦n en Alemania.
A Thomas Buergenthal lo trasladaron, en enero de 1945, desde Auschwitz a Sachsenhausen, que ya no era un campo de concentraci¨®n, sino un aut¨¦ntico pat¨ªbulo al que iban a parar los que iban a ser asesinados de inmediato. Aun as¨ª, logr¨® seguir vivo tres meses, el tiempo suficiente para que tropas rusas y polacas liberasen a los prisioneros mientras ganaban la guerra a los nazis.
Cinco a?os despu¨¦s se traslad¨® a EEUU, y en 1957 se hizo ciudadano estadounidense, para convertirse despu¨¦s en uno de los juristas m¨¢s respetados del mundo en leyes internacionales y derechos humanos. Hasta ahora era profesor de legislaci¨®n comparativa y jurisprudencia en la Universidad George Washington de la capital estadounidense.
Ha formado parte del Tribunal Interamericano de Derechos Humanos y ha representado a EEUU en la Unesco. Entre sus m¨¦ritos tambi¨¦n figura su papel en la Comisi¨®n de la Verdad creada por Naciones Unidas para acabar con la guerra civil en El Salvador.
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