El Alav¨¦s toca el cielo
Los de Man¨¦ son segundos tras ganar a un Rayo que cae en picado
Sin novedad en Vallecas. Se est¨¢ poniendo tan de moda ganar all¨ª que lo extra?o hubiera sido que el Alav¨¦s, un equipo que vive en ¨¦xtasis, hubiera roto lo que ya es costumbre. No hizo nada del otro jueves el Alav¨¦s, que se llev¨® la victoria porque no le qued¨® m¨¢s remedio. Enfrente se encontr¨® con un Rayo que le hizo un canto a la vulgaridad. Resolvieron los vitorianos el asunto con un gol a bal¨®n parado y engordaron todos y cada uno de sus sue?os. El Alav¨¦s de Man¨¦ ni hace ruido ni parece asustar a nadie, pero se lo est¨¢ pasando pipa en una Liga en la que le da la espalda a 18 de sus 19 rivales.En el Rayo han empezado los rumores, los gritos, los gestos crispados. El Rayo, varios meses despu¨¦s, vuelve a ejercer de s¨ª mismo, con todos sus aires de grandeza durmiendo en el caj¨®n del olvido. Lleg¨® la hora del sufrimiento en Vallecas, donde se han encendido todas las luces de alarma. Gan¨® con justicia el Alav¨¦s, cierto. Pero eso no quita para que el partido fuera una pesadilla. Ni un reproche se le puede hacer al cuadro vitoriano, que se comport¨® como los grandes, como uno de esos equipos capaces de sacar oro de un vertedero. Todo lo que pusieron los de Man¨¦ sobre el c¨¦sped fue disciplina. Toneladas de ella. Dejaron la fantas¨ªa para mejor ocasi¨®n y se encomendaron al arrojo, a la espera de que el Rayo repitiera uno de esos ejercicios est¨¦riles, en los que marcar un gol se convierte en una misi¨®n imposible.
RAYO 0ALAV?S 1
Rayo: Keller; Cota, Amaya, Hern¨¢ndez, Alc¨¢zar; Ferr¨®n (Draper, m.81), Helder, Poschner (Michel II, m.71), Michel I; Luis (Llorens, m.62) y Canabal.Alav¨¦s: Herrera; Contra, Karmona, T¨¦llez, T.Mestre; Azkoitia (Morales, m.67), Desio, Pablo (Javi Moreno, m.62), I.Bego?a; Astudillo y Kodro (Magno, m.74). Goles: 0-1. M. 69. T¨¦llez, desde cerca. ?rbitro: Llonch. Amonest¨® a Contra y Azkoitia. Unos 8.000 espectadores en el Teresa Rivero de Vallecas.
El Alav¨¦s presion¨® con fiereza y dej¨® al descubierto todas y cada una de las carencias del Rayo. Los de Vitoria se pasaron un buen rato elucubrando, y como la presencia de Kodro en el ataque no pas¨® de ser una an¨¦cdota, el partido se inund¨® de sopor durante una hora. Enfrente, el Rayo se hizo un l¨ªo. Han renunciado los de Vallecas al discurso que tan buen resultado les dio y se han convertido en un equipo de medio pelo, en el que su jugada favorita se escribe as¨ª: Keller saca en largo, el bal¨®n llega a las proximidades del ¨¢rea rival, Canabal intenta atraparlo por arriba, con nulo ¨¦xito, y la defensa rival despeja. La jugada admite una variaci¨®n: que no sea Keller quien lance en largo, sino Cota. Pero el resultado es el mismo.
As¨ª las cosas, que juegue o no Luis Cembranos es lo de menos. Desde que se recuper¨® de su lesi¨®n, y sin Bolo como referencia, Luis no ha vuelto a ser el mismo. Pero de ah¨ª a quitarle a la hora de juego media un abismo. Y no porque ayer fuera su d¨ªa, que no lo era, sino porque prescindir de ¨¦l no deja de ser tapiar a¨²n m¨¢s la imaginaci¨®n del equipo. Sirva el siguiente dato como ejemplo: las cuatro ocasiones que tuvo el Rayo antes del gol del Alav¨¦s nacieron en los pies de Luis.
Se fue Luis, el Rayo acab¨® de enladrillarse y el Alav¨¦s, tan feliz. Sin soluci¨®n de continuidad lleg¨® una ocasi¨®n clara de Javi Moreno -cuya entrada en el campo le dio al Alav¨¦s la profundidad que le faltaba-, que Alc¨¢zar sac¨® bajo los palos. Y lleg¨® el gol de T¨¦llez, en un c¨®rner que el Rayo defendi¨® de mala manera.
Entonces, el Alav¨¦s protegi¨® a¨²n m¨¢s su guarida y busc¨® a Javi Moreno, que hizo todo lo que dej¨® de hacer Kodro y al que le dio tiempo a estrellar un bal¨®n en el palo. El p¨²blico, acostumbrado como est¨¢ a los ¨¦xitos, comenz¨® a silbar, lo que puede resultar exagerado, e incluso pretencioso, pues la temporada del equipo a¨²n admite el calificativo de ejemplar, pero que resulta de lo m¨¢s coherente si se tiene en cuenta que el Rayo ha decidido arrojar a la basura todos y cada uno de los valores que le encumbraron.
Toc¨® el Alav¨¦s el cielo en Vallecas con una apuesta aseada, tan llena de sentido com¨²n como hu¨¦rfana de adornos. En una Liga donde todo es un disparate, a los de Man¨¦ les basta con apostar por la l¨®gica para ocupar un puesto en el que no se vio ni en el mejor de sus sue?os. La victoria de ayer certifica su fortaleza y empuja a¨²n m¨¢s al Rayo hacia el infierno, en lo que no deja de ser una ca¨ªda en picado que no tendr¨¢ fin hasta el momento en que los rayistas vuelvan a recordar que los campos de f¨²tbol no est¨¢n cubiertos de c¨¦sped por capricho, sino para que el bal¨®n corra mejor.
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