"S¨®lo una de cada cuatro cooperativas es regida por mujeres"
La profesi¨®n de Flor Torrijos de Oro, madrile?a de 38 a?os, tiene mucho que ver con su nombre, ya que esta ingeniera t¨¦cnica agr¨ªcola es miembro de una cooperativa madrile?a de trabajo asociado dedicada a la jardiner¨ªa. Como gerente de esta entidad, forma parte de ese escaso 25% de directivos de cooperativas de la regi¨®n que son mujeres. Para aumentar la presencia femenina en los cargos de gesti¨®n se cre¨® en 1990 la Asociaci¨®n de Mujeres Empresarias de Cooperativas (Amecoop), de la que Torrijos es secretaria. De las cerca de un millar de cooperativas que existen en Madrid, un 30% est¨¢ formado s¨®lo por hombres; un 20%, s¨®lo por mujeres, y el resto son mixtas.Pregunta. Cabr¨ªa esperar que en un sector donde las diferencias salariales son menores tambi¨¦n la gesti¨®n fuera m¨¢s igualitaria.
Respuesta. S¨ª, pero no sucede as¨ª , ya que s¨®lo el 25% de los puestos directivos de las cooperativas est¨¢n ocupados por mujeres. Me refiero a que nuestra presencia es menor tanto en los cargos de gesti¨®n como en los consejos rectores elegidos por las asambleas de socios.
P. ?A qu¨¦ se debe esa baja presencia femenina?
R. Sobre todo a la doble jornada que tiene la mujer, como ama de casa y madre y como cooperativista.
P. ?Qu¨¦ hacen ustedes para remediarlo?
R. En primer lugar, trabajar junto a las asociaciones de mujeres que defienden una sociedad m¨¢s igualitaria. Y despu¨¦s, ya en nuestro campo, acudimos a las cooperativas a dar peque?as charlas para potenciar una mayor presencia de la mujer en sus directivas. Hemos editado una gu¨ªa pr¨¢ctica para la coeducaci¨®n en las cooperativas que ayuda a hacer posible ese cambio.
P. ?Puede existir un cierto miedo en la mujer a desempe?ar puestos de responsabilidad?
R. La educaci¨®n pesa, pero yo creo que la mujer que entra en una cooperativa ya est¨¢ dispuesta al trabajo participativo. A m¨ª me parece que lo que m¨¢s frena es pensar que, adem¨¢s de las responsabilidades del trabajo, luego no se va a tener mucha colaboraci¨®n en las de casa. No todas las mujeres tienen parejas que colaboran con ellas.
P. Tampoco todo el mundo est¨¢ dispuesto a embarcarse en una cooperativa.
R. No, claro, supone un cierto riesgo y a menudo se prefiere preparar una oposici¨®n, que garantiza una mayor estabilidad laboral. Muchas cooperativas nacen de la necesidad a partir de personas en paro que optan por el autoempleo, pero tambi¨¦n existe a menudo un fuerte componente ideol¨®gico. En una cooperativa lo que sucede habitualmente es que la diferencia de sueldos sea de uno a tres, mientras que en las empresas privadas esa distancia se alarga mucho m¨¢s.
P. ?Pueden sobrevivir las cooperativas en un mercado cada vez m¨¢s duro?
R. S¨ª. Como tambi¨¦n sobreviven las empresas familiares.
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