Los intentos de Giacometti de aprehender la realidad desconocida ocupan La Pedrera Una exposici¨®n revisa en Barcelona la trayectoria del artista suizo en todas sus facetas
"Para m¨ª, la realidad sigue siendo exactamente tan virgen y desconocida como la primera vez que se intent¨® representarla". Lo dec¨ªa Alberto Giacometti (Suiza, 1901-1966) en una entrevista publicada cinco a?os antes de su muerte. La realidad fue una de sus obsesiones, seguramente por lo imposible de aprehenderla. Desde hoy y hasta el 28 de mayo, el centro cultural de la Caixa de Catalunya situado en La Pedrera presenta una retrospectiva con esculturas, pinturas, dibujos y grabados de este artista que aseguraba tener m¨¢s inter¨¦s por la verdad que por el arte.
"Antes hab¨ªa una realidad conocida o banal, estable digamos", comentaba el artista en la misma entrevista reproducida en el cat¨¢logo. "Eso termin¨® por completo en 1945. Por ejemplo, advert¨ª que entre el hecho de ir al cine y el de salir del cine, no hab¨ªa interrupci¨®n (...). Mi visi¨®n del mundo era una vista fotogr¨¢fica, como creo que ocurre, m¨¢s o menos, con todo el mundo ?no? Nunca vemos las cosas, las vemos siempre a trav¨¦s de una pantalla (...). Y, entonces, de pronto, se produjo una escisi¨®n. Lo recuerdo muy bien, fue en el Actualit¨¦s, en Montparnasse, primero no supe muy bien lo que ve¨ªa en la pantalla; en vez de ser figuras, se convert¨ªan en manchas blancas y negras, es decir, que perd¨ªan cualquier significado y, en vez de mirar la pantalla, mir¨¦ a los vecinos, que se convert¨ªan, para m¨ª, en un espect¨¢culo absolutamente desconocido. ?Lo desconocido era la realidad a mi alrededor y no lo que ocurr¨ªa en la pantalla?". Tal vez por ese empe?o obsesivo de atrapar lo desconocido que se esconde en la realidad, escribe el poeta Yves Bonnefoy en el cat¨¢logo: "S¨®lo el porvenir dir¨¢ si Giacometti habr¨¢ sido s¨®lo una de las posibilidades que un siglo deja pasar, o si fue uno de los signos precursores de una nueva forma de vivir en esta tierra".
La exposici¨®n, centrada en la tem¨¢tica del ser humano, refleja de m¨²ltiples formas los intentos de Giacometti de atrapar esta realidad tan esquiva para los que s¨®lo se f¨ªan de la raz¨®n. Primero con una reducida aunque representantiva muestra de sus fruct¨ªferos contactos con el arte "primitivo" y las vanguardias cubista y surrealista. De esta ¨²ltima se exhibe, por ejemplo, L'objet invisible (Mains tenant le vide), de 1934-1935, considerada la ¨²ltima escultura de su etapa surrealista y pieza clave en la evoluci¨®n posterior de su trabajo. Seg¨²n confes¨® el artista, la insatisfacci¨®n que le dej¨® esta escultura le indujo a volver a trabajar del natural.
Empez¨® aqu¨ª la etapa m¨¢s conocida y celebrada de su trayectoria. Giacometti rompi¨® con los surrealistas, que le expulsaron por realizar obras demasiado figurativas, y comenz¨® una continua investigaci¨®n para atrapar la verdad o la realidad de sus modelos. Pese a que los conoc¨ªa, porque la mayor¨ªa eran ¨ªntimos -su hermano y colaborador Diego, su esposa, su madre, amigos-, aseguraba que su tentativa de atrapar su misterio, aquello que los hac¨ªa ¨²nicos y humanos, estaba condenada al fracaso.
Con el apoyo de los m¨²ltiples dibujos, que ¨¦l mismo consideraba la base de todo su trabajo, y con una cuidada selecci¨®n de pinturas -en las que concentraba toda la fuerza y materia en los rostros-, la exposici¨®n contin¨²a con una amplia selecci¨®n de las famosas esculturas alargadas y filiformes que tanta fama le han dado, entre las que pueden destacarse, por ejemplo, las Femmes de Venise, de 1956, y el Homme qui marche I, de 1960. "A la mujer la hago inm¨®vil y al hombre siempre caminando", reconoc¨ªa este compa?ero de viaje de intelectuales y literatos como Jean Genet y Jean-Paul Sartre, seg¨²n el cual Giacometti hab¨ªa reflejado como pocos artistas la fragilidad del hombre moderno.
La exposici¨®n, titulada simplemente Giacometti, tiene lugar a un a?o de la celebraci¨®n del centenario de su nacimiento -durante la que se anuncian grandes exposiciones en Suiza y Estados Unidos- y en pleno galimat¨ªas judicial en Francia por los problemas de la millonaria herencia que leg¨® la viuda del artista, proceso que est¨¢ paralizando un importante contingente de obras. Ha podido realizarse gracias a la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Maeght de Saint-Paul de Vence, cuyo director, Jean Louis Prat, ha hecho las funciones de comisario. A esta insituci¨®n pertenecen 46 piezas del cerca de centenar que se presentan en la exposici¨®n. ?sta se ha organizado de forma cronol¨®gica en un magn¨ªfico montaje -a cargo de Fernando Marz¨¤, Marc Serra y Marta Peris- que consigue facilitar la cercan¨ªa del visitante a unas piezas generalmente muy delicadas. Un v¨ªdeo documental sobre el artista y el cuidado cat¨¢logo completan la exhibici¨®n.
Babelia
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