Las ra¨ªces de El Ejido
Los brutales hechos ocurridos en El Ejido han despertado el recuerdo de la xenofobia y la intolerancia, dos lacras arraigadas en Espa?a desde hace siglos. La reciente reedici¨®n en Sevilla del poema Expulsi¨®n de los Moros de Espa?a pone sobre el tapete un fantasma que recorre la historia. Impreso en 1610, este largu¨ªsimo poema de 4.584 versos elogia y justifica la expulsi¨®n de los moriscos llevada a cabo por el rey Felipe III.Su autor, Gaspar Aguilar (1561-1623) perge?¨® una obra de propaganda al servicio del monarca y de su valido, el Duque de Lerma. Manuel Ruiz Lagos, profesor de Literatura en la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de Sevilla, se ha encargado de la edici¨®n de esta obra, que acaba de publicar Editorial Guadalmena en su Colecci¨®n Textos Andaluces.
El profesor recalca el peculiar car¨¢cter del poema en la literatura espa?ola. "Es un texto singular porque es el ¨²nico texto literario dedicado a la expulsi¨®n y a la apolog¨ªa de la expulsi¨®n de los moriscos impulsada por Felipe III en 1609. El libro fue publicado en 1610. El proceso de expulsi¨®n continu¨® hasta unos a?os m¨¢s tarde. Gaspar Aguilar vivi¨® activamente la expulsi¨®n. Pertenec¨ªa a la Academia de los Nocturnos de Valencia, muy mediatizada por la nobleza", indica Ruiz Lagos.
"Aguilar parece la voz del colectivo de la Academia de los Nocturnos. El texto est¨¢ escrito para ser le¨ªdo en voz alta, para ser destinado a una difusi¨®n del tema de forma asequible. El poema est¨¢ escrito para exaltar los linajes valencianos implicados en la expulsi¨®n y para hacer una apolog¨ªa del Patriarca Ribera, el Duque de Lerma y Felipe III", agrega el profesor de la Universidad de Sevilla.
Aparato de propaganda
"El poema es un instrumento medi¨¢tico que se propone ser eficaz llegando al mayor n¨²mero de lectores posibles. Est¨¢ inserto en el aparato de propaganda que cuenta y justifica una de las decisiones pol¨ªticas m¨¢s graves de todos los tiempos de la Monarqu¨ªa espa?ola", relata Ruiz Lagos.
"Es evidente que, a lo largo de todo el poema, dos personajes implicados en esta historia estar¨¢n presentes en momentos decisivos: son el Duque de Lerma, 'espejo cristalino en que se refleja el rey', y el Patriarca Ribera, arzobispo de Valencia, 'vigilante y pastor santo' de la cuesti¨®n morisca", manifiesta Ruiz Lagos.
El profesor de la Universidad de Sevilla reconoce que el poema de Aguilar "ha sido piedra de esc¨¢ndalo durante mucho tiempo". "Una de las motivaciones que he tenido para hacer su edici¨®n es su valor hist¨®rico. Otra raz¨®n es que es necesario revisar con una lectura diferente los cl¨¢sicos del Siglo de Oro. Si ha habido un exterminio y cometimos atrocidades que, al menos, la historia cierta del hecho sirva para hacer su autocr¨ªtica", asevera el profesor de la Universidad de Sevilla.
"El tema ha sido una de las razones que han dificultado su conocimiento. Es tan cruel la narraci¨®n que s¨®lo con un ejercicio de autocr¨ªtica se puede afrontar. Es un poema en l¨ªnea media que sube a gran altura literaria en las escenas m¨¢s duras, m¨¢s sangrientas", a?ade Ruiz Lagos.
"Mano de obra barata"
"Gaspar Aguilar da la impresi¨®n de tener un conocimiento exhaustivo del asunto. ?Por qu¨¦ se ataca a los moriscos con tanta sa?a? Porque hay una minor¨ªa morisca que compite con los cristianos viejos como mano de obra m¨¢s barata. Adem¨¢s, las tierras revierten a poder de la nobleza y hay que hacer una colonizaci¨®n nueva. Julio Caro Baroja ya apunt¨® esto en su libro sobre los moriscos", comenta Ruiz Lagos.
El profesor cree que el esp¨ªritu que anima a los cristianos a perseguir a los moriscos ha pervivido hasta el siglo XX. "Escuchas hablar al padre Bleda, uno de los partidarios de la expulsi¨®n de los moriscos, y parece que oyes el lenguaje del general Franco. Hecha ya la expulsi¨®n, se le presenta la Fe en sue?os al rey y le dice que haga la rebusca de los moriscos 'como en vi?a vendimiada'. Es decir, la Fe le anima al monarca a que siga persiguiendo moriscos ocultos hasta no dejar ninguno en Espa?a. Es tremendo", dice Ruiz Lagos.
"?Por qu¨¦ no se volvi¨® a publicar el poema? Porque despierta las malas conciencias. Esos fantasmas no han desaparecido todav¨ªa, como muestra lo que ha ocurrido en El Ejido", indica el profesor. "La tolerancia necesita una aut¨¦ntica educaci¨®n democr¨¢tica para que forme parte de la cultura de un pueblo. Y eso no se puede improvisar. En el siglo XIX hubo en Espa?a varios Gobiernos de militares. Y en gran parte del siglo XX mandaron Primo de Rivera y Franco. Fueron militares que impidieron una aut¨¦ntica educaci¨®n en tolerancia", resume Ruiz Lagos.
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