La gran revancha blanca
Los ¨¦xitos de Johann Muehlegg y Carolina Ruiz devuelven el cr¨¦dito al deporte invernal espa?ol
El esqu¨ª espa?ol ha empezado su gran revancha antes de lo esperado. Despu¨¦s de tocar fondo en los Juegos Ol¨ªmpicos de Nagano98, el cambio de federaci¨®n abri¨® una nueva etapa, cuyos frutos, en caso de producirse, deb¨ªan llegar en la siguiente cita de Salt Lake City 2002. Sin embargo, la cosecha se ha precipitado sorprendentemente. El mayor asombro lo ha producido Johann Muehlegg, alem¨¢n de Baviera, nacionalizado espa?ol el 12 de noviembre del a?o pasado, que ten¨ªa un palmar¨¦s en la ¨¦lite, pero no tan grande como la atleta Niurka Montalvo, la nadadora Nina Jiv¨¢nevskaia o el ajedrecista Alexei Sh¨ªrov. Su triunfo en la Copa del Mundo de esqu¨ª de fondo, haza?a ins¨®lita en un deporte casi marginal en Espa?a, le ha sorprendido incluso a ¨¦l mismo. Pero cuando se pod¨ªa recordar que Muehlegg es un alem¨¢n reconvertido y que el ¨²nico esqu¨ª en el que Espa?a ha dicho y debe decir algo es el alpino, donde la penuria se manten¨ªa, ha irrumpido Carolina Ruiz, la que podr¨ªa ser la nueva Blanca Fern¨¢ndez Ochoa.Por primera vez en la historia de las pruebas finales de las Copas del Mundo, que se disputan este fin de semana en Italia, Espa?a ser¨¢ doble protagonista. En el esqu¨ª de fondo, al m¨¢ximo, y en alpino, con la curiosidad general de comprobar si el segundo puesto de Carolina en el gigante de Sestriere el s¨¢bado fue s¨®lo un espejismo.
Muehlegg ha sido una apuesta personal de la nueva federaci¨®n y ¨¦l ha puesto la mayor¨ªa de su parte. Pero el trato y el seguimiento m¨¦dico dirigido por Benjam¨ªn Fern¨¢ndez, le han sacado un rendimiento que en Alemania, asombrosamente, hab¨ªa sido desperdiciado. Juanito no quiere hablar de ello, pero su marcha fue por un asunto un tanto particular ya publicado en la prensa alemana. Muehlegg se ha sentido perseguido, especialmente por el que fue entrenador jefe, Georg Zipfel, al que acus¨® de echarle el mal de ojo. Incluso tuvo un juicio contra ¨¦l y perdi¨®. Todo ello le cost¨® la expulsi¨®n, aunque fue repescado por su calidad. En Nagano 98, Muehlegg tambi¨¦n acus¨® al esquiador Jochen Behle de hacerle lo mismo. Juanito, ahora, Johann, entonces, incluso recurri¨® a una exorcista, Justina Agostinho. El hecho de que Juanito no quiera saber nada ni con la prensa alemana, o haga restricciones y hable en espa?ol, es porque le tom¨® por loco y se burl¨® de ¨¦l.
Carolina es, de momento, el ¨²nico fruto de la penuria alpina, que en hombres a¨²n se mantiene. Tras la retirada de Blanca Fern¨¢ndez Ochoa (Francisco queda a¨²n m¨¢s lejos), Ainhoa Ibarra no lleg¨® a cuajar al m¨¢ximo, pese a sus esfuerzos, y ya se ha retirado; Ana Galindo s¨ª logr¨® mejores resultados, pero ha acabado lesion¨¢ndose, y a Mar¨ªa Jos¨¦ Rienda, que parec¨ªa la mejor promesa, le falta afrontar mayores riesgos para dar el salto definitivo. Justamente lo que Carolina ha hecho en su primera oportunidad. Fue 18? a principio de temporada en Cooper Mountain (EEUU), pero esta vez, en lugar de conformarse con un 6? lugar de la primera manga, se la jug¨® para ser segunda. Ella s¨ª tiene, como Blanca, car¨¢cter de campeona.
Su padre, Isidoro Ruiz, profesor de esqu¨ª, y casado con otra profesora chilena, puede tener el 70% de culpa del ¨¦xito de su hija, a la que form¨®. Incluso trabaj¨® con ella en su estancia francesa, dentro de los planes infantiles de la federaci¨®n anterior. Ahora, el m¨¦rito es de Maurizio Marcacci, que est¨¢ sacando el m¨¢ximo rendimiento del esqu¨ª femenino ya desde la etapa federativa anterior.
Los entrenadores no eran el problema del desastroso esqu¨ª espa?ol, sino los directores t¨¦cnicos y quienes les manipulaban. Eran aficionados o inquisidores.La nueva etapa es m¨¢s profesional y aunque los ¨¦xitos de ahora tienen tambi¨¦n su parte de fortuna, de herencia o de casualidad, tambi¨¦n esto hay que buscarlo y comprar la loter¨ªa para que toque.
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