Sentencia electoral
La sentencia dictada por el cuerpo electoral es una sentencia inapelable, que ¨²nicamente puede ser revisada por el propio cuerpo electoral una vez transcurridos cuatro a?os. Pero, como toda sentencia, tiene que ser interpretada primero y ejecutada despu¨¦s. Esta es la tarea que corresponde a los partidos que han obtenido representaci¨®n parlamentaria, tanto mayoritaria como minoritaria.De que acierten o no en el desempe?o de la misma depender¨¢ la valoraci¨®n que obtengan en la pr¨®xima consulta.
Hay veces en que la interpretaci¨®n y ejecuci¨®n de la sentencia es f¨¢cil. La dictada, por ejemplo, el pasado domingo en las elecciones generales. Pero hay otras, en que no lo es tanto y en la que los int¨¦rpretes tienen que hilar fino para no equivocarse y no ser penalizados en el futuro. Es el caso de las elecciones auton¨®micas.
En principio, no parece que sea as¨ª. El PSOE ha repetido su resultado de las pasadas auton¨®micas y el PA ha obtenido un esca?o m¨¢s. Parece claro, en consecuencia, que los electores han valorado positivamente el Gobierno de coalici¨®n durante la pasada legislatura y que han optado por una repetici¨®n de la f¨®rmula. Unicamente las tensiones internas del PA evidenciadas tanto durante la campa?a como en la misma noche electoral pueden arrojar alguna duda sobre la fiabilidad de este partido como compa?ero de coalici¨®n. Pero no creo que las tensiones no sean controlables y que no pueda reeditarse el pacto para esta legislatura.
Tambi¨¦n parece claro que IU ha quedado descartada como compa?era de Gobierno del PSOE. Tras el estrepitoso fracaso en las elecciones auton¨®micas, tras el escaso rendimiento del pacto suscrito entre Joaqu¨ªn Almunia y Francisco Frutos y tras las dudas que se ciernen sobre la propia continuidad del pacto tras la dimisi¨®n de Joaqu¨ªn Almunia y el incierto futuro de Francisco Frutos en IU, ser¨ªa dif¨ªcilmente justificable que el PSOE optara por IU como compa?ero de coalici¨®n.
En lo que a la formaci¨®n del Gobierno se refiere, todo parece estar bastante claro. El papel privilegiado que IU pudo tener en el sistema pol¨ªtico andaluz cuando el PSOE perdi¨® la mayor¨ªa absoluta en las elecciones de 1994, lo destroz¨® con la "pinza" entre 1994 y 1996, y se lo cedi¨® al PA, que, a pesar de su mala campa?a, ha estado a punto de convertirse en la tercera fuerza pol¨ªtica andaluza en estas elecciones. Y que, muy probablemente, lo ser¨¢ en las pr¨®ximas.
Y sin embargo, el futuro m¨¢s all¨¢ del momento de la formaci¨®n de Gobierno no es nada claro. La distancia entre el PSOE y PP se ha reducido de manera notable, haciendo veros¨ªmil que el PP se convierta en el primer partido en nuestra comunidad aut¨®noma. Y que en las pr¨®ximas elecciones fuera posible una mayor¨ªa parlamentaria integrada por el PP y el PA, ya que no parece probable que el PP pudiera alcanzar en nuestra comunidad la mayor¨ªa absoluta.
El PSOE ha ganado con claridad estas elecciones. Y las ha ganado en condiciones nada f¨¢ciles, dada la coincidencia con unas generales en las que el PP ha arrasado. Pero el PSOE ha dejado de ser el partido imbatible que ha sido en el pasado. El PP puede convertirse perfectamente en el primer partido andaluz.
El PSOE andaluz tiene, en consecuencia, de qu¨¦ preocuparse. Tiene f¨¢cil la formaci¨®n de gobierno en esta legislatura. Pero tiene un futuro complicado. Los electores le han dado un aviso. Ha mantenido sus esca?os, pero no ha sido capaz de captar ni uno de los siete esca?os perdidos por IU. Casi todo el crecimiento ha sido para el PP. Mucho deber¨¢ reflexionar Manuel Chaves antes de decidir la composici¨®n de su pr¨®ximo Gobierno. Veremos si ha entendido el mensaje de los electores. La complacencia en el pasado nunca es buena, pero en las circunstancias actuales puede ser suicida.
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