El presidente cree que el voto del Ej¨¦rcito le evitar¨¢ una segunda vuelta
Vlad¨ªmir Putin tiene la esperanza de que los votos de los militares y de todos los relacionados con las llamadas instituciones de fuerza (Ej¨¦rcito, polic¨ªa, servicios secretos) le permitan ganar ma?ana, ya en la primera vuelta, la presidencia del pa¨ªs. La confianza de Putin en que tendr¨¢ el apoyo masivo de los millones de personas que trabajan en las citadas instituciones y en el complejo de la industria militar es justificado: gracias a ¨¦l los uniformados han recuperado su orgullo y el respeto de la poblaci¨®n.Los militares en la ¨¦poca sovi¨¦tica eran una casta privilegiada: ganaban buenos sueldos, gozaban de prebendas y eran admirados por sus compatriotas. Parecida era la situaci¨®n de quienes serv¨ªan en las otras instituciones de fuerza. Pero con la ca¨ªda de la URSS las cosas cambiaron: Rusia dej¨® de ser una potencia temida en el mundo, el complejo de la industria militar comenz¨® a decaer y las Fuerzas Armadas empezaron a sentir un d¨¦ficit cr¨®nico de financiaci¨®n. La primera guerra de Chechenia, comenzada a fines de 1994, acab¨® por desacreditar por completo a los uniformados. Los militares sufrieron una humillante derrota, tuvieron que pactar con los independentistas y retirarse vergonzantemente de la rep¨²blica norcauc¨¢sica rebelde.
Acabar con la frustraci¨®n
El sentimiento de humillaci¨®n, traici¨®n y frustraci¨®n de los militares acab¨® cuando Putin fue nombrado primer ministro en agosto del a?o pasado. La segunda guerra de Chechenia, desencadenada por Putin, signific¨® "el comienzo de la resurrecci¨®n del Ej¨¦rcito", como dijo el liberal Anatoli Chub¨¢is, padre de las privatizaciones rusas. Putin dio carta blanca a los generales y les prometi¨® que esta vez nadie los frenar¨ªa hasta que ellos mismos consideraran cumplida su tarea. Al mismo tiempo, el jefe de Gobierno subrayaba su confianza en los militares y les demostraba p¨²blicamente su respeto. La poblaci¨®n vio en Putin y en el Ej¨¦rcito a sus salvadores y apoy¨® incondicionalmente la guerra. Incluso ahora, cuando los guerrilleros est¨¢n pr¨¢cticamente derrotados, cerca del 70% de los rusos piensan que las tropas no deben ser retiradas de Chechenia. Esta recuperaci¨®n del orgullo militar va acompa?ada de un resurgimiento del patriotismo, del deseo de volver a hacer de Rusia una potencia respetada en el mundo. Putin proclama este objetivo a los cuatros vientos, y la poblaci¨®n le aplaude.
?Cu¨¢ntos votos pueden dar a Putin las instituciones de fuerza y los trabajadores de la industria del complejo militar? Los expertos calculan que entre 2,5 y 4 millones de personas cobran sueldo en las citadas instituciones y entre 10 y 20 millones trabajan para la industria militar. A estas cifras hay que agregar las esposas e hijos, m¨¢s los militares jubilados, lo que supone, unos 25 millones de electores potenciales, de los cuales se calcula que le votar¨¢n un 70%. Esto es el m¨ªnimo; en la pr¨¢ctica su aportaci¨®n a la victoria de Putin ser¨¢ considerablemente mayor.
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