Europa desnuda al f¨²tbol italiano
Vieri, Batistuta, Shevchenko, Salas, Del Piero, Hern¨¢n Crespo, Boksic, Mijatovic... Una arsenal de delanteros de ¨¦lite, que han aterrizado en Italia tras una rifa desorbitante siempre favorable al talonario del calcio. Un escaparate de lujo, pero escaso rendimiento: de las 30 principales ligas de Europa, la italiana ocupa el 24? lugar en cuanto a media de goles por partido: 2,52. Antes de la ¨²ltima jornada, Espa?a ocupaba el puesto 16? con 2,69 goles. Otra pista: el colista de la Liga espa?ola, el Sevilla, ha marcado cinco goles menos que el l¨ªder italiano, el Juventus, el mismo que recientemente fue goleado con estr¨¦pito en Vigo.El cicaterismo italiano tiene se?ales alarmantes: s¨®lo mantiene un representante europeo -el Lazio, rival del Valencia-. Todo conduce a una profunda revisi¨®n. Su etiqueta no asusta tanto. Europa ya no tirita ante su discurso tacticista -exprimido desde que la Italia de Arrigo Sacchi se arrastrara hasta la final del Mundial de 1994-. Un tacticismo bajo el que muchos t¨¦cnicos mediocres han engordado su carrera y dormido al personal. Alentado por una legi¨®n medi¨¢tica, el post-sacchismo alumbr¨® un f¨²tbol cada vez m¨¢s halter¨®filo, que conced¨ªa una importancia desmesurada al gimnasio y la pizarra. Correr y correr: donde no cab¨ªa Kluivert (Milan), tiene un hueco Jos¨¦ Mari, aunque cueste 3.500 millones. Donde se despidi¨® a Roberto Carlos (Inter), se le abrieron las puertas a Milanesse. Donde se cuestiona a Roberto Baggio (Inter), tiene luz propia Cauet. Un disparate.
Al amparo del sonoro eco de aquel tacticismo, en el que los jugadores quedaban relegados al cuarto oscuro en favor de los entrenadores, la ecuaci¨®n era muy simple: una estrella en la delantera que se buscara la vida como pudiera y el resto con el cuchillo entre los dientes. El calcio se llen¨® de tantos defensas que para evitar la inflaci¨®n se les dio trabajo en el medio. Cuando no hay cerebro y apesta el bal¨®n, qu¨¦ m¨¢s da chocar unos metros m¨¢s adelante (Di Livio, Torricelli, Pesotto, Gattuso...). Tanto chocar, el calcio se puede estrellar: ?de qu¨¦ sirve comprar cada temporada un cuadro del Prado si se cuelga en la cocina y lo cuida un pir¨®mano?
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