Ra¨ªz de los prejuicios
Diversos y eminentes historiadores espa?oles se han pronunciado recientemente en EL PA?S en contra de la tesis formulada por Benzion Netanyahu en su libro Los or¨ªgenes de la Inquisici¨®n, seg¨²n la cual el motor principal de la Inquisici¨®n espa?ola no fue la unidad religiosa, sino el racismo. En abierto desacuerdo se han manifestado Julio A. Pardos (4 de diciembre de 1999), Antonio Dom¨ªnguez (16 de diciembre de 1999), Jos¨¦ Antonio Escudero (19 de enero de 2000) y, de nuevo, Dom¨ªnguez (15 de marzo de 2000). Por mi parte, despu¨¦s de leer el libro de Netanyahu, debo confesar que multitud de circunstancias de la historia de Espa?a me cuadran mejor con su tesis que con las de los autores mencionadosUn ejemplo, por lo dem¨¢s bien conocido: dif¨ªcilmente se encontrar¨¢ en cualquier momento de la historia un pa¨ªs en el que la unidad religiosa fuera m¨¢s completa que en la Espa?a de 1631. Jud¨ªos y moriscos hab¨ªan sido expulsados (aqu¨¦llos, m¨¢s de un siglo atr¨¢s), y la presencia de protestantes en Espa?a no era ni testimonial. Sin embargo, el 20 de julio de ese a?o, en Guadix, el sacerdote y dramaturgo Antonio Mira de Amescua fue sometido a un expediente de pruebas de limpieza de sangre, necesario para poder ejercer el cargo de arcediano de dicha ciudad. Los m¨¢s de treinta testigos que declararon ante el tribunal debieron probar no s¨®lo la "limpieza" de la sangre del dramaturgo, sino tambi¨¦n de sus antepasados. Y esto, en un momento en que en Espa?a, en materia religiosa, no hab¨ªa, ni pod¨ªa haber, disidencia alguna.
Pr¨¢cticas semejantes fueron habituales a¨²n durante varias d¨¦cadas, impidiendo el acceso
a cualquier cargo p¨²blico a toda persona que no pudiera probar su "pureza" racial. Dif¨ªcilmente se podr¨¢n combatir prejuicios actuales si no somos capaces de reconocer la existencia y la ra¨ªz de los mismos.- .
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