INVESTIGACI?N Investigadores de M¨¢laga dise?an un robot para cirug¨ªa dirigido por la voz
Un ayudante mec¨¢nico al que no le tiembla el pulso aunque una operaci¨®n dure varias horas. Eso es ISA, un robot dise?ado por tres investigadores malague?os para intervenciones de cirug¨ªa laparosc¨®pica, que se acciona mediante la voz del cirujano y cuyo coste ronda los dos millones de pesetas. El primer prototipo ha sido probado con ¨¦xito en animales de experimentaci¨®n durante los ¨²ltimos dos a?os. Las pruebas han constatado la estabilidad y precisi¨®n de sus movimientos y su utilidad como auxiliar de quir¨®fano para intervenciones de cirug¨ªa laparosc¨®pica.
La multinacional Braun, especializada en electromedicina, no ha tardado en mostrar su inter¨¦s por el proyecto: ha cerrado un convenio con la Universidad de M¨¢laga por el cual se compromete a aportar mejoras t¨¦cnicas y a apoyar la futura comercializaci¨®n del aparato. En la cirug¨ªa laparosc¨®pica no se abre al paciente, sino que se hace una peque?a incisi¨®n por la que se introduce una c¨¢mara mediante la cual el cirujano ve lo que corta. Hasta ahora, la ¨®ptica es sujetada por el m¨¦dico o por su ayudante. El temblor de la mano es inevitable y aumenta a medida que la intervenci¨®n se alarga. ISA no s¨®lo deja las manos libres al cirujano, sino que adem¨¢s no se cansa, lo que se traduce en una imagen sin movimientos. El robot dise?ado por el departamento de Ingenier¨ªa de Sistemas y Autom¨¢tica y la c¨¢tedra de Cirug¨ªa de la universidad malague?a consta de un cuerpo y un brazo articulado en cuyo extremo se sostiene la c¨¢mara. El primer prototipo, probado en varias operaciones con cerdos, fue construido por los ingenieros V¨ªctor Mu?oz y Jes¨²s G¨®mez sobre un robot industrial de fabricaci¨®n francesa.
Aquel modelo ten¨ªa tres inconvenientes: era demasiado pesado, depend¨ªa de tecnolog¨ªa extranjera y era muy caro. El coste rondaba los ocho millones de pesetas. Despu¨¦s de cuatro a?os de trabajo, sus inventores han conseguido desarrollar un dise?o ¨ªntegramente espa?ol, m¨¢s reducido y m¨¢s barato. Seg¨²n Carlos Vara, el catedr¨¢tico impulsor del proyecto, tiene adem¨¢s dos ventajas sobre el robot que comercializa una empresa de Estados Unidos: es de f¨¢cil esterilizaci¨®n y dispone de un campo de visi¨®n m¨¢s amplio.
Mano multifuncional
Este segundo modelo est¨¢ acabado en los papeles y avanzado en la pr¨¢ctica, pero no estar¨¢ totalmente terminado hasta diciembre. El aparato podr¨¢ utilizarse para operaciones abdominales, ginecol¨®gicas y de t¨®rax. De momento, el brazo de ISA s¨®lo lleva una c¨¢mara, pero sus inventores sostienen que en el futuro podr¨¢ adaptarse a distinto tipo de instrumental. "Simplemente, es una mano que obedece a una voz y por lo tanto es multifuncional", insiste Vara.
El proyecto ha logrado una beca del Fondo de Investigaci¨®n Sanitaria del Instituto Carlos III y ha despertado el inter¨¦s de Braun, una multinacional que s¨®lo en material quir¨²rgico factura 87.000 millones de pesetas (526 millones de euros) al a?o. El convenio alcanzado entre esta empresa y la universidad prev¨¦ que Braun supervise los dise?os e introduzca mejoras basadas en su experiencia en el campo de la electromedicina. Una vez que se haya construido el nuevo prototipo, la multinacional se encargar¨¢ de realizar los controles para que pueda obtener el certificado de calidad de la Uni¨®n Europea y pasar a la fase de pruebas con enfermos. Hasta que no concluyan todos estos pasos, no podr¨¢ comercializarse.
El nombre parece de mujer, pero en realidad es la abreviatura de Ingenier¨ªa de Sistemas y Autom¨¢tica, el departamento al que pertenecen sus creadores. Mu?oz y G¨®mez han trabajado tambi¨¦n en la construcci¨®n de artilugios aplicados a la agricultura, pero han corrido peor suerte: acumulan polvo en un garaje porque no han encontrado ninguna empresa que financie la iniciativa. Por eso no ocultan su entusiasmo al haber conseguido el apoyo de una multinacional.
El acuerdo se cerr¨® hace poco m¨¢s de una semana tras m¨¢s de un a?o de contactos con la empresa. La prueba final para los autores del proyecto fue una reuni¨®n de m¨¢s de ocho horas en la que fueron bombardeados a preguntas por los t¨¦cnicos de Braun. "Nos sentimos en el banquillo de los acusados", confiesa Mu?oz.
Los dos ingenieros y el catedr¨¢tico trabajan ya en la incorporaci¨®n al prototipo de los avances de la telemedicina. El objetivo es permitir que el cirujano que opera pueda consultar con otro colega que se encuentre en un lugar remoto. Este segundo facultativo no s¨®lo podr¨ªa ver la intervenci¨®n, sino mover la c¨¢mara para orientar a quien realiza la operaci¨®n. Despu¨¦s de muchos a?os de experimentos, Mu?oz empieza a verle color a su esfuerzo: "Esto nos da m¨¢s ganas de trabajar porque le vemos sentido a la investigaci¨®n; creemos que esta vez no se va a quedar en el laboratorio".
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