Si las piedras hablaran
Si hablaran las piedras de la torre de la bas¨ªlica de Bego?a, del edificio del BBV, de la sede de la BBK o las del puente del Ayuntamiento, todos en Bilbao, seguramente una de sus primeras palabras ser¨ªa Legorburu. Este apellido pertenece a una dinast¨ªa de canteros procedentes de ?lava que, desde que hace 100 a?os se instalaron en Vizcaya, han culminado con su p¨¦treo trabajo las obras arquitect¨®nicas antes mencionadas y otras muchas que conforman algunos de los elementos m¨¢s significativos de la ciudad. Un recorrido por su ingente labor se puede disfrutar en la Sala de Exposiciones del Archivo Foral (Mar¨ªa D¨ªaz de Haro, 11) hasta el pr¨®ximo 15 de junio.Desde que la primera generaci¨®n de los Legorburu -los hermanos Dionisio y Paulino y el hijo de ¨¦ste, Eustasio- comenzara a labrar campanarios, torres y fachadas, all¨¢ por el siglo XIX, ha llovido mucho y su profesi¨®n, como otras tantas, ha sufrido el cambio vertiginoso de los tiempos. Ahora ya no trabajan en construcci¨®n, sino en restauraci¨®n. "El hormig¨®n armado ha acabado con la piedra. No podemos competir con su precio. La canter¨ªa hoy d¨ªa no tiene m¨¢s salida que la restauraci¨®n", reconoci¨® ayer Jos¨¦ Ignacio Legorburu (Nacho), de la ¨²ltima generaci¨®n. Entre sus trabajos destacan la casi finalizada restauraci¨®n de la Catedral de Santiago, en el Casco Viejo de Bilbao, y la de la iglesia de San Ant¨®n. En la exposici¨®n se pueden ver las vidrieras que se han retirado de Santiago, en madera. Con la remodelaci¨®n han vuelto a ser de piedra, como cuando se contruyeron.
Su padre, de nombre tambi¨¦n Jos¨¦ Ignacio, empez¨® en este oficio "desde abajo, llevando el botijo del agua", recuerda. Cuando pasa por el puente del Ayuntamiento no puede evitar estremecerse de orgullo. La estructura de hormig¨®n del puente, contruido en 1926, se recubri¨® con sillares de caliza de Escobedo (Cantabria) baqueteados en sus lados largos para conseguir un efecto almohadillado. El puente fue volado durante la guerra civil. En 1940, se remodel¨®. En ambos casos, la labor de canter¨ªa la realiz¨® Legorburu y all¨ª fue donde Jos¨¦ Ignacio se estren¨® con el botijo.
Para Nacho Legorburu, la mejor piedra es "la caliza gris de Markina". "Es muy dura de trabajar, pero permanece toda la vida", afirma. De esa piedra est¨¢ hecha "la mayor¨ªa de los z¨®calos de las casas de Bilbao", aunque no se olvida de las bondades de "la arenisca de Durango, con la que est¨¢n construidos la mayor¨ªa de los caser¨ªos de Vizcaya".
La muestra Los Legorburu canteros. 100 a?os de un viejo oficio, que es tambi¨¦n un homenaje a esta familia y a esta profesi¨®n, est¨¢ compuesta, principalmente, por 13 grandes maquetas con algunos de los proyectos m¨¢s destacados en Bilbao y la fuente de Berriozabaleta, en Elorrio. Varios paneles informativos cuentan los avatares de cada pieza.
Adem¨¢s, al visitante a la exposici¨®n le recibe un conjunto de herramientas antiguas utilizadas para el trabajo de canter¨ªa y una maqueta de una cantera.
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