El reumat¨®logo vuelve a la pol¨ªtica

El m¨¦dico Pedro Sabando Su¨¢rez (Gij¨®n, 13 de mayo de 1941), jefe del servicio de reumatolog¨ªa en el hospital de la Princesa, dejar¨¢ de preocuparse en breve por las inflamaciones dolorosas de sus enfermos para encargarse de hacer la oposici¨®n en Madrid al Gobierno de Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Los que mandan en su partido, guerristas y renovadores, le han elegido por ser "un hombre bueno y solvente", aunque saben que no es uno de los suyos. El cambio de la consulta al Parlamento no le resultar¨¢ f¨¢cil a este profesor asturiano que da clases en la Aut¨®noma de Madrid y estaba prepar¨¢ndose para ser catedr¨¢tico. Su vocaci¨®n sanitaria ha vencido estos ¨²ltimos cinco a?os a su afici¨®n pol¨ªtica, aletargada todo este tiempo en un esca?o de la Asamblea de Madrid desde el que se aburr¨ªa los jueves de pleno en compa?¨ªa de su amigo Agapito Ramos. Sus ojos s¨®lo brillaban cuando contaba alguna operaci¨®n quir¨²rgica compleja que hab¨ªa devuelto la vida a una octogenaria.

Cuando el PSOE abri¨® la puerta de las elecciones primarias para elegir candidatos a los comicios auton¨®micos y municipales, Sabando -que hab¨ªa colaborado activamente en la victoria por goleada de Jos¨¦ Borrell en Madrid- pens¨® en regresar a la primera fila del oficio pol¨ªtico y pugnar por la candidatura de su partido a la presidencia de la Comunidad. Pero las articulaciones inflamadas de sus pacientes le atra¨ªan tanto que no acababa de decidirse, pese a que muchos de los que le rodeaban le animaban a la aventura. El partido resolvi¨® todas sus dudas al decidir un pacto con Nueva Izquierda que aupaba a Cristina Almeida a lo m¨¢s alto de las listas del PSOE en la Comunidad de Madrid. El reumat¨®logo se quej¨®, escribi¨® contra las formas utilizadas y reclam¨® primarias, pero ya era tarde. El tren de las conveniencias pol¨ªticas del aparato socialista arroll¨® al doctor Sabando y le devolvi¨® al hospital, del que nunca hab¨ªa salido, para seguir con sus soluciones al re¨²ma.

Sabando gestion¨® la sanidad madrile?a durante ocho a?os (1987-1995) como consejero del Gobierno de Joaqu¨ªn Leguina y fich¨® a algunos de los mejores especialistas m¨¦dicos del pa¨ªs para trabajar en el hospital Gregorio Mara?¨®n.

Sus discursos en el Parlamento regional se hicieron famosos por infinitos "en sentido estricto", como a ¨¦l le gusta hablar. Su apoyo al sector renovador del PSOE fue permanente durante sus a?os de gestor. Ya en la oposici¨®n rompi¨® lazos con Leguina (en el Congreso), critic¨® algunas maniobras de sus antiguos compa?eros renovadores y se acomod¨® en el pelot¨®n de parlamentarios que apenas interviene en los plenos ni forma parte del equipo titular. Le dol¨ªa la blanda oposici¨®n al PP, pero tampoco hac¨ªa mucho por endurecerla. S¨®lo se animaba cuando profesionales de la sanidad sal¨ªan a la calle contra el PP. Entonces dejaba su esca?o para charlar con los sindicalistas. ?l tambi¨¦n lo fue, de UGT.

Ayer se march¨® a su pueblo para no escuchar los ruidos de su elecci¨®n en la Federaci¨®n Socialista Madrile?a y pensar en las terapias que tendr¨¢ que aplicar para curar el re¨²ma que aqueja al PSOE. En sentido estricto.