El fracaso escolar alcanza el 70% en la comunidad gitana

"T¨² no puedes ser una gitana de verdad". Este comentario, Mar¨ªa Heredia, de 23 a?os, lo ha o¨ªdo hasta hartarse porque la gente no acaba de creerse que se pueda ser gitana y universitaria. Ella es una excepci¨®n, los gitanos que llegan a la Universidad siguen siendo una ¨ªnfima minor¨ªa. Son muchos los que no acaban la escuela y el absentismo escolar es alt¨ªsimo: el 33% de la etnia gitana es analfabeto y el 70% de los ni?os de este colectivo fracasa en las aulas.

El tema de fondo de las Jornadas de Cultura Gitana y Cambios Sociales que se celebraron en Sabadell, organizadas por la Asociaci¨®n Gitana de esta ciudad, fue precisamente la importancia de la escolarizaci¨®n. Mar¨ªa Heredia no quiere renunciar a los valores gitanos, pero est¨¢ convencida de que algunas cosas tienen que cambiar, entre ellas la escolarizaci¨®n. "Hay mucha gente que a¨²n no se han enterado de que desde los a?os cincuenta hasta ahora los gitanos hemos cambiado", enfatiza esta estudiante de Antropolog¨ªa. "Yo, ni voy en burro ni quiero tener seis hijos". Sonr¨ªe cuando explica: "La gente me dice que parezco india o ¨¢rabe, pero nadie se atreve a decirme que parezco gitana, cuando serlo es un orgullo".

Ana Jim¨¦nez, de 56 a?os y presidenta de la Asociaci¨®n Rom¨ª Cal¨ª Camela Nakerar de Extremadura, lleva m¨¢s de tres lustros lidiando para que los ni?os y ni?as gitanos asistan a clase. Heredia es una universitaria de los a?os noventa, Jim¨¦nez ya ejerc¨ªa como profesora en los sesenta. Esta mujer fue pionera y sigue empe?¨¢ndose en romper esquemas. Una de las primeras frases que solt¨® al auditorio en la presentaci¨®n de la asociaci¨®n de mujeres gitanas de Sabadell, la segunda en Catalu?a, fue: "Se puede ser gitana y rebelde". La sumisi¨®n no va con ella. Fue la primera en participar en asociaciones. Al principio, explica, era un "poco raro". Los "varones gitanos no entend¨ªan qu¨¦ hac¨ªa una mujer sola en las reuniones, sin acompa?ante y con preparaci¨®n, pero tuvieron que asumirlo". Tambi¨¦n hab¨ªa "el rechazo de algunos maestros payos, sobre todo mujeres"¡¤

Venta ambulante

Desde los sesenta hasta ahora han cambiado algunas cosas, pero falta mucho camino por recorrer. Todav¨ªa hay prejuicios y, a juicio de Ana Jim¨¦nez, "hay muchos gitanos que no son conscientes de que hay que llevar a los ni?os a clase. Creen que sus hijos podr¨¢n ganarse la vida como ellos y se equivocan".

No hay cifras oficiales, pero la mayor¨ªa de los gitanos -la Asociaci¨®n Secretariado General Gitano habla de entre el 50% y el 80%- se gana la vida con la venta ambulante, la recogida de cartones o como temporeros en el campo. Entre el 5% y el 15% trabaja como anticuario o comerciante y entre el 10 y el 15% son trabajadores no cualificados de la construcci¨®n o de la Administraci¨®n. Son muy pocos los que acceden a la oferta de formaci¨®n profesional normalizada, bien sea por desinter¨¦s o por falta de adaptaci¨®n de estos cursos a la situaci¨®n, caracter¨ªsticas y necesidades de los gitanos.

La responsabilidad del fracaso escolar no es exclusiva de los gitanos, a juicio del presidente de la Asociaci¨®n de Gitanos de Sabadell y comarca, Manuel Heredia, que concurri¨® a las ¨²ltimas municipales en la lista de CiU. La "culpa la tienen en gran parte la Administraci¨®n y los maestros. Si un payo y un gitano se pelean, avisan a la polic¨ªa. Si un gitano no va a clase, no se preocupan", se?ana Heredia, quien considera que la soluci¨®n radica en el control continuado de la asistencia de estos ni?os a la escuela y en conseguir a trav¨¦s de mediadores gitanos que las familias reconozcan la importancia de la formaci¨®n.

Que las madres sean conscientes de la importancia de que sus ni?as vayan a la escuela es tambi¨¦n una de las grandes preocupaciones de Dolores Fern¨¢ndez, de 35 a?os, profesora y presidenta de la Asociaci¨®n Rom¨ª de Granada. Pese que cuando llegan al instituto las j¨®venes gitanas obtienen mejores resultados que otras muchachas, aqu¨¦llas abandonan la escuela antes.

Los padres no ven nada claro lo de llevar a sus hijas al instituto. No hay una raz¨®n ¨²nica. A lo mejor en su barrio nunca una chica ha ido al instituto, a la mayor¨ªa de los j¨®venes no les van bien los estudios, son esc¨¦pticos sobre la posibilidad de costear los estudios en vez de que el joven ayude a la econom¨ªa familiar y tampoco conf¨ªan en que a un gitano, por mucho t¨ªtulo que tenga, se le vayan a abrir las puertas y, sobre todo, a algunas madres les da miedo que sus hijas sean se?aladas por ir a clase. A lo largo de las jornadas se describi¨® a la mujer gitana citando a Mateox Maximoff, un escritor gitano: "De peque?a, obedece a su padre; de jovencita, obedece a su padre y a su hermano; una vez casada, obedece a su marido; y ya vieja, obedece a sus hijos". Tambi¨¦n se habl¨® de las "virtudes femeninas" gitanas: "que sea hacendosa, que sepa ganarse la vida, que sea virgen, sumisa, callada, limpia...". Y se mencion¨® que la joven gitana es reconocida como "mujer de respeto" por medio del matrimonio. Ella es la que transmite los valores culturales del colectivo. Fern¨¢ndez est¨¢ de acuerdo en que entre los gitanos la familia es lo m¨¢s importante y tiene que seguir si¨¦ndolo, pero tambi¨¦n que el progreso es necesario: "La gitana del siglo XXI tiene que ganar en formaci¨®n. La mujer debe tener la posibilidad de acceder a un trabajo digno y tiene que ser m¨¢s reivindicativa, participar m¨¢s en el asociacionismo". Otro problema que padece es "el desconocimiento total del funcionamiento del sistema sanitario y de las medidas preventivas, como el control de embarazo o las vacunas".