IU baja sus ingresos a la mitad y decide despedir al 75% de sus trabajadores
La situaci¨®n en Izquierda Unida es mucho m¨¢s dram¨¢tica que en el PSOE. Herederas de una pol¨ªtica de gastos que muchos dirigentes califican sin paliativos de "despilfarro", las cuentas de la organizaci¨®n en su estructura central, no as¨ª en la mayor¨ªa de las federaciones, est¨¢n muy cercanas a la bancarrota. Tras el descalabro electoral, en el que la coalici¨®n perdi¨® 1.400.000 votantes con respecto a 1996 -se ha quedado en 1.250.000-, Izquierda Unida se ha visto obligada a recortar todo tipo de gastos. Y el tajo m¨¢s brutal se ha centrado en los trabajadores. Seg¨²n los c¨¢lculos de la organizaci¨®n, los gastos de personal pasar¨¢n de 312 millones anuales a poco m¨¢s de 91. Eso significa, aunque la negociaci¨®n a¨²n est¨¢ en marcha, echar a 47 de los 62 trabajadores: el 75% de una plantilla que todos califican de sobredimensionada, especialmente en lo que se refiere a cargos de asesores de los dirigentes pol¨ªticos.
La bajada de ingresos por la p¨¦rdidas de votos y esca?os -ten¨ªan 21, que se quedaron en 16 por las escisiones, y ahora s¨®lo son ocho- es espectacular: siempre seg¨²n los c¨¢lculos internos, van a pasar de ingresar casi 950 millones anuales a poco m¨¢s de 500, un 46% de rebaja.
M¨¢s espectacular es el descenso que se le calcula a los gastos: aqu¨ª se pasar¨ªa de 675 millones anuales a 230, un 65% de reducci¨®n. Y todo porque m¨¢s de la mitad del presupuesto, 277 millones , hay que destinarlos a pagar una deuda que asciende a unos 1.700 millones, y ah¨ª no se puede reducir nada.
Detr¨¢s de estos n¨²meros nada halag¨¹e?os est¨¢ el drama personal de 47 personas, cuyos nombres no se conocen todav¨ªa, a los que habr¨¢ que introducir en el expediente de regulaci¨®n de empleo. Ninguno de ellos tiene inter¨¦s en hablar con la prensa en un momento tan delicado como este y menos cuando a¨²n no se ha decidido qui¨¦n entra en esa fat¨ªdica lista y qui¨¦n no.
Es una plantilla mayoritariamente joven, aunque tambi¨¦n hay personas que llevan toda su vida trabajando all¨ª, antes para el PCE y, desde 1986, para IU. Y ellas -la mayor¨ªa son mujeres- ser¨¢n las que est¨¦n sujetas a las prejubilaciones con las que se pretende solucionar algunos casos. Pero personas pr¨®ximas a alguna de estas trabajadoras comentan que, como en cualquier prejubilaci¨®n, pedir a un persona de poco m¨¢s de 50 a?os y con una vida dedicada al partido que se quede en casa es casi una condena.
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