?15 artistas en escena, 15!
Ir a un concierto del gran Manolo Escobar es como ir a un m¨¦dico de pago, y no s¨®lo porque despu¨¦s de la visita salgas convertido en mejor persona. Ustedes ya sabr¨¢n que un m¨¦dico caro, antes de operar, te explica atentamente todo lo que va a hacerte. Un matasanos, en cambio, no te explica nada porque t¨² eres burro; por tanto, se limita a anestesiarte y suturarte, sin hablar. Es tu problema, guapa, si cuando despiertas te encuentras el ap¨¦ndice cosido con punto de cruz y t¨² lo prefer¨ªas de abeja.Pues bien, Manolo Escobar se parece a un buen m¨¦dico en este sentido: antes de empezar con su p¨²blico, le explica detenidamente lo que va a hacerle. As¨ª da gusto. Ojal¨¢ todos los artistas siguieran su ejemplo. No como en Escalarre, que te sale Iggy Pop y sin decir ni mu (y lo de mu nunca mejor dicho) canta lo que quiere, dura lo que le da la gana y por supuesto no piensa contratar a un ventr¨ªlocuo para amenizar la media parte. Los psic¨®logos ya han advertido de las ventajas del m¨¦todo de Manolo y ¨¦l lo sabe bien.
F¨ªjense que, al empezar, nos dio las buenas tardes educadamente, y a algunos nos estrech¨® la mano. Luego nos hizo el avance de la velada, de cabo a rabo: "Primero escucharemos al Manolo Escobar m¨¢s contempor¨¢neo", dijo, refiri¨¦ndose a ¨¦l mismo, "despu¨¦s saldr¨¢ un humorista llamado Angelito el Largo, que imitar¨¢ a Arturo Fern¨¢ndez y a Eugenio, y luego les ofrecer¨¦ las canciones del Escobar de siempre. El Vanessa, el Mi carro, el Porompompero o el que viva".
Mis 50 mejores amigas y yo somos de izquierdas y ustedes lo saben bien. Creo que no hace falta decir que nos sublevan las se?oronas latifundistas que cantan: "Mi carro, me lo robaron, estando los socialistas". Pero no somos perfectas. Nuestro problema es que nos gustan los t¨ªpicos cantautores comprometidos, pero s¨®lo por su mensaje. Est¨¦ticamente, no hay nada como un artista de los denominados de centro o apol¨ªticos. ?Si la izquierda supiera qu¨¦ escenarios..., qu¨¦ coros..., qu¨¦ ballet..., qu¨¦ vozarrones..., qu¨¦ arreglos gastan los de centro, se cambiar¨ªa la chaqueta enseguida!
Por eso, Manolo Escobar nos parece el artista completo. Toca algunas de las t¨ªpicas problem¨¢ticas de los de izquierdas (alcoholismo, pobreza, aborto o nostalgia del emigrante), pero con el vozarr¨®n y la fuerza rimadora de los de centro. All¨ª donde un Sabina a¨²lla que no siendo correspondido cay¨® en la perdici¨®n de los bares de copas, Manolo te deleita con una soberbia ranchera et¨ªlica: "Por no conseguir tu amor / me fui dando a la bebida (...) m¨¢s ni siquiera el alcohol / pudo borrar tu huella", que al poco rimaba con "botella". Es que no hay color.
Y aparte de ser un gran cantante, Manolo cuida mucho los detalles. Por ejemplo, encima del piano el¨¦ctrico hab¨ªa un casual mant¨®n de Manila. Ya habr¨¢n adivinado que encima de los pianos el artista coloca un poco de atrezzo tem¨¢tico. ?Que se trata de Manolo Escobar? Pues un mant¨®n. ?Que se trata de Marilyn Manson? Pues un dedo, un ri?¨®n o cualquier otro detalle que cree un poco de ambiente gore.
Eso s¨ª. El principio del espect¨¢culo fue desconcertante. Se apagaron las luces y empezaron a sonar una especie de acordes de guitarra el¨¦ctrica sicod¨¦lica m¨¢s propios de Jetro Tull que de ¨¦l. Los haces de luz rosas y lilas nos evocaron aquellos conciertos de Tangerine Dream, en donde yac¨ªamos en el esplendor herb¨¢ceo de nuestra juventud. Una de mis amigas se asust¨®: "?Nenas, nenas", dec¨ªa, "nos hemos equivocado! ??sta m¨²sica no es de centro! ?A ver si va a resultar que nuestro Manolo hace un espect¨¢culo pobre, en plan fusi¨®n?".
Porque el programa de mano de Manolo Escobar nos promet¨ªa 15 artistas en escena, 15, y este gesto rumboso, un cantante comprometido nunca lo tiene.
No hace falta que les diga que, para tener ¨¦xito, encima del escenario, tiene que haber una sola persona, o bien m¨¢s de 12. Si ustedes est¨¢n pensando en formar compa?¨ªa, no sean nunca un n¨²mero anodino como seis o tres; de lo contrario, el mundo del espect¨¢culo les considerar¨¢ unos abyectos.
Y ahora vayamos a la peque?a Vanessa. Siento decirles que, aunque la anunci¨®, no la cant¨® y no entiendo por qu¨¦. Entre mis amigas circula esta teor¨ªa: parece ser que Manolo, a diferencia de Julio Iglesias, pertenece a la escuela de pensamiento de Isabel Pantoja y Jos¨¦ Guardiola, contrapuesta a su vez a los mon¨®logos de Hamlet o Segismundo, por citar s¨®lo dos. Ver¨¢n: Hamlet se hace preguntas en voz alta, pero como se las hace en plan mon¨®logo, sabe por definici¨®n que no le va a contestar nadie. Segismundo increpa a los cielos, pero como se vale de un recurso literario (llamado interrogaci¨®n ret¨®rica) tambi¨¦n sabe de sobras que no le va a contestar ni Dios.
?Qu¨¦ pasa con Jos¨¦ Guardiola, Isabel Pantoja y Manolo Escobar? Pues que los increpados son sus hijos y ¨¦stos si que les contestan. Claro, eso, a la larga, es un problema. El hijo de la Pantoja hace a?os que ha cambiado la voz.
Yo s¨¦ que Manolo no puede llevarse a Vanessa de gira porque ella tiene su vida, pero podr¨ªa adaptar la canci¨®n como Serrat en Fa vint anys que tinc vint anys. Podr¨ªa decir: "Eras como una promesa / qu¨¦ mayor que est¨¢s Vanessa / te sigo mirando y sigo feliz". Que tome ejemplo de Miliki, que acaba de sacar "a mis ni?os de 30 a?os" y sus ni?os de 30 a?os somos nosotros.
En resumen; fue un gran show y, para ir a verle, mis 50 mejores amigas y yo, siempre tan aleg¨®ricas, nos pusimos, por supuesto, la minifalda. Tratar¨ªa de contarles el devastador y desafiante efecto que produc¨ªamos en la cola, pero no lo har¨¦. ?Para hablar de nuestros pares de piernas qu¨¦ pobres resultan las palabras!
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