El Gobierno alem¨¢n teme que la disparidad salarial lastre el desarrollo del pa¨ªs
Alemania tiene sectores laborales "muy regulados por convenios colectivos" y otros "totalmente desprotegidos", con sueldos por debajo de los m¨ªnimos en otros pa¨ªses europeos, seg¨²n afirm¨® el ministro de Trabajo alem¨¢n, Walter Riester, a este peri¨®dico. Riester opina que esta "discrepancia" es "cada vez m¨¢s fuerte" y constituye uno de los "problemas centrales no reconocidos" en el panorama laboral de su pa¨ªs.
El ministro se muestra satisfecho con el acuerdo concertado por IG Metall, el sindicato del que Riester lleg¨® a ser vicepresidente. Con un incremento salarial medio del 2,5% anual para dos a?os, el convenio, que ha tranquilizado los temores de inflaci¨®n del Banco Central Europeo (BCE), se inscribe, seg¨²n Riester, en el marco del "pacto por el empleo" entre Gobierno y sindicatos. Pese a la p¨¦rdida de influencia de los sindicatos en Alemania, el IG Metall, el sindicato m¨¢s numeroso de Europa, sigue siendo un poderoso interlocutor, sobre todo en el oeste. En la exRep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, que se regula por sus propios convenios, los salarios son m¨¢s bajos que en el oeste.
"En el este de Alemania, el mercado se autoconsume con salarios de seis y siete marcos la hora [entre 500 y 600 pesetas], lo que est¨¢ muy por debajo del salario m¨ªnimo legal en Francia, Reino Unido u Holanda", dice el ministro. La Constituci¨®n alemana garantiza que el Estado no se inmiscuya en las negociaciones salariales ni puede fijar un salario m¨ªnimo. El Estado no "pugna" por establecer un salario m¨ªnimo, y los sindicatos tienen un "comportamiento ambivalente" sobre este tema, se?ala el ministro.
En opini¨®n del ministro, los sindicatos alemanes son d¨¦biles en los sectores en crecimiento, como la inform¨¢tica y los servicios, y fuertes en los sectores que se contraen, como la industria el¨¦ctrica tradicional y la construcci¨®n. Tanto los consejos de empresa como los sindicatos, dos de los pilares b¨¢sicos del modelo de econom¨ªa social alem¨¢n, han perdido protagonismo. Para el oto?o, el Gobierno presentar¨¢ un nuevo borrador de ley de comit¨¦s de empresa, cuyo texto actual data de 1972. Con ello, el ejecutivo trata de adaptar las relaciones laborales a los cambios provocados tanto por la globalizaci¨®n como por la reunificaci¨®n alemana.
En su carrera de sindicalista a ministro, Riester ha evolucionado. Ahora ve con otros ojos los llamados "salarios de 630 marcos" (casi 53.000 pesetas), el equivalente del contrato basura espa?ol . El Gobierno rojiverde ha impuesto a estos contratos la obligaci¨®n de cotizar a la Seguridad Social y al fondo de pensiones. "Los cambios en las relaciones laborales de 630 marcos han acabado con un gigantesco fraude", se?ala Riester.
Antes, afirma, exist¨ªan entre cinco y seis millones de contratos de este tipo que no cotizaban y centenares de miles de personas que combinaban el cobro del paro con dos o tres empleos de 630 marcos. "Con los cambios, un total de 3,5 millones de personas han pasado a cotizar al fondo de pensiones".
El ministro califica de "idiotez" el deseo de los sindicatos de abolir estas relaciones laborales "flexibles y reducidas" y con "raz¨®n de existir". La idea sindical de "convertir cinco millones de contratos de 630 marcos en un mill¨®n de relaciones laborales normales" le parece una "ilusi¨®n". Lo importante, seg¨²n ¨¦l, era evitar que los contratos de 630 marcos "se comieran otras relaciones laborales".
Reducir el paro fue el objetivo principal que se fij¨® el Gobierno al llegar al poder. "En febrero de 1998 hab¨ªa 4,85 millones de parados. En febrero de este a?o hay 550.000 menos", dice Riester, seg¨²n el cual el paro en t¨¦rminos absolutos descender¨¢ en 300.000 personas entre diciembre de 1999 y diciembre de 2000. El Gobierno est¨¢ aplicando ya un presupuesto de austeridad y un programa de alivio fiscal al empresariado, y ha comenzado a abordar la reforma del sistema de Seguridad Social "con una amplitud desconocida hasta ahora". Pese a estos "importantes marcos para crear m¨¢s trabajo", el empleo subvencionado p¨²blicamente no ha disminuido y el Gobierno se ve obligado a recurrir a medidas de apoyo artificial, especialmente en el este.
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