Un debate necesario
No hay duda de que el Informe Universidad 2000 ha conseguido atraer la atenci¨®n de amplias capas de la sociedad espa?ola sobre la situaci¨®n de nuestra Universidad. Una atenci¨®n que ha recibido respuestas diversas, desde las m¨¢s matizadas a las m¨¢s sint¨¦ticas, en t¨¦rminos de s¨ª /no, (?incluso previas a su publicaci¨®n!). Numerosas organizaciones, entre ellas las propias universidades, han manifestado su intenci¨®n de analizar el documento y de posicionarse ante el mismo, especialmente sobre las recomendaciones que se hacen de cara al futuro.Creo que la reacci¨®n que se ha suscitado es reveladora de su necesidad. En este sentido, es un ¨¦xito fenomenal que una de las instituciones claves para el progreso social y personal sea ahora objeto de atenci¨®n y de debate, despu¨¦s de largos a?os de ignorarla, de no cuidar, desde los poderes p¨²blicos, su desarrollo adecuado, creando una situaci¨®n a veces esperp¨¦ntica, en la que al mismo tiempo que se colma de normas r¨ªgidas la universidad p¨²blica y se limita su financiaci¨®n, aparecen todo tipo (insisto, todo tipo) de universidades privadas (a veces propiedad de una persona, a veces de impulso obispal), en las que la mayor¨ªa de las normativas no son de aplicaci¨®n, y las que lo son no son objeto de seguimiento o inspecci¨®n.
La pregunta de c¨®mo ha de ser la Universidad en los a?os venideros y de si la Universidad actual est¨¢ preparada para responder adecuadamente a las necesidades y retos a los que hemos de enfrentarnos, creo que es el leitmotiv del informe y de las preocupaciones de la comunidad universitaria. En un periodo de cambio social tan acelerado como el actual, que ha visto desmoronarse estructuras pol¨ªticas que uno imaginaba perennes, aparecer s¨²bitamente una geoeconom¨ªa que reemplaza la geopol¨ªtica, la dependencia de la econom¨ªa de la capacidad de crear y gestionar el conocimiento, es l¨®gico que nos planteemos las consecuencias para la Universidad y qu¨¦ debe hacer ¨¦sta para ser motor del cambio, poder conducir nuestro camino y poder seguir siendo un servicio p¨²blico de la calidad que demanda la sociedad y, en particular, nuestros j¨®venes. Qu¨¦ formaci¨®n debe proporcionarles la Universidad que facilite su plena integraci¨®n en una sociedad que se perfila tan diferente.
La respuesta que se da en el informe va en el sentido de que la actual Universidad debe adoptar serias medidas de reforma en muchos ¨¢mbitos: la Universidad p¨²blica (sobre la que se fundamenta la inmensa mayor¨ªa del sistema universitario europeo) debe contar con una mayor y mejor financiaci¨®n; la garant¨ªa de la igualdad de oportunidades en el acceso de los estudiantes a la educaci¨®n superior debe mejorarse mediante una amplio aumento del sistema de ayudas; se propone un sistema flexible de permanencia en la Universidad controlado por el propio estudiante; se apuesta por una metodolog¨ªa de garant¨ªa de calidad basado en un sistema de acreditaci¨®n externa; el establecimiento de una carrera docente e investigadora, al mismo tiempo que se propone la existencia de una figura de investigador en la Universidad; un gobierno de la Universidad basado en la participaci¨®n de todos los estamentos de la Universidad; una reforma de las titulaciones que avanza decididamente en el sentido de la declaraci¨®n de Bolonia, para la construcci¨®n de un espacio universitario europeo; una Universidad m¨¢s abierta a la sociedad, en una relaci¨®n basada en la autonom¨ªa universitaria (y en este sentido creo que la propuesta se decanta claramente por que la responsabilidad y representaci¨®n ¨²ltimas est¨¦ en manos de los elegidos democr¨¢ticamente en el seno de la Universidad) y en la rendici¨®n de cuentas. Una autonom¨ªa y libertad en el desarrollo del pensamiento cr¨ªtico y de la investigaci¨®n independiente (?en qui¨¦n podr¨¢n confiar los ciudadanos si pr¨¢cticamente toda la investigaci¨®n se realiza ligada a empresas?).
La observaci¨®n de la realidad hace llegar a la conclusi¨®n de que la relaci¨®n de obst¨¢culos y resistencias al cambio que se hace en el informe ha quedado corta. A la pereza de las administraciones a aumentar los recursos p¨²blicos (tal vez con la esperanza de que el tiempo, que todo lo cura, haga tambi¨¦n el milagro de incrementar las ratios de financiaci¨®n, jugando con la disminuci¨®n del n¨²mero de j¨®venes de 18 a?os, eso s¨ª, olvidando la enorme necesidad de formaci¨®n continua), a las resistencias corporativas, al miedo a la flexibilidad y a la diferencia, a las dificultades objetivas, se han hecho interpretaciones realmente sesgadas, que ven en las propuestas unas intenciones (privatizaci¨®n de la Universidad p¨²blica, disminuci¨®n de la participaci¨®n democr¨¢tica, por ejemplo) que una lectura del mismo indica claramente que van precisamente en sentido contrario.
En todo caso, lo que ahora se nos propone y es necesario es el debate: sobre los problemas prioritarios que debemos afrontar y las medidas a adoptar. El informe aporta datos, an¨¢lisis, en definitiva, un diagn¨®stico del que resulta dif¨ªcil discrepar. Tambi¨¦n unas posibilidades terap¨¦uticas. Ahora es necesario que mientras que los doctores discuten no se nos ponga peor el enfermo: lleva demasiado tiempo en espera de tratamiento.
Bienvenido sea el debate, que sea intenso y creativo y que conduzca a la toma de medidas en el m¨¢s breve tiempo posible. No se puede volver a perder m¨¢s tiempo en la adopci¨®n de medidas, parte de las cuales ya fueron presentadas por el Gobierno del momento en diciembre de 1994, que aprob¨® el Consejo de Universidades y que luego el mismo Gobierno no aplic¨®: de haberlo hecho, ahora ya habr¨ªamos recorrido la mitad del camino que nos separa de la financiaci¨®n que se reclama. Un debate, t¨¦ngase un cuenta, nacido de la propia Universidad, impulsado por la asociaci¨®n libre de las mismas.
Carles Sol¨¤ es rector de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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