La crisis de Prodi
La crisis que est¨¢ atravesando Romano Prodi como presidente de la Comisi¨®n Europea es algo m¨¢s que personal. Es institucional, y refleja el profundo vac¨ªo de liderazgo por el que est¨¢ atravesando la Uni¨®n Europea. Los rumores, incluso campa?a, sobre la posible dimisi¨®n del italiano se han disparado en los ¨²ltimos d¨ªas, y el propio Prodi ha tenido que salir a su paso. En estos meses, Prodi, con un ojo excesivamente fijo en la pol¨ªtica italiana, a la que aspira a regresar, no ha hecho gala de capacidad de liderar la Comisi¨®n Europea. ?ste es un ¨®rgano colegiado, por mucho que Prodi se hubiera cre¨ªdo que estaba al frente de una instituci¨®n presidencialista.La crisis de la Comisi¨®n viene de lejos, por defectos de gesti¨®n interna y porque los Gobiernos, ya cuando nombraron primero a Santer y posteriormente a Prodi, no quer¨ªan un nuevo Jacques Delors a su frente, deficiente gestor de burocracias, pero con visi¨®n y dinamismo para impulsar la integraci¨®n europea. La Comisi¨®n como aparato sigue funcionando y produciendo propuestas, aunque no sabe presentarlas con acierto. Pero no es una cuesti¨®n esencialmente de imagen. La debilidad de Prodi es tambi¨¦n la de la instituci¨®n convertida en pimpampum para todo tipo de frustraciones y luchas. El ataque contra Prodi y contra la Comisi¨®n proviene de direcciones diversas, desde Berl¨ªn hasta un Parlamento Europeo que pretende controlar los gastos del Ejecutivo comunitario, pero que va a tener que rendir a su vez cuentas por los suyos, a menudo excesivos y poco controlados.
Pero, sobre todo, lo que se observa desde hace tiempo es el regreso de la Europa de los Estados, el predominio del Consejo de Ministros sobre la Comisi¨®n. ?ltimamente se vio en la reciente cumbre de Lisboa, donde, por ejemplo, todos quer¨ªan liberalizar el mercado europeo de telecomunicaciones en la UE, pero cada uno reteniendo el poder nacional sobre las licencias correspondientes. Tampoco hay un liderazgo claro entre los Gobiernos europeos. Es un espejismo creer que en la UE las carencias del eje franco-alem¨¢n, aunque haya perdido parte de su centralidad, la pueden compensar la cooperaci¨®n entre Gobiernos como el brit¨¢nico, el espa?ol y el portugu¨¦s. Es muy ¨²til, pero complementaria. En tal situaci¨®n, hoy por hoy, la dimisi¨®n de Prodi no llevar¨ªa a llenar este vac¨ªo pol¨ªtico en Europa, sino que agravar¨ªa la crisis. Por ello, lo recomendable es que Il Professore rectifique, se asiente y recupere credibilidad, pues el proyecto europeo requiere que ese ¨®rgano ¨²nico que es la Comisi¨®n Europea recupere su iniciativa.
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