M¨¢s movida
Los domingos por la ma?ana amanece mi calle alfombrada de papelitos blancos y salvaslips. Y, adem¨¢s, apesta. Ni?os, pero sobre todo ni?as, vienen a darle salida al botell¨®n entre los coches de mi calle y estoy por no culparles, porque la ciudad no tiene condiciones y cuando la necesidad aprieta, con perd¨®n, no hay m¨¢s remedio que tomar una determinaci¨®n. Una vez pasada la noche y soportado el espect¨¢culo, queda la ma?ana y sus olores y la suciedad general, porque as¨ª como la noche no est¨¢ atendida, la ma?ana tampoco: los servicios de limpieza, el domingo por la ma?ana, no pasan por mi calle.El domingo que viene es Domingo de Ramos, la ciudad, en su centro m¨¢s emblem¨¢tico, oler¨¢ a pises y los papelitos blancos delatar¨¢n a las ni?as y dejar¨¢n constancia de la falta de una brigada de limpieza que haya hecho desaparecer la huella de la promiscuidad que practican. No todos, por supuesto.
Es f¨¢cil y a algunos les parece necesario, arremeter contra los j¨®venes y sus malas costumbres nocturnas y, sin embargo, eso no arregla nada, sino que evidencia la enorme distancia entre quienes han impuesto una nueva manera de estar en la calle, sin respeto al horario ni a las costumbres, y quienes sufren por no poder seguir imponiendo el respeto al horario y a sus costumbres. Hace falta un debate serio.
Nos hace falta a los mayores reconocer que nos sorprende la libertad de los j¨®venes, a los que acaso no hayamos sabido ense?arles que disfrutarla no es tomarla como propia, sino que para que sea cierta, tiene que ser de todos; y les hace falta a los j¨®venes reconocer que a fuerza de estar en la calle apurando la noche cada fin de semana, se est¨¢n perdiendo los d¨ªas libres para disfrutar de todo lo que ser¨ªan capaces de hacer, si no tuvieran que dormir para recuperarse para volver a salir.
Entre la represi¨®n que quieren unos y la permisividad absoluta que reclaman otros, no hay nada o, lo que es peor, hay fracaso. Es urgente intentar abrir caminos nuevos de entendimiento y pol¨ªticas alternativas a las convencionales, que no funcionan. Y, mientras tanto, ?por favor! que nos limpien las calles. Todas.
MAR?A ESPERANZA S?NCHEZ
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