DEBATE SOBRE TERRITORIALIDAD 'G?teau basque' XABIER ZABALTZA
Afirma al autor que un departamento vasco es s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo.
Recuerdo mi estancia en los alrededores de Par¨ªs hace un mont¨®n de a?os para mejorar mi franc¨¦s. Estuve trabajando durante la mayor parte del verano cuidando ancianos en una organizaci¨®n de beneficiencia. No pagaban nada, pero el alojamiento y la comida eran gratis. Y aqu¨ª es donde entra en juego el protagonista de esta historia: Christian, el cocinero. Yo creo que era buena persona, aunque ten¨ªa un p¨¦simo humor. Como chef era excelente, pero sus conocimientos geogr¨¢ficos dejaban bastante que desear.En cierta ocasi¨®n casi llegamos a las manos porque ¨¦l insist¨ªa en que el "g?teau basque" era un postre franc¨¦s. El bueno de Christian juraba y perjuraba que hab¨ªa estado varias veces en Biarritz y que siempre hab¨ªa tenido la oportunidad de degustarlo. Yo intent¨¦ convencerlo de que el pueblo vasco estaba dividido entre Francia y Espa?a y de que Biarritz era tan vasca como Donosti. Fue imposible. Christian no se aten¨ªa a razones. Hasta que por fin me di cuenta de que eso de "basque" s¨®lo significaba para ¨¦l un nombre de pastel. Lo mismo le habr¨ªa dado hablar de canutillos o de pastas de t¨¦.
Es un lugar com¨²n explicar la aparici¨®n del nacionalismo vasco como reacci¨®n a un nacionalismo espa?ol preexistente. Tal afirmaci¨®n me parece cuanto menos discutible. Si el nacionalismo de una etnia minoritaria se explicara mayormente como la respuesta al centralismo del Estado del que forma parte los abertzales ser¨ªan la fuerza hegem¨®nica en los tres territorios vascofranceses -Labort, Baja Navarra y Sola-, lo que dista mucho de ser cierto. Los vascos septentrionales han sido sometidos durante siglos a un intenso proceso de asimilaci¨®n por parte de los franceses, que, dicho sea de paso, suelen ser en lo referente a las minor¨ªas de su territorio tan despistados como Christian. Y desde luego, bastante m¨¢s nacionalistas que los espa?oles.
Hasta tiempos recientes algunos franceses denominaban "patois" (etimol¨®gicamente, "hablar con las patas") no s¨®lo a las variedades regionales del franc¨¦s sino tambi¨¦n a las otras lenguas y dialectos de Francia, incluido el euskara. Hace ya una d¨¦cada que SIADECO predijo que esta lengua desaparecer¨ªa de la Vasconia continental para el a?o 2015, pero los abertzales jam¨¢s han superado all¨ª el 11% de los votos.
Hablo de Vasconia continental tom¨¢ndome una licencia, porque el pa¨ªs vasco ni siquiera existe administrativamente en Francia, ya que sus tres provincias forman parte, desde la Revoluci¨®n, de un departamento cuya capital, Pau, es tambi¨¦n la capital del Bearne. Es como si ?lava, Guip¨²zcoa, Navarra y Vizcaya formaran con Arag¨®n una ¨²nica provincia cuya capital fuera Zaragoza. A diferencia de Espa?a, Francia jam¨¢s ha reconocido oficialmente la existencia de una parte del pueblo vasco en su territorio. La m¨¢xima aspiraci¨®n -realista- de los nacionalistas vascofranceses es un departamento propio, que ya fue prometido por los socialistas en la campa?a presidencial de 1981. El Gobierno de Par¨ªs, sin duda aconsejado por el de Madrid, lleva desde entonces dando largas a una reivindicaci¨®n tan minimalista. Digo minimalista porque un departamento vasco dispondr¨ªa de las competencias de la provincia de Cuenca y desde luego ni siquiera podr¨ªa declarar la cooficialidad del vascuence, pues, seg¨²n la Constituci¨®n vigente, el franc¨¦s es la ¨²nica lengua de la Rep¨²blica.
En octubre pasado se celebr¨® en Bayona la mayor manifestaci¨®n que se haya realizado en territorio vascofranc¨¦s desde la Segunda Guerra Mundial. Doce mil personas, de todos los sectores sociales y de casi todas las ideolog¨ªas -s¨®lo se excluyeron los marginales Partido Comunista y Frente Nacional-, exigieron la creaci¨®n de un departamento vasco: una entidad administrativa propia para el servicio de todos los ciudadanos, independientemente de su opci¨®n nacional. Da igual lo que diga Jean-Pierre Chev¨¨nement, ministro franc¨¦s del Interior. Un departamento vasco es s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo. Nunca m¨¢s confundir¨¢ Christian el nombre de nuestro pueblo con un tipo de pastel.
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